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Juegos Malabares

Por Alberto Benasuly, marzo de 2008 La sentencia de 5 de marzo de 2008 de la Audiencia de Barcelona acaba con una leve condena a Pedro Varela, después de que el Tribunal Constitucional declarara inconstitucional la “negación” del Holocausto -pero constitucional su “justificación”- y devolviera los Autos al tribunal que planteó la cuestión de inconstitucionalidad para que continuara y finalizara el juicio. Ahora resulta que para Pedro Varela ha prescrito –Art. 131.1 del Código Penal (CP)- el delito de provocación “al odio…, por motivos racistas, antisemitas u otros…” que se castiga con prisión de 1 a 3 años por el Art. 510 del Código Penal. Por ello fue condenado el 16 de noviembre de 1998 en Primera Instancia a 3 años, además de 2 años por negación y justificación del genocidio. Total 5 años de cárcel. No obstante, sufre castigo por “justificación” del Holocausto porque la apología del genocidio es imprescriptible -también según el Art. 131.2 del CP. El artículo 607.2 castiga este delito con la pena de prisión de 1 a 2 años. En España no se entra en la cárcel cuando el total de las penas no excede los dos años. Pero -¡oh sorpresa!- sólo le penalizan con 7 meses de prisión, porque el tribunal aprecia la atenuante de dilaciones indebidas “con carácter de muy cualificada”. Parte de esas dilaciones las provocó la propia Audiencia de Barcelona, aunque el Tribunal Constitucional le ganó la partida en años de demora. ¿Quién perdió más?… Indudablemente la parte contraria, las comunidades Israelita de Barcelona y la progresista ATID, es decir, los judíos de Barcelona y de toda España. Para mayor escarnio una buena parte de la larguísima sentencia está dedicada a probar minuciosamente todos los delitos cometidos por el nazi Pedro Varela. Al final, gracias a vistosos juegos malabares, con la prescripción en una mano y las dilaciones en la otra, el súper probado delincuente sale de este juicio sin pisar la cárcel. Otra vez será.

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BNG no condena el nazismo con motivo del Día de la Memoria del Holocausto y Prevención de Crímenes contra la Humanidad

Comunicado de la Federación de Comunidades Judías de España La Federación de Comunidades Judías de España considera lamentable la actitud del BNG al rechazar en el Parlamento de Galicia una Declaración Institucional en Memoria de las Víctimas de Holocausto. La aniquilación de seis millones de judíos de ambos sexos, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos por su propia pertenencia y no por sus actos ni por sus ideas, es una tragedia que representa una mancha indeleble en la historia de Europa y de la Humanidad. La Federación de Comunidades Judías de España quiere recordar a toda la sociedad española que esta actitud es contraria a todos los principios democráticos y que sólo es aplaudida por los partidos de la extrema derecha nacional. La negativa del BNG a apoyar esta Declaración le sitúa en el lado de los partidos antisemitas. La Federación de Comunidades Judías de España agradece al gobierno español, a los principales partidos democráticos, y a las Comunidades Autónomas el esfuerzo realizado en los últimos años para honrar la Memoria de las Víctimas del Holocausto. Igualmente agradece a los partidos democráticos gallegos su apoyo a esta Declaración del Parlamento de Galicia.La concesión del Premio Príncipe de Asturias a la Concordia 2008 a la institución Yad Vashem dedicada al estudio y el recuerdo de la Shoá, simboliza la sensibilidad de la inmensa mayoría de los españoles ante esta tragedia. La Federación de Comunidades Judías de España insta a los dirigentes del BNG a abandonar estas posturas antisemitas y solicita a los miembros del partido que exijan de su dirección un cambio absoluto de actitud ante este tema, que les sitúa políticamente no como un partido de la izquierda democrática sino como un partido nacional- socialista. Madrid, 7 de febrero de 2008

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Sobre las conferencias de David Irving en España

La Federación de Comunidades Judías de España deplora que, en nombre de la libertad de expresión, España se convierta en el centro de difusión de la ideología nazi y del odio racial de Europa La Federación de Comunidades Judías de España entiende que las conferencias del Sr. David Irving, que fue condenado en Austria por negar el Holocausto y cuyas tesis negacionistas son ampliamente conocidas, en las dos principales ciudades españolas, representan una incitación al odio racial, al antisemitismo y a la xenofobia.La Federación de Comunidades Judías de España deplora que en nombre de la libertad de expresión se permitan actuaciones que son contrarias a la convivencia pacífica de la sociedad y a los valores democráticos. La Federación de Comunidades Judías de España entiende que en este sentido, actos como estas conferencias y otras de diverso tipo que favorecen la incitación al odio racial, a la xenofobia y al antisemitismo, no deberían ser autorizados, por cuanto la libertad de expresión, tiene su límite en el menoscabo de la integridad moral, protegida por el ordenamiento penal. La Federación de Comunidades Judías de España ha puesto en conocimiento de las Fiscalías del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y de Cataluña su preocupación por la celebración de las conferencias de David Irving en la sede de Fuerza Nacional (Madrid) y en Librería Europa de Barcelona. Asimismo la Federación de Comunidades Judías de España ha solicitado al Fiscal General del Estado que nombre “un fiscal especial para los casos de racismo, xenofobia y antisemitismo que actúe de oficio en los casos que se presenten”.

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Discurso del Presidente con motivo de la cena anual de FCJE

Tras una etapa de exclusión de lo judío en el periodo franquista, nuestra generación ha visto la llegada de la democracia, de la Constitución de 1978 y de la Ley de Libertad Religiosa de 1980, pilares todos ellos de una etapa de igualdad y libertad. Nuestra generación ha visto también la pacificación de los espíritus entre judíos y cristianos tras el impacto del Holocausto. En lo que respecta al catolicismo, este emprendió, a partir de la Declaración “Nostra Aetate”, una transformación de sus relaciones con los judíos a través del respeto para estos tal como son, con su fe y sus convicciones religiosas. Constató que a los judíos como pueblo no se les puede imputar culpa alguna, por la «Pasión de Jesús», ni a los judíos de aquel tiempo ni a los posteriores, ni a los de ahora. Deploró “los odios, persecuciones y manifestaciones de antisemitismo de cualquier tiempo y persona contra los judíos”, y se comprometió a promover la comunicación con la comunidad judía. En lo que respecta al judaísmo, la Declaración “Dabru Emet”, reconoce que los cristianos también “adoran al Dios de Abraham, Isaac y Jacob, el creador del Cielo y de la Tierra”, constata que judíos y cristianos aceptan los principios morales de la Torá, considera que los cristianos pueden respetar la reivindicación del pueblo judío sobre la tierra de Israel, determina que la diferencia humanamente inconciliable entre judíos y cristianos no será resuelta hasta que Dios redima a todo el mundo según las promesas de la Escritura , y propone que judíos y cristianos trabajen juntos por la justicia y la paz. Quizás por todo ello, por la Constitución que tenemos y por el acercamiento entre judíos y cristianos, hoy, por primera vez después de 500 años, los miembros de la comunidad judía – herederos de una sociedad en la que nacieron Maimónides, Yehudá Halevy, Nahmánides, Ibn Gabirol y cientos de poetas, filósofos y escritores, pero que también sufrió la tragedia de la Inquisición – comenzamos a tener en la España democrática una existencia normal como judíos y como españoles simultáneamente. Y dentro de esta nueva normalidad se repite la convocatoria anual de este premio Ángel Pulido, que este año coincide con el vigésimo quinto aniversario de la Federación. Es habitual que en esta convocatoria analicemos los principales problemas con los que nos enfrentamos y aquellos que constituyen nuestro quehacer. Permítanme exponerles algunos de ellos. Los judíos, que hemos luchado por la libertad de conciencia, necesitamos que el Estado, que se ha definido constitucionalmente como no confesional, lo sea de hecho. Es decir que, viendo el hecho religioso al menos con la misma simpatía con la que ve a otras organizaciones caritativas y sociales, avance en la neutralidad religiosa, con el pleno respeto a todas las confesiones, incluida por supuesto la confesión mayoritaria.Para los judíos, este avance, transcurridos ya quince años de la firma de los acuerdos con el Estado, implica el desarrollo real de estos acuerdos, para que se puedan resolver ciertos problemas, entre ellos la consecución de suelo público para nuestra finalidad religiosa y social, un sistema adecuado de financiación y que se asegure el derecho a ofrecer apoyo espiritual a nuestros correligionarios en cuarteles, hospitales y cárceles. Me gustaría también señalarles tres hechos de cierta importancia que han tenido lugar en el año en curso. El primero, del que nos felicitamos, es la creación de la Casa Sefarad-Israel, dirigida por la embajadora Ana Salomon, proyecto auspiciado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, en colaboración con la Comunidad de Madrid y con el Ayuntamiento de la capital. Deseamos a la Casa Sefarad-Israel un largo y fructuoso recorrido y esperamos que sea una plataforma esencial para el acercamiento del pueblo judío y de su cultura a toda la sociedad española. El segundo de ellos es un problema que parece estar en vías de resolución. Me refiero a la remoción de los restos de cementerios judíos históricos, suscitado simultáneamente en tres localidades – Barcelona, Lucena y Tárrega – al comienzo de este verano. La Federación ha establecido un Protocolo para los casos de remoción fortuita o ineludible de restos humanos de cementerios judíos, en el que se pide que los restos individualizados – como respeto a nuestra tradición religiosa de enterramiento perpetuo – sean reenterrados en el mismo cementerio bajo supervisión rabínica, o bien se entreguen a la Federación para su inmediato enterramiento en el cementerio judío más próximo. El tercer hecho que quiero señalar es ciertamente preocupante. Me refiero a los planteamientos de la sentencia del Tribunal Constitucional, aplicada sobre el caso de la Librería Europa y Pedro Varela, que conocemos por lo publicado en la Prensa. La sentencia del Tribunal, despenalizando parcialmente el delito de apología de genocidio, aleja a nuestro país de las tesis imperantes en los más importantes países europeos y entra en plena contradicción con acuerdos internacionales de derechos humanos, que limitan la libertad de expresión al respeto y defensa de los derechos fundamentales.La Federación de Comunidades Judías tiene la preocupación de que tras esta sentencia, en nombre de una libertad de expresión que podría ejercerse sin tener sus límites en el respeto a los derechos humanos, el país se convierta con toda legalidad en el centro de información nazi de Europa, tanto a través de libro y prensa como de Internet. La Federación de Comunidades Judías de España es totalmente favorable a la libertad de expresión así como al resto de las libertades constitucionales. Pero la libertad tiene que servir para la convivencia pacífica de la sociedad y no para la infiltración del odio. Una sociedad decente no puede atacar tan solo a los causantes de daños reales, sino que necesita una prevención para evitar que el odio racial se extienda. Hoy, las víctimas del Holocausto se sienten también víctimas de la sentencia del Tribunal Constitucional, que elimina los límites penales necesarios para evitar que se extienda de nuevo el racismo, la xenofobia y el antisemitismo en la sociedad. Volvamos a lo que constituye nuestro quehacer.

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