Un aƱo mĆ”s, la ciudad de Madrid volviĆ³ a honrar la Memoria.
La lluvia nos dio un respiro, y la maƱana del 8 de Mayo, mĆ”s de un centenar personas nos pudimos dar cita en el Parque Ferial Juan Carlos I para recordar a los seis millones de judĆos asesinados durante la ShoĆ”.
Una corona de flores depositada al inicio del acto a los pies del Monumento al Holocausto, presidiĆ³ una emotiva ceremonia a la que asistieron mĆ”s de un centenar de personas, entre ellas, no pocos niƱos.
Durante el acto, organizado por la Comunidad JudĆa de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid, pudimos escuchar las palabras del Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz GallardĆ³n, del Presidente de la FederaciĆ³n de Comunidades JudĆas y Presidente de Yad Vashem EspaƱa, Isaac Querub y del Presidente de la Comunidad JudĆa de Madrid, Samuel Bengio.
La importancia de la existencia del Estado de Israel para garantizar el ānunca mĆ”sā, menciones histĆ³ricas y literarias salpicaron unos discursos cargados de reflexiĆ³n; mientras que la emociĆ³n se hacĆa silencio durante dos intensos minutos de recuerdo, guardados en nombre de los seis millones de asesinados.
Como viene siendo habitual en estas ceremonias el MaalĆ© Rajamim, la OraciĆ³n por los Difuntos, fue entonado por el rabino de Madrid, MoshĆ© Bendahan.
Este aƱo, destacĆ³ el reconocimiento a los supervivientes del Holocausto. Cinco jĆ³venes nos leyeron las semblanzas de Rhoda Henelde Abecassis, Eva Leitman Bohrer, Joseph Bohrer, Joseph Helton y Max Mazin, para posteriormente entregarles una pequeƱa rĆ©plica del monumento al Holocausto como ātestigo de su memoriaā.
La comunidad internacional conmemora el DĆa del Holocauto el 27 de enero, dĆa de la liberaciĆ³n del campo de Auschwitz. Por su parte Israel y las comunidades judĆas del mundo realizan su homenaje, desde mucho antes, en Yom HashoĆ”, coincidiendo con el aniversario del levantamiento del Gueto de Varsovia.
Reproducimos a continuaciĆ³n el discurso del presidente de la FederaciĆ³n de Comunidades JudĆas de EspaƱa, Isaac Querub:
Autoridades, amigos y amigas,
El Pueblo JudĆo, Israel y el mundo civilizado conmemoramos la ShoĆ”, 66 aƱos despuĆ©s del final de la ll Guerra mundial.
Esto es, recordamos la deportaciĆ³n y el exterminio sistemĆ”tico de seis millones de hombres, mujeres y niƱos, todos inocentes, por el mero hecho de haber nacido judĆos, a manos del Gobierno de la Alemania nazi, que planificĆ³ y ejecutĆ³, contando con todos los recursos del Estado, el programa de limpieza Ć©tnica conocido como SoluciĆ³n Final.
Nunca captaremos o comprenderemos la terrible dimensiĆ³n de esta tragedia.
La ShoƔ supone la noche mƔs oscura de la Humanidad durante la cual se dieron cita el poder, la codicia, la mentira, el fanatismo, y, el desprecio por el otro, por la libertad y por los derechos humanos.
Los nazis sabĆan lo que hacĆan. Matando al judĆo sacrificaban al mensajero de todos los valores recogidos por la Torah y que suponen los cimientos de nuestra civilizaciĆ³n judeo-cristiana.
La ShoĆ” fue posible porque existĆa previamente el clima propicio que favorecĆa al Antisemitismo y la persecuciĆ³n de los judĆos.
ContribuyĆ³ a ello tambiĆ©n que algunos hombres buenos no mantuvieron la alerta necesaria y que algunos lĆderes polĆticos adoptaron una posiciĆ³n de genuflexiĆ³n para apaciguar a la bestia.
Como bien resume Emil Fackenheim el proceso histĆ³rico de la judeofobia:
ā – Primero nos dijeron: los judĆos no pueden vivir entre nosotros como judĆos,
– Segundo: los judĆos no pueden vivir entre nosotros y
– Tercero, los judĆos no pueden vivirā.
Hoy, recordamos a las vĆctimas de la ShoĆ” para recuperar su memoria, en la medida de lo posible su identidad y en cualquier caso restituir su dignidad.
Desde Yad Vashem y desde la FederaciĆ³n de Comunidades JudĆas de EspaƱa, alentamos, principalmente a los jĆ³venes, a mirar hacia adelante y a empuƱar la antorcha que ilumina la senda de la libertad y del respeto, a que se mantengan siempre alertas, contra las tentaciones totalitarias, fanĆ”ticas, antisemitas o racistas.
Debemos promover una educaciĆ³n fundamentada en la tolerancia, en el derecho a la diferencia y a la discrepancia, en la libertad de expresiĆ³n autolimitada por la libertad del otro, en la diversidad cultural y Ć©tnica como fuente de riqueza y en la defensa de los derechos humanos.
Podemos entender el error pero no la mala fe que tiende a transformar la realidad.
Podemos formular diagnĆ³sticos equivocados pero no falsificar la evidencia.
Podemos aceptar que los polĆticos pretendan tranquilizar conciencias pero no alienarlas.
AquĆ, en EspaƱa, no aceptaremos la negaciĆ³n de la ShoĆ”, denunciaremos cualquier declaraciĆ³n que incite al odio o tenga contenido antisemita, pese a la doctrina del Tribunal Supremo que modifica los artĆculos 525 y 607 del CĆ³digo Penal, y rechazaremos la deslegitimaciĆ³n o demonizaciĆ³n de Israel.
Predicar el diĆ”logo puede ser polĆticamente correcto pero hacerlo con aquellos que quieren borrar del mapa a Israel y al Pueblo JudĆo no sĆ³lo es ingenuo, sino criminal, o peor aĆŗn estĆŗpido.
āLa razĆ³n no puede dialogar con la sinrazĆ³nā nos recuerda JimĆ©nez de Parga.
En su libro, Daniel Goldhagen cita el poema āDivine Imageā de William Blake que empieza diciendo que ā la crueldad tiene corazĆ³n humanoā.
No lo olvidemos nunca: la ShoĆ” fue cosa de hombres.