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Cuatro años y un cargo para disculparse, por Abraham Barchilón

Las pasadas elecciones municipales y autonómicas han llevado al poder a una pluralidad de personas que, bajo sus nuevas siglas, parecen querer ocultar su pasado y, al salir éste a la  opinión pública, se limitan a decir “pido disculpas”. Y el último, hasta este momento, que la hemeroteca ha puesto al descubierto ha sido el designado como Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid por la Srª Carmena, Guillermo Zapata. Y cabe preguntarse ¿realmente una persona puede cambiar sus pensamientos, cuando ya ha alcanzado la madurez?, personalmente opino que no es posible esa mutación. Cuestión diferente es que, al ostentar algún cargo de representación, por aquello de “lo políticamente correcto”, manifieste sus disculpas. Disculpas, que no arrepentimiento, son conceptos con una gran diferencia en su fondo. El primer término – disculpas – significa, estrictamente, quedar bien ante el sector ofendido, aunque sus convicciones personales, intrínsecamente, las mantenga intactas. En cambio arrepentimiento, vendría a representar una reflexión más amplia y profunda sobre los principios sobre los que se pronunció. Mayor análisis merece si  el  que pronuncia expresiones, mofándose del mayor crimen sobre la humanidad, como fue el holocausto, y de los que sufrieron esas atrocidades, es designado para desempeñar el cargo de “Regidor de Cultura en el Ayuntamiento de Madrid”. Ello, de por sí, viene a calibrar el grado de “cultura” que, al parecer, su mentora, la alcaldesa de Madrid, ha vislumbrado para designarle su colaborador. Un colaborador, cuya catadura moral, a tenor de sus escandalosas manifestaciones – y no sólo sobre el holocausto-, es inadmisible. Pero si ahondamos más, el amparo ideológico sobre el que han formulado su postulación política para llegar al poder en el Ayuntamiento de Madrid, comprobaremos que están basados, no sólo en postulados xenófobos, sino en todo lo referente al pueblo de Israel. Así ha sido su posicionamiento para liderar en España  la campaña BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones a Israel). Se puede o no compartir la política que ejerce este país en un momento determinado, pero lo que no se puede poner en duda es la democracia existente en ese estado, en contraposición con la dictadura, odio, fanatismo y terrorismo imperante en los promotores del citado boicot, es decir, los rectores del pueblo palestino. A esa forma de participación política que se ha abierto camino, aunque con diferentes denominaciones, se les viene detectando, al menos, una común denominador, que es, sin duda, lo referente al desarrollo de acciones contra el pueblo de Israel. Como políticamente ya no es correcto ser antisemita, ahora muchos se disfrazan de antisraelíes. Ello lo vemos claramente reflejado en las expresiones de la religiosa Teresa Forcada, quien, pretendiendo representar al pueblo catalán, postulándose como candidata a la Generalitat, se “alista“ en un acto ilícito, según la perspectiva del Derecho Internacional, como es el proyecto de la tercera flotilla a Gaza. Por ello, personas con pensamientos y reflexiones como las expuestas, en bien de la democracia y de la convivencia plural de nuestro país, deben ser cesadas por quienes tengan la responsabilidad de su nombramiento y  apartadas de la representación pública. La transparencia de los ideales también debe poder ser contrastada en democracia.     Abraham Barchilón es abogado y presidente de la Comunidad Judía de les Illes Balears El presente artículo ha sido publicado entre otros el día 15 de junio en el Faro de Ceuta, el día 16 de junio en el Diario Levante de Valencia y La Información

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Por la continuidad de Occidente, por Abraham Barchilón

He dejado transcurrir un espacio de tiempo que considero de “duelo”, para serenar el alma, que nuestros lagrimales dejaran de verter, aunque el corazón siga llorando y así poder ver mejor el horizonte y abrir los ojos hacia el futuro. Se vertieron ríos de tinta, y también de sangre, en esos días de masacre, donde personas inocentes eran abatidas por el “fuego” de la sin razón, donde, desde el miércoles, día en que comenzó esa triste andadura, hasta el viernes en que finalizó, por minutos, por no decir por segundos, se fueron desmoronado los “argumentos” de los terroristas. Desgraciadamente, se llegó a la conclusión de que no era sólo un atroz ataque contra un medio de comunicación, ni contra el derecho de libertad de expresión, ni siquiera contra la aceptación de la justicia como elemento de convivencia (pues la francesa había fallado en contra de sus pretensiones), ni siquiera sólo contra los judíos – aunque, como siempre, acabaron siendo, también esta vez, parte de las víctimas inocentes-, sino contra Occidente. Lo que se estaba atacando era a nuestra civilización,  nuestra forma de vivir, a la cultura occidental, de todo lo cual se aprovechan para intentar aniquilarla. Por ello, ese futuro que vislumbramos, es incierto para la civilización occidental y algunos no quieren verlo. Emplean conceptos que, no siendo sinónimos, hacen llegar a la opinión pública para ocultar la realidad, que son cómplices de la intranquilidad en que se ha de vivir: que las escuelas, los centros oficiales, deban ser custodiados, que los presupuestos deban dejar de lado el progreso, para decidicarlo a la seguridad, es decir, a intentar preservar el derecho a la vida. El terrorismo islamista avanza a pasos agigantados. Ya no es sólo las espeluznantes decapitaciones de que las que se vanaglorian, ya no es sólo la exterminación de lo yazeries, ni los secuestros, venta y violación de grupos de niñas en Nigeria, ni la quema de iglesias en Nigeria, ya hacen acto de presencia en Gaza, donde ese otro grupo terrorista llamado Hamas impone su dictadura,  a pesar de que algunos países quieren sacarlo de la lista internacional de grupos terroristas. Y finalmente, escenifican toda su barbarie en Europa. No se puede seguir confundiendo a la poblobación hablando de “islamofobia” (pues nada hay contra el Islam como religión), lo que la cultura occidental quiere, y debe, es defenderse de la “islamización” (pérdida de nuestras características e idiosincrasia) y, por supuesto, del “islamismo”, en cuanto la imposición por la fuerza de sus creencias religiosas. Hagamos visible la hipocresía de los países que financian el terrorismo internacional y, a la vez, “lavan su conciencia” colaborando con Occidente en la lucha contra el fanatismo islamista. Países cuyos nombres, para mayor gloria, cubren parte del “merchandising” deportivo, que tan dispuestos estamos a incorporar a nuestras vidas y que aceptamos como válido. Europa no debe dejar que el terror, el fundamentalismo, la aniquilación del que no profese lo mismo que su convecino, vuelva a reescribir en su territorio la etapa más negra de su historia de la humanidad:  ¿otro holocausto?. Pongamos fin al “buenismo”, aceptemos lo bueno de la pluralidad cultural y religiosa,  arbitremos las medidas para apartar a los terroristas y que no volvamos a tener que hacer demostraciones de convivencia (manifestación en París) a las que acuden personajes políticos, que después piden perdón por su asistencia o que apoyan a grupos terrorista en otros países. Occidente lo agradecerá. Abraham Barchilón es presidente de la Comunidad Judía de les Illes Balears

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La verdad frente a la tergiversación, Por Abraham Barchilón Gabizón

El odio, la tergiversación, la intolerancia, el antijudaísmo y la incitación al odio fue plasmado por Nicolau Flaquer en la sección “Opinión”, publicado por el “Diario de Mallorca”, el pasado día 06 del actual mes de agosto, bajo el título “Los palestinos”. La posición del autor no merecería un comentario sino una demanda, incluso a los medios de comunicación que le dan cobijo, por instigación al odio y desprecio de las minorías. Hitler estaría contento con España al ver que, sin costo alguno, cierta prensa emula al periodismo nazi de Der Sturm, por lo que este artículo va dirigido a la opinión pública para que, conociendo la verdad, pueda llegar a su propia conclusión. Su soflama está planteada en cuatro partes y sobre cuatro premisas total y absolutamente falsas. En primer lugar, hay que entender que la premisa del profesor Shahak, que no es ningún teólogo es totalmente falsa. El Talmud es un compendio de discusiones alrededor de los temas que se planteaban en las Academias rabínicas entre los maestros y los alumnos, no es lo que dirige ni ha dirigido el judaísmo, basado sobre la Biblia (Pentateuco, Profetas y Escritos) y en una interpretación jurídica de la misma establecida en el Shuljan Aruj. El Shuljan Aruj toma del Talmud las opiniones de eminentes rabinos, que sí se toman como interpretaciones ciertas de la enseñanza del Pentateuco (los cinco primeros libros de la Biblia), pero no toma las otras interpretaciones. Tomar esas otras interpretaciones para identificar el judaísmo es tan absurdo como si, de las discusiones entre los teólogos cristianos sobre el alma de la mujer o de los indígenas americanos, se hubieran recogido las actas y, junto a las decisiones que la Iglesia ha adoptado, estuvieran todas las posiciones que defendían que ni la mujer ni los indígenas tenían alma y alguien tomara hoy esas alegaciones como las posiciones del cristianismo. Sería falsear el cristianismo, como falsas son las frases que vierte Shahak y que el periodista define como “las verdades del judaísmo”. La segunda premisa falsa es la que se refiere a los exabruptos, con los que pocos israelíes están de acuerdo, de ciertos rabinos fundamentalistas judíos (“talmudistas” los llama el periodista, para equivocar al lector) que el artículo cita. Conviene aclarar que los rabinos no son sacerdotes sino que, tomando la religión como base, cada uno de ellos la interpreta a modo y manera. Hay muchos que son tradicionalistas y apegados a la interpretación tradicional, en general bastante moderada. Hay otros, sin embargo, que son fundamentalistas. Del mismo modo, el catolicismo podría ser interpretado por la teología del Palmar de Troya. El periodista extrae todas las soflamas político-religiosas de ciertos rabinos extremistas y las toma como el “todo de Israel”. Utiliza el sistema que siempre han usado los antijudíos: para unos éramos bolcheviques, para otros capitalistas y para otros cosmopolitas. Y ciertamente había de todo ello, pero eso no es lo que éramos. Como si el hecho de que Pujol o Millet hayan resultado ser unos defraudadores indicara que todos los catalanes son defraudadores. Son mentiras burdas, teñidas desde un principio del anti-algo, en este caso anti-judaísmo. Porque, además, Israel, que es un estado democrático, no se rige por esos rabinos. Además, hay una Corte Suprema que asegura que nada que dañe al derecho de las minorías, sea la árabe (20% de los ciudadanos israelíes son árabes), los gays o cualquier otra, pueda ser conculcado. Es la misma Corte Suprema que ha condenado a un Presidente del Estado, siendo uno de los pocos países en que ha ocurrido esto (en los demás, se tapa la cosa para que no huela demasiado). La tercera premisa, también absolutamente falsa, la “impunidad” de Israel. Ciertamente han muerto más de mil personas en Gaza y es triste, porque entre ellas muchas eran inocentes. Pero en el propio mundo árabe, para no salir del entorno, observamos que en Siria han muerto entre ciento cincuenta mil y doscientas mil personas, en Darfur más de cien mil, en el Irak yihadista varios miles (centenares de miles han sido expulsados), pero el mundo y el periodismo occidental nada o poco escribe y manifestaciones hay bien pocas. Todo lo que hace Israel está visto bajo la lupa de agrandar y lo demás apenas si se ve. Todo lo que hace Israel está en las primeras páginas de los periódicos y de las televisiones y lo que hacen otros, relegado a una tercera página salvo que no haya noticias. Y queda la cuarta. De las palabras del autor podría desprenderse que todos los que son proisraelíes y/o les apoyan, incluyendo a los políticos como Cameron (¡quien se lo diría!), son judíos y eso, afortunadamente, no es cierto. ¿Por qué se vive entre tanto odio? En palabras del eminente escritor Amos Oz: “¿Qué harías si tu vecino de enfrente se sienta en el balcón, pone a su pequeño hijo en su regazo y empieza a disparar fuego de ametralladora al cuarto de tu bebe? “¿Qué harías si tu vecino de enfrente cava un túnel desde la guardería hasta el cuarto del bebé con el fin de hacer estallar tu casa o secuestrar a tu familia? Algún día esta horrible guerra habrá terminado. Algún día volveremos a ser personas y no solamente judíos”. Entrevista en Radio Sefarad

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Al mundo occidental: ¿quien te defiende? ¡ISRAEL ¡, por Abraham Barchilón Gabizón

Vemos en los medios de comunicación, tanto prensa escrita, radio como televisión, en estos últimos veinte días, multitud de noticias, artículos y reportajes. Sometidos a un minucioso estudio, cabe destacar, en primer término, el desatado odio hacia, no sólo el estado de Israel sino al Judaísmo en general, con un leguaje encarnizado y, en segundo término, apreciamos la falta de imparcialidad que los medios de comunicación deben tener como dogma de fe, faltando en todo momento a la objetividad, a la contrastación de la información recibida y, en resumen, a cumplir con el deber profesional de INFORMAR. Expuesto como premisa la valoración de los ejes, a mi criterio, en que se está desarrollando informativamente esta fase del conflicto, cabe destacar la falta de un análisis objetivo de los fundamentos del mismo y no una mirada de corto alcance al mismo, que sólo se dedica a contar los MISILES QUE HAMAS (Organización Terrorista reconocida como tal a nivel internacional) lanza contra la POBLACIÓN CIVIL DE ISRAEL, intentando que su alcance llegue incluso al Aeropuerto internacional Ben Gurion de Tel-aviv. Y ello para tratar de conseguir lo mismo que los terroristas pro-rusos en Ucrania, es decir, MATAR a las inocentes personas que emplean como medio de transporte el avión. LOS MISILES que Israel lanza, previo aviso telefónico, van específicamente a los lugares desde donde se perpetran los ataques terroristas a las ciudades y al pueblo de Israel. Pero esa labor de recuento y relato de los ataques a la población palestina, no es exacta. Y no lo es porque la Autoridad Nacional Palestina es la única reconocida como representante del pueblo Palestino y en un entente con Israel, no exento de dificultades, ve como sus ciudadanos aumentan su nivel de vida y no son atacados por nadie, por lo que, se debería hacer una gran diferencia entre población Palestina (Cisjordania), la población sometida al imperio del fanatismo del grupo terrorista Hamas (Gaza) y las tesis terroristas de dirigentes que, alejados de la zona de conflicto (Qatar), alimentan y financian los ataques contra el único estado democrático de la zona (Israel), que tiene como principal objetivo la defensa de sus habitantes. La Democracia de Israel se escenifica en la celebración de una manifestación de sus habitantes, ejerciendo éstos el derecho a la libertad de expresión, en contra de la política militar de su gobierno y que finalmente tiene que disolverse por la amenaza de los misiles de los terroristas de Hamas. Pero aun haría falta hacer en estudio más amplio de lo que está representando el terrorismo fanático islamista al mundo occidental, que la prensa se limita a transcribir en titulares de un día (200 niñas secuestradas, iglesias quemadas, imperio del terror en amplias zonas del continente africano…), terrorismo al que con reuniones, conferencias o declaraciones no se puede combatir, porque su fanatismo desea cambiar las normas de vida y conducta de la sociedad occidental, pretendiendo llegar a alterar nuestra esencia. Y está aquí la labor, no considerada ni tenida en cuenta, que Israel viene haciendo al combatir a los terroristas islamistas, que no al pueblo palestino. Son los dirigentes terroristas de la franja de Gaza los que someten a la población que habita en esa zona. Los accesos están cerrados no sólo por Israel sino también por Egipto, que tampoco quiere a esos terroristas, aunque éstos “los abran” mediante túneles para atentar en Israel, además de utilizar a su pobre y desprotegida población como escudos humanos, empleando escuelas, casas particulares y hospitales como plataformas de lanzamientos de misiles. Occidente no acaba de ser consciente de la amenaza que se cierne sobre nuestra forma de sociedad, de la tolerancia y del respeto a la diversidad. Y cuando ello llegue a tomar cuerpo en nuestra conciencia, los ataques indiscriminados y el odio al defensor de esos principios occidentales – Israel – será reconsiderado. Frase destacada: se debería hacer una gran diferencia entre población Palestina (Cisjordania y la población sometida al imperio del fanatismo del grupo terrorista Hamas (Gaza)

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Lanzaderas de MISILES, COHETES: ¿de Feria? . Por Abraham Barchilón Gabizón

El pasado jueves (17/7), al saltar la noticia, mi corazón se sobrecogió: una nueva desgracia en un avión de la Malasia Airlines. Cuando dicho avión sobrevolaba nuestro cielo comunitario (Ucrania), la memoria retrocedía a hace algunos meses cuando en el  Pacífico, como si de magia se tratara, desapareció, sin dejar rastro, un avión similar de la misma Cía. y  que  nos hizo también recordar el atentado terrorista del 21 de diciembre de 1988 a un vuelo regular de la Cia Pan American, conocido como el atentado de “Lockerbie “, cayendo los restos sobre Escocia y en el que murieron 270 personas. Pero ese sentimiento pronto se vio agravado por el hecho de que se trataba de un “atentado terrorista”, en palabras del Primer Ministro ucraniano, al dar a conocer que un misil, desde una lanzadera y proyectado sobre ese fatídico vuelo, fue lo que  lo derribó y causó el  incendio. Sin supervivientes, pereciendo, entre pasajeros y tripulación, casi trescientas personas de diversas nacionalidades y, entre ellos, ochenta niños/as, pero sean o no ellos, lo desgraciadamente verdadero es que las lanzaderas de misiles matan. En la madrugada de ese mismo día conocimos el inicio, por parte del ejecito israelí, de una ofensiva terrestre sobre la franja de Gaza desde que, tanto durante la limitada tregua (5 horas) como justo al término de la misma, los terroristas de Hamas habían lanzado mas de cincuenta proyectiles o misiles, que no cohetes como se les denomina casi siempre, sobre territorio israelí, además de que por un túnel, excavado desde Gaza, un grupo de trece terroristas habían intentado entrar en Israel para cometer atentados. Los medios de comunicación, sometidos al imperio de los grupos inversores, seguían diciendo que lo que lanzaban los terroristas de Hamas eran cohetes y lo de Israel eran misiles. Aquí cabe destacar la afirmación del primer ministro israelí Benjamin Natanyahu: “ISRAEL USA SUS ANTIMISILES PARA DEFENDER A LA POBLACIÓN CIVIL, LOS TERRORISTAS DE GAZA UTILIZAN A LA PROBLACIÒN CIVIL PARA DEFENDER SUS MISILES”. Por ello, el principal objetivo de la ofensiva (yo diría defensiva), israelí era, en palabras de sus mandos militares, destruir e inutilizar las lanzaderas de los terrotirstas. Los líderes mundiales empezaban a lamentarse, condenando el ataque desde una lanzadera, por terroristas prorrusos y,  dentro de mi estado de incredulidad por lo acontecido en Ucrania, fue cuando vino a mi mente el paralelismo de los hechos referenciados, es decir,  lanzaderas en manos de terroristas, esos artefactos móviles que lanzan misiles y matan gente, y no cohetes (¿de feria?) como dicen los medios sesgados, que son casi todos. Y ello viene a coincidir con el objetivo de la presente ofensiva israelí en la franja de Gaza, en manos del grupo terrorista Hamas – TERRORISTA y no partido, milicia, grupo islamista y demás acepciones “suavizadoras”-, que emplea la cuantiosa ayuda económica que recibe, entre otras cosas, para comprar lanzaderas y misiles, en lugar de alimentos .Un grupo terrorista, por cierto, que no aceptó la tregua propuesta por Egipto o que violó lo acordado por Nacionales Unidas. En la Europa comunitaria, los medios de comunicación y los dirigentes de muchos países, así como las mal llamadas ONGs, podrán seguir relatando la historia como venga bien a sus postulados ideológicos o políticos, pero la verdad siempre prevalecerá: las lanzaderas disparan misiles, no cohetes, y causan muertes, y ante ello es obligación de todo gobierno que se precie de serlo, ejercer las acciones que consideren pertinentes para defender la vida de sus ciudadanos.  Frase destacada: “La obligación de todo gobierno que se precie de serlo, ejercer las acciones que consideren pertinentes para defender la vida de sus ciudadanos.”

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Ante los asesinatos, el imperio de la Justicia, por Abraham Barchilón Gabizón

Días pasados escribía sobre el secuestro y asesinato, por miembros pertenecientes  al grupo terrorista Hamas, aliado del Gobierno de la Autoridad Nacional Palestina y condenaba, tanto el brutal atentado contra unos jóvenes estudiantes como el amparo “político” en el que se desenvolvían los autores, Hoy no puedo por menos, como  persona, como ser racional y principalmente como judío, que condenar sin paliativos, el abominable asesinato del adolescente palestino Muhamad Abu Khdeir. Una vez dejada constancia de mi personal condolencia a la familia del también asesinado, sí quiero hacer un análisis que en nada minimiza unos incomprensibles actos en pleno siglo XXI, como son los asesinatos de inocentes. Pero sí creo que hace falta hacer un estudio del tratamiento político, jurídico y gubernamental  de ambos casos. En el primer caso, el secuestro y asesinato de tres jóvenes judíos, los dirigentes del  territorio que da cobertura a la internacionalmente declarada formación terrorista Hamas, no emitió condena alguna e incluso, portavoces de los terroristas, se vanagloriaron de la acción asesina de algunos de sus miembros. De entre los gobernantes de los países limítrofes con Israel, sólo el presiente de la ANP, que ha hecho dejación de su Autoridad en una parte que se secesionó de su territorio para convertirse en el mayor avispero de terroristas, manifestó, sospecho que para salvaguardar sus relaciones con los EEUU, una tenue condena. En el también triste caso del asesinato de Muhamad Abu Khdeir, ha quedado constatado como, desde el primer momento, el Estado de Israel, por medio de su  primer ministro, Benjamín Netanyahu, habló con el padre del citado joven y le manifestó, textualmente: “quiero expresar mi indignación y la de los ciudadanos de Israel por el reprobable asesinato de su hijo” y añadió “hemos actuado con inmediatez para detener a los asesinos. Los llevaremos a la justicia y haremos caer sobre ellos todo el peso de la ley.” En el ámbito policial y jurídico, de los autores del triple asesinato de los jóvenes judíos, nada se sabe, ni se ha abierto investigación alguna. Mientras tanto, en Israel, ante tal dislate de la sensatez humana, los investigadores de la policía y del Servicio de Seguridad General (Shabak),  consiguieron que tres de los seis sospechosos confesaran y reconstruyeran el crimen de Muhamad Abu Khdeir en el área donde su cuerpo fue abandonado, en un bosque en las afueras de Jerusalén. El Tribunal de Petaj Tikva,  que dictó la detención de los sospechosos, decretó el secreto de la actuaciones para una mejor investigación alejada de toda contaminación emocional y evitar que la divulgación interesada de las declaraciones pudiera provocar reacciones en uno u otro sentido, desvirtuando el fin principal de la investigación: el esclarecimiento de los hechos, para la correcta aplicación de la  Justicia.        La cordura de los seres humanos no siempre es controlable y puede escapar, como en los dos casos citados, a los más elementales fundamentos de cualquier religión, como es la vida, pero en estos tristes casos es cuando los países deben hacer prevalecer, por conducto de sus legítimos gobernantes, los que deben ser los ejes rectores  de una organización democrática,  dejar pública constancia de que se rigen por el imperio de la ley  y  que su finalidad es asegurar y   mejorar  la vida y el bienestar de sus ciudadanos, como en el caso de Israel, y no la que  figura en los Estatutos del movimiento terrorista Hamas, que es la destrucción del Estado de Israel. Frase destacada “Quiero expresar mi indignación y la de los ciudadanos de Israel por el reprobable asesinato”  Benjamín Netanyahu

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Asesinados, por ser judíos y ¿el mundo qué dice?, por Abraham Barchilón

Acaban de llegar las tristes y dolorosas noticias del asesinato, por los miembros de la organización terrorista Hamas, amparados por la Autoridad NacionalPalestina, de los tres adolescentes estudiantes  judíos secuestrados cuando salían de sus colegios, hace 18 días. Tres jóvenes adolescentes, completamente inocentes, que volvían a sus casas, fueron secuestrados por los terroristas de Hamas y el mundo llamado “civilizado”, prácticamente ha callado ante tal monstruoso acto, que han acabado consumando los terroristas  con el asesinato de los, insisto, tres jóvenes inocentes. El fanatismo, el odio, la violencia despiadada, hace de hoy un día triste y oscuro, no sólo para sus familiares, sino para toda persona de bien y del que se debe tomar buena nota. Las palabras del Presidente de la ANP sobre cómo lamentaba el secuestro, decía él “con independencia de su nacionalidad, porque era contra vidas jóvenes”, destila una cierta intención de lavado de imagen ante los EEUU, dado que uno de los jóvenes estudiantes era de esa nacionalidad, pero también judío de religión. El mundo occidental, sus dirigentes, sus medios de comunicación vienen, de manera casi generalizada y reiteradamente, distorsionando y deformando la realidad de lo que son estos asesinos, que gobiernan con el beneplácito toda la Franja de Gaza. Hemos leído más de un titular  que rezaba “los jóvenes desaparecidos” cuando debía decirse “los jóvenes secuestrados” o “han sido hallados muertos”, en vez de “han sido salvajemente asesinados”… Pues bien, este mundo occidental emitirá notas de condolencias, pero de forma que no “molesten” a los considerados por ellos países amigos, llamando, cómo no, a la contención. La repulsa y la condena por estos tristes y salvajes asesinatos, no debe ser titular de un solo día pues el pueblo judío, sus familias y el estado de Israel tendremos permanentemente en nuestra memoria a Eyal, Naftalí y Gilad y estarán presentes en los acontecimientos que se desarrollen en la zona Actos como el asesinato de inocentes jóvenes estudiantes judíos, la intolerancia, la falta de respeto a la vida por estos desalmados terroristas de Hamas, son los acontecimientos que realmente ponen “palos en las ruedas“ para la consecución de la ansiada paz en la zona. El Gobierno palestino, al que da su beneplácito, entre otros países, España, está integrado, tras el pacto con el legítimo presidente, por el movimiento terrorista Hamas, autor de los asesinatos,  cuyo principal objetivo es la destrucción del Estado de Israel. Hamas es el verdadero autor material y la ANP la  culpable del asesinato de los tres jóvenes judíos. Su reconocimiento y aceptación  en los organismos internacionales y el reconocimiento de sus llamadas “embajadas”, ha de ser revisado si el mundo occidental no quiere verse envuelto en nuevos sangrientos ataques, en base a que todos nosotros “los infieles“, no merecemos la vida. Veíamos días pasados cómo la madre de uno de estos jóvenes dirigía su súplica en la ONU, para pedir la liberación de los jóvenes. Pues bien, no sólo no sirvió de nada sino que una de las plazas de ese foro, al que contribuimos todos con nuestros impuestos mediante las aportaciones de cada estado, estaba ocupado por uno de los cómplices de los asesinatos: el representante de la ANP. Y tomen nota, si bien los principales “infieles” antes estos terroristas somos los judíos, también lo sois los que profesáis otras religiones diferentes a la musulmana. Las lágrimas llenan mis ojos, mi mente se turba, mis pensamientos se entrecortan por los asesinatos de mis correligionarios. Ellos han perdido sus inocentes vidas, pero su memoria nos hará, una vez más, saber resistir al antijudaísmo, modernamente llamado “antiisraelismo.” Abraham Barchilón es abogado.

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Reflexionando en Europa Muriendo en Europa, Muriendo en Europa, por Abraham Barchilón

Europa entera ha de hacer un juicio crítico y reflexionar sobre dónde se le está llevando El sábado 24 de mayo, día de reflexión, con motivo de las elecciones al Parlamento Europeo, cuyo mandato supera, al ser de cinco años, a cualquier otro en nuestro país, nos sobresaltó con el atentado en Bruselas, decían al principio, junto al Museo judío. Lo datos que se iban conociendo, las causas, si es que las puede haber, o el lugar determinado, prontamente nos llevó a confirmar el triste presagio que al oír hablar de atentado, tenemos todos. Rápidamente se confirmó lo que han denominado un atentado “antisemita“. Era un cobarde atentado antijudío y el lugar exacto del atentado, no era las cercanías, como si de una coincidencia se tratara, sino el interior del recinto del citado Museo judío. Tras esas primeras calificaciones, desgraciadamente, el presagio se confirmaba y, como a las cosas hace falta llamarlas por su nombre, lo sucedido era un atentado antijudío o, en su subjetiva nueva acepción, antiisraelí. Europa, en el prólogo de una nueva fase en su historia, con nuevas formas de elegir sus órganos internos y potestades, sigue padeciendo la presión de algunos –demasiados- que deciden que Europa no debe corregir su triste historia y  debe seguir regada con sangre inocente. Las víctimas mortales, tres en un primer momento y una fallecida posteriormente en el hospital, dada la gravedad de sus heridas, era el primer cruel escrutinio de las elecciones europeas. Tan triste acontecimiento, tuvo su epílogo en los resultados de las citadas elecciones europeas, por el aumento de los escaños conseguidos por los partidos de extrema derecha, neonazis, nazis, xenófobos o racistas. A esta dramática constatación, hay que incluir los ataques, igualmente antijudíos, sufridos en las redes sociales, tras algo tan noble como puede ser una competición deportiva. De los más de 17.500 tuits ofensivos, insultantes, en fin, delictivos, al menos cuatro, aparecen con  nombre y apellidos. Posiblemente, por la cobardía  de los insultantes, pueden no corresponder a su verdadera identidad y el resto se esconden en pseudónimos. En cualquier caso, al igual que la tecnología, supuestamente, les posibilita esconderse cobardemente, esa misma herramienta permite, en una labor policial, la localización del lugar donde se cometió el delito, identificar a sus autores, llevarlos ante la autoridad judicial y aplicarles, por los órganos jurisdiccionales, las penas que nuestro código penal vigente establece. La libertad de expresión tiene como límite el respeto al ordenamiento jurídico, a la vida, a la integridad y respeto de los miembros de la sociedad. A día de hoy, se desconoce qué trámite ha dado la fiscalía a las denuncias, qué investigaciones han efectuado los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, pues, en casos muy recientes y también tristes, rápidamente se produjeron detenciones y fueron puestos a disposición de la autoridades judiciales los cobardes autores. Europa entera ha de hacer un juicio crítico y reflexionar sobre dónde se le está llevando, no sólo los que perpetran los atentados,  los que ejercen políticas ultra sino también los que, desprestigiando continuamente, que no es lo mismo que criticar, a las instituciones, hacen que este cáncer del antijudaísmo/antiisraelismo, el racismo y la xenofobia, se detecte nuevamente en el viejo y desgarrado continente europeo. Abraham Barchilón es abogado.

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De la Declaración de Estocolmo a la Lomce, 13 años en baldío, por Abraham Barchilón

Entre los días 26 y 29 de enero del año 2000, se desarrolló en la capital sueca el Foro Internacional sobre el Holocausto, que tenía como antecedente el acuerdo de mayo de 1998 entre el Presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, y los Primeros Ministros de Suecia y Gran Bretaña, Goran Persson y Tony Blair, respectivamente. Rápidamente, a la loable iniciativa, promovida por los países anteriormente citados, de instaurar la llamada «Task Force”, cuyo objetivo era prescribir la introducción del estudio de la Shoá en las programaciones educativas de las Instituciones docentes dependientes de los mismos, mostraron sus adhesiones los gobiernos de Francia, Alemania, Israel, Italia, Países Bajos y Polonia, y ello con la intención, ya mencionada, de promover, en vísperas del nuevo milenio, la cooperación internacional en cuanto a la educación, la conmemoración y la investigación del Holocausto.Para tal fin, durante tres días, más de 700 delegados de 47 países se hicieron presentes en la capital sueca. Dichas misiones, no sólo contaron con la participación de representantes oficiales o gubernamentales, sino también con la de científicos dedicados a las investigaciones relacionadas con el Holocausto, profesores y expertos educativos, directores de museos y archivos y colaboradores de organizaciones no gubernamentales, entre otros. Un importante número de sobrevivientes al Holocausto se hizo también presente en Estocolmo, contribuyendo a elevar, en virtud de sus aportaciones vivenciales, el nivel de los debates., que concluyó con la siguiente Declaración final:«Nosotros, altos representantes de los gobiernos, ante el Foro Internacional de Estocolmo sobre el Holocausto (26-28 enero 2000), declaramos: que el Holocausto (Shoah) cambió las bases de la civilización”. El carácter sin precedentes del Holocausto tendrá por siempre un sentido universal. Después demedio siglo, continúa siendo un evento lo suficientemente cercano en el tiempo para que los supervivientes puedan todavía brindar testimonio sobre los horrores que azotaron al pueblo judío. El terrible sufrimiento de los muchos millones de víctimas de los nazis ha dejado una indeleble cicatriz a lo largo de Europa.La magnitud del Holocausto, planificado y ejecutado por los nazis, debe por siempre ser guardado en nuestra memoria colectiva. Los sacrificios de quienes desafiaron a los nazis y, al mismo tiempo, dieron sus propias vidas para proteger o rescatar a las víctimas del Holocausto, deben ser inscritos en nuestros corazones. En dicho evento, estuvieron representados participantes de: Albania, Alemania, Argentina, Austria, Australia, Bélgica, Bosnia y Herzegovina, Brasil, Bulgaria, Canadá, Croacia, Chipre, República Checa, Dinamarca, España, Estados Unidos, Estonia, Finlandia, Francia, Gran Bretaña ,Grecia, Hungría, Islandia, Israel, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Macedonia, Moldavia, Noruega, Países Bajos ,Polonia, Portugal, Rumania, Rusia, Eslovaquia, Eslovenia, Sudáfrica, Suiza, Turquía, Ucrania, Uruguay y como observadores: la Santa Sede, las Naciones Unidas, Unión Europea, Consejo de Europa, Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico.Nuestro país estuvo representado y fue firmante del acuerdo, pero éste nunca llegó a aplicarse, ni en enero de 2000 cuando gobernaba en España Felipe González (PSOE) -V legislatura-, ni después cuando se sucedieron dos legislaturas – VI y VII – gobernando José María Aznar (PP); dos legislaturas más – VIII y IX – presididas por José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y actualmente, encontrándonos en la legislatura X bajo la presidencia de Mariano Rajoy (PP).Analizamos la “Declaración de Estocolmo”, que prescribe la introducción del estudio de la Shoá en los programaciones educativas de las instituciones docentes, dependientes de los firmantes, y la promulgación de la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa, que en su artículo ciento dos añade la disposición adicional cuadragésima primera con la siguiente redacción:«Disposición adicional cuadragésima primera. Prevención y resolución pacífica de conflictos y valores que sustentan la democracia y los derechos humanos. En el currículo de las diferentes etapas de la Educación Básica se tendrá en consideración el aprendizaje de la prevención y resolución pacífica de conflictos en todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social, y de los valores que sustentan la democracia y los derechos humanos, que debe incluir en todo caso la prevención de la violencia de género y el estudio del Holocausto judío como hecho histórico.»Es decir, que nuestros legisladores han invertido trece años y más de cinco legislaturas para plasmar en un texto lo que, como Estado, había sido ya firmado.Pero podría, incluso, darse por bueno si la disposición de la Ley 8/2013 citada, además de ser una declaración de principios de las llamadas “políticamente correctas”, hubiera fijado el medio y la forma de llevarla a la práctica.La materialización del estudio del holocausto, si consideramos las transferencias efectuadas a las Comunidades Autónomas en materia educativa, hará necesario conciliar, para cumplir con un acuerdo estatal, con las diferentes Comunidades y Ciudades autónomas, lo que sin duda se me antoja como prolijo y complicado: cómo formularlo, para paliar esta dificultad y poder cumplir tanto el acuerdo internacional como la legislación interior citada. Quizás un acuerdo adoptado en la Conferencia Sectorial de Educación sobre la suscripción, por parte de los diversos gobiernos autónomos, de “convenios instrumentales” con las comunidades judías de su ámbito territorial y, en su defecto, con la Federación de Comunidades Judías, sería la fórmula que, como complemento al acuerdo entre el Estado y la Federación de Comunidades Judías de España, harían posible llevar a la práctica el cumplimiento en cuestión. Frases:“28/4 se conmemora un nuevo aniversario del Holocausto”“enseñar para No olvidar”. Abraham Barchilón es abogado

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¿Subsanando un error histórico?, por Abraham Barchilón

Tras el anuncio, por el Gobierno, del anteproyecto de Ley denominado “de concesión de la nacionalidad española a los sefardíes que justifiquen tal condición y su especial vinculación con España” y por el que se modifica el artículo 23 del Código Civil, lo primero a resaltar sería el pomposo título dado por el Ministerio de Justicia al citado anteproyecto, cuando se trata, en definitiva, de la modificación  parcial  de un artículo del Código Civil. Seguidamente, llama la atención que, a la modificación referida del Código Civil, el anteproyecto dedique tres folios a justificarlo,  remontándose al D.L. del 21/12/1924, cuando dicho texto legal,  en la época contemporánea, ha sufrido reformas, sin duda, de mayor calado que la que ahora propone el anteproyecto (en mayo de 1978; noviembre de 1978; 1981; 1990; 2005). Ahora, que en los albores del siglo XXI las comunidades sefardíes del mundo se enfrentan a nuevos desafíos, cuando algunas quedaron maltrechas en la furia de los totalitarismos y en todas ellas palpita el amor hacia España, “nuestro País”, se dispone   la modificación del artículo 23 del Código Civil, que tal vez no necesitara tan larga exposición de motivos. Pero hagamos un análisis jurídico de lo que, como subsanación de un error histórico, se propone con la modificación del artículo en cuestión. El párrafo segundo del apartado primero del anteproyecto, dice textualmente “ …  cualquiera que sea la ideología, religión o creencia de los sefardíes”. Esto viene a suponer una apertura de la aplicación. Cuando se apruebe definitivamente, podrán acogerse no  sólo aquellos que  profesen en la actualidad la religión judía sino todos aquellos cuyos antepasados fueron judíos y que, tras el edicto de 1492, fueron compelidos a la conversión forzosa o a la expulsión, y sean ciudadanos hoy extranjeros. Ello da una mayor amplitud al término “sefardí”, reconociendo el drama que el citado edicto causó al conjunto de la sociedad española. De otra parte, lo que dicho anteproyecto vendría a suponer es: eliminar un agravio comparativo por el que se exigía la renuncia a su actual nacionalidad a los sefardíes, “españoles sin patria”,  y no así a otros nacionales de países iberoamericanos, Filipinas, Guinea Ecuatorial y Portugal, citados en el artículo en cuestión.          La única modificación  favorable para adquirir la nacionalidad española por carta de naturaleza, vendría a recoger el anteproyecto que analizamos y sería, por su conducto, modificar, de facto, el apartado 2º del artículo 21 del C.C., exonerando  a los sefardíes de  la residencia obligatoria en España para obtener la nacionalidad española La problemática estudiada , desde la perspectiva histórica, debe considerar los motivos por los que los judíos españoles (sefardíes) se tuvieron que ir – forzados – al exilio (1.492) y la aplicación del apartado 4) del artículo 24 del citado Código Civil: “No se pierde la nacionalidad española, en virtud de lo dispuesto en este precepto, si España se hallare en Guerra”. Esto supone reconocer que nuestros compatriotas de religión judía no han perdido nunca nuestra, su,  nacionalidad. Y concordando el texto anteriormente citado con el apartado 2 del artículo 11 de la Constitución Española (1978), leemos: “ningún español de origen puede ser privado de su nacionalidad”.             Por lo expuesto, concluyo que  el citado anteproyecto que se presenta como  una forma de  subsanar un error histórico, en realidad lo que hace es, primordialmente, paliar   la desigualdad en  la Ley, de los Sefardíes en relación a los otros pueblos que, de alguna forma, constituyen parte de la historia de España y, por otro lado,  posibilitar “el reconocimiento” de su nacionalidad de origen.

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