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El dilema ugandés, por Jorge Rozemblum

Este lunes Israel conmemora Yom Hashoá Vehagburá. A diferencia del recuerdo instituido por Naciones Unidas el 27 de enero (fecha en 1945 en que el ejército ruso ENTRÓ en el campamento de exterminio de Auschwitz, no lo LIBERÓ, ya que los nazis lo habían abandonado ya, llevándose a la mayor parte de sus prisioneros en una Marcha de la Muerte, como escudos humanos en su retirada), en hebreo ese día se define como Día del Holocausto y la Valentía, en honor a los resistentes que se levantaron contra el  ejército nazi el 19 de abril de 1943 en el gueto de Varsovia. En aquel año la fecha coincidía (no por  casualidad) con la primera noche de Pésaj, y su relato legendario y libertario inspiró la lucha y rebelión en condiciones de absoluta desigualdad frente al opresor, sin ninguna posibilidad de victoria militar aunque sí moral. Fue la primera vez que un grupo de resistentes civiles se enfrentaba a los ejércitos del Reich y sirvió de ejemplo a otros, como la Insurrección Nacional Eslovaca del año siguiente.Al parecer, la ONU no vio con buenos ojos ligar el concepto del Holocausto al de la resistencia, ya que la lucha en Varsovia (como en la mayoría de grupos partisanos judíos) estaba liderada por jóvenes sionistas, cuya causa continuaron los supervivientes en las guerras que Israel se vio obligado a librar desde su independencia en 1948. También vieron la oportunidad de “universalizar” la Shoá, no sólo recordando a los otros colectivos masacrados o encarcelados en los campos nazis (gitanos, homosexuales, deficientes físicos y mentales, republicanos y presos políticos, etc.), sino haciendo extensivo el recuerdo a todas las víctimas de los crímenes contra la humanidad, de todas las épocas, etnias y latitudes.Esa “universalización”, ¿no es una manera de relativizar su “especificidad” antijudía? Evitar mencionar el papel de la resistencia activa judía, ¿no esconde una excusa ante la flagrante inacción de los Aliados, informados como lo estaban desde 1942 acerca de lo que realmente pasaba en los campos de exterminio? Pese a ello, para muchos, el mero hecho de que exista una fecha tal en el calendario de las Naciones Unidas es un gran logro.A mí, me recuerda el dilema ugandés. En 1903, el Sexto Congreso Sionista en Basilea se vio sorprendido cuando su presidente, Theodor Herzl, leyó la propuesta del gobierno británico de establecer un hogar nacional para los judíos… en Uganda. Eran tiempos de masacres, como los pogromos de Kishinev, que reclamaban una solución urgente para los judíos. Sin embargo, fueron justamente los representantes de esta ciudad, como Meir Dizengoff, los que rechazaron el plan, quien señaló que lo que los judíos necesitaban era una patria, no un refugio temporario. De modo análogo, lo que conmemoramos estos días, más allá del horror, es el resplandor de la resistencia a convertirnos en objetos anónimos de la deshumanización. Eso es Hagburá, la valentía del título de esta fecha y que ha sido sutilmente omitida en otras conmemoraciones “a la ugandesa”, refugios temporales pero no una patria para el recuerdo de sus víctimas.Shabat shalom Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad NOTA: esperamos que os guste el nuevo formato de los boletines de programación que os enviamos adjuntos. Hágannos llegar sus comentarios y sugerencias. Para acceder al boletín de la programación completa de Radio Sefarad del 12 al 25 de abril de 2014, pulse aquí

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40 años y 100 generaciones, por Jorge Rozemblum

Un año más, como cada primavera, volvemos a retomar la memoria de uno de los capítulos más antiguos y trascendentales de nuestra identidad judía. Pésaj nos vuelve a convertir en protagonistas de un relato que nos acompaña desde (según las cuentas bíblicas) hace exactamente 3325 años.Resulta curioso que uno de los rituales tradicionales de esta fiesta es recalcar que cada generación debe sentirse como si ella misma hubiera salido de Egipto. Si calculamos una media de tres generaciones por siglo, caemos en la cuenta de que somos la centésima generación desde aquellos israelitas que lavaron su mentalidad esclava vagando 40 años por el desierto.La mayoría de los niños se asombran de que alguien a quien se le han abierto las puertas de su jaula no corra desesperadamente hacia su nuevo destino y tarde esa eternidad en llegar a la meta prometida. Con el paso de los años comprendemos cada vez mejor la estrategia mosaica y hasta puede parecernos demasiado corta. No en vano, cien generaciones después tenemos que reunirnos en parafernalia para que no se nos olvide quiénes somos y de dónde venimos. Generación tras generación hemos ido llenando la celebración de mágicos invitados (el profeta Elías), de libros maravillosamente ilustrados (hagadá), de canciones infantiles en lenguas perdidas como el arameo (Jad Gadiá) o en traducciones vernáculas (Quien supiense y entendiense), de recetas creativas a pesar de la falta de levaduras, de cuentos y leyendas en torno al poderoso número cuatro (hijos, preguntas, copas…).Y todo un libro, de sólo cinco de la Torá, dedicado exclusivamente a contar el suceso: la cadena cosmogónica del clan hebreo, evolucionado en tribus y finalmente transformado en pueblo israelita, saliendo de la opresión a través de la estrechura (meitzarím, de la misma raíz hebrea que Mitzráyim, Egipto) abierta en el mar. Hoy, aún nos queda por transitar un largo desierto solitario de incomprensión y desprecio -cuando no de envidia enquistada en odio- por seguir caminando por la cuenca seca de un océano que ningún otro se atreve a cruzar. Siguiendo las huellas de quienes fuimos antes de ser lo que somos ahora, apenas 40 años y 100 generaciones después.Shabat shalomNOTA: la semana próxima no habrá envío de boletines ni de artículo.Jag Pésaj Sameaj! ¡Felices pascuas!Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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Agítese antes de usar, por Jorge Rozemblum

Las revueltas callejeras, no sólo las que en el mundo árabe se calificaron de primaverales, sino también las de Ucrania, Venezuela y hasta de nuestro país, no siempre traen resultados más positivos para las masas que reclaman cambios. A veces sucede justamente lo contrario.Desde los albores de la Edad Contemporánea, la violencia de las masas ha establecido una batalla desigual con las actitudes más civilizadas de grupos, aún mayoritarios. El paradigma de este enfrentamiento se dio hace un siglo cuando la revolución menchevique -que había acabado con el régimen zarista ruso- fue pronto enajenada en favor de los bolcheviques, al amparo de la ideología leninista: la dictadura del proletariado. Pero no fue ni el primero, ni el último caso.Y si no, que se lo cuenten a los estudiantes y jóvenes egipcios que hace tres años consiguieron destronar al faraónico Mubarak, para que el fanatismo islamista canalizara sus logros hacia la toma de un poder que luego robaría otro militar, esta semana desuniformado para volver a lo de siempre. Mientras, la cairota plaza Tahrir, como la estambulita Taksim, la caraqueña Altamira, la madrileña Neptuno o la kieveña Maidan, se han convertido en campos de batalla, en monumentos sangrantes de la desilusión.La historia nos enseña el Terror en qué desembocó la Revolución Francesa a pesar de sus impecables ideales y en qué acabó la Rusa, amparada en el terror nuclear. Sin embargo, los cambios sociales más notables de nuestra época no han tenido que recurrir a tanta violencia para calar en la lógica de nuestras existencias: véase el papel actual de la mujer o la libertad de opción sexual (en Occidente, claro).La agitación callejera es un fenómeno caótico, es decir, no surge al azar, sino de la interrelación de muchas fuerzas distintas en un mismo tiempo y lugar. A veces responden a las incitaciones del iluminado de turno, a veces son una ola nacida en un remanso que se agiganta y amplifica en cada orilla que impacta. Sirvan de ejemplo de ambos extremos la retórica alcohólica de Hitler y Hess en el putch de Munich de 1923 y, en el otro, el balsámico discurso de Obama en la Universidad de El Cairo en 2009. Tonos y talantes muy distintos, pero que desembocan en una marea deshumanizada.Sea cual sea la intención inicial, siempre habrá quien sepa capitalizar la agitación creada y vampirizar la sed de libertad, pintando las banderas con la sangre de los caídos (de uno u otro bando), llámense Al Sisi, Putin, y no doy más nombres por no meterme en líos. Todos ellos hacen buena aquella indicación de las botellas de jarabe: “Agítese bien antes de usar”.Shabat Shalom Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad 

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Vamos a matar judíos, por Verónica Nehama

“Hablando se entiende la gente” es un aforismo que transmite, al igual que refranes o proverbios, la sabiduría ancestral de los pueblos, enraizada en su acervo cultural. “Quien bien te quiere, te hará llorar”, recalca la necesidad de firmeza en el quehacer educativo. “Dime con quién andas y te diré quién eres”, ilustra la conveniencia de frecuentar a quienes fomentan conductas morales. “Ama a tu prójimo como a ti mismo” representa el compendio ético de numerosas doctrinas religiosas. Decenas de miles de frases hechas ofrecen consejos y pautas de comportamiento. Unas se basan en la observación de fenómenos: “En abril, aguas mil”, otras en actitudes humanas “El corazón tiene razones que la razón ignora”. Su enunciado y particularidad son una seña de identidad de los pueblos y un referente de su idiosincrasia. “To take the french flight”, se traduce en español por “despedirse a la francesa”, y en francés por “filer à l´anglaise”, lo cual evidencia las filias y fobias que laten en el inconsciente colectivo de los hombres. Es necesario ser exquisitamente cuidadosos cuando se utilizan de manera automática e irreflexiva ciertas expresiones, sin ánimo de invectivar, pero cuyo significado puede ser captado de manera ofensiva. Hay que remontarse al origen de dichas expresiones para comprender en qué contexto nacieron, y preguntarse si esos símbolos vaciado de su contenido primigenio pueden constituir un ataque hacia quienes se etiqueta de manera despectiva. Como española y judía, me he sentido humillada por una noticia recientemente publicada en la prensa: “El barrio húmedo de León prepara 150000 litros de” limonada para matar judíos” con el fin de celebrar la Pascua. Atónita, descubrí que se trata de una vieja tradición de Viernes Santo, cuando los cristianos bajaban a la judería para atacar a quienes consideraban responsables de la muerte de Cristo. Para evitar desórdenes y disuadir a los alborotadores, las autoridades permitieron a las tabernas que jalonaban el camino ofrecer una suave bebida hecha de vino rebajado con agua, limón y azúcar, contraviniendo el precepto de abstinencia y ayuno. Pero ¿de donde procede el apelativo insultante de tan agradable bebida? Se atribuye a Fernando el Católico una frase de dudoso gusto, cuando firmó el decreto de expulsión de los judíos en 1492 “Limonada que trasiego, judío que pulverizo», un dicho que evolucionó hasta nuestros días, para convertirse en “limonada para matar judíos”. Probablemente hoy nadie atribuye intencionalidad al ofensivo apelativo del bebedizo, visto las entusiastas noticias que pretenden extender su uso a lo largo de todo el año, como santo y seña de la noble ciudad de León. No existe en los periódicos una sola explicación acerca de tan desafortunada denominación. Pero cualquier descuido puede encender la chispa del odio. Algunos avispados comerciantes han aprovechado la contienda actual entre israelíes y palestinos para editar carteles donde un árabe con Kefia y sonrisa malévola anuncia la “mortífera” bebida. Los mensajes subliminales están servidos para herir susceptibilidades e incitar a la animadversión atávica y mal digerida. Nuestro orgullo étnico nunca debería denostar otras religiones o culturas, y palabras como “judiada”, ”gitaneo”, o frases como “borracho como un polaco” o “avaro como un escocés”, remanentes de antiguas disensiones han de convertirse en tabúes lingüísticos.   Las autoridades competentes deben asumir su responsabilidad y eliminar del vocabulario institucional las expresiones denigrantes o violentas. El lenguaje, patrimonio exclusivo de la humanidad puede instaurar la concordia o perpetuar el rencor. Hablar de paz, respeto y convivencia fomentará relaciones armoniosas y enriquecimiento mutuo. Los mensajes que contienen insultos o instigación a la barbarie engendrarán terror y crímenes. Es prioritario erradicar las expresiones ofensivas, que acabarán desapareciendo –incluso del diccionario- por falta de uso. Parapetarse detrás de argumentos como la inercia, el hábito o la pureza de intenciones son falacias. “El infierno está pavimentado de buenas intenciones” y el que desea solventar un problema busca caminos, mientras quien quiere ofender, sigue encontrando excusas.

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Un aliado a cambio de 26 asesinos, por Jorge Rozemblum

La Casa Blanca ha ofrecido a Israel liberar a Jonathan Pollard, preso estadounidense desde hace 29 años acusado de espiar a favor de Israel, a cambio de proseguir con la liberación de 26 palestinos encarcelados en Israel, para que estos últimos acepten seguir con las conversaciones de paz (para obtener un estado propio).Nunca en la historia norteamericana un acusado de espiar a favor de un aliado había permanecido tanto tiempo en prisión, pese a los insistentes pedidos por su liberación. Ni siquiera los enemigos en la Guerra Fría recibieron ese trato. Pero ni Obama ni George Bush hijo y padre, ni Clinton, ni Reagan quisieron demostrar un trato de favor hacia Israel. Sirva de ejemplo para todos aquellos que preconizan el poder absoluto del lobby pro-israelí en EE.UU. Aunque aún no se conoce el alcance verdadero y exacto de los secretos que Pollard confió a la inteligencia israelí, es muy probable que fuera un material bastante menos sensible que el publicado por Daniel Assange en WikiLeaks o por Edward Snowden (y lo que aún quiera contarnos).Los 104 presos que Israel se ha comprometido a liberar en tandas de 26 cada tres meses desde hace nueve y que concluirán con la última remesa este domingo, fueron arrestados y juzgados antes de 1993, y la mayoría condenados por ataques terroristas con víctimas mortales. Los 98 que ya han salido han sido recibidos con honores de estado como héroes de la “resistencia” y cobran un sueldo mensual muy superior al de cualquier funcionario de la administración palestina. Y ello con dinero que sale de las inmensas ayudas económicas que reciben (las más abultadas del mundo per cápita), entre ellas las de nuestros españoles bolsillos, incluso en tiempos de crisis. Su mérito: matar judíos. Y digo bien, porque no se premia a quien mata israelíes sin más (como también lo son el 17% de árabes y el 2,1% de cristianos), sino sólo a los judíos israelíes.La oferta estadounidense establece esa macabra proporción de 1 a 26, pero no tendríamos que sentirnos ofendidos ya que hace poco más de dos años Israel tuvo que liberar a 1.066 presos juzgados y convictos a cambio de Gilad Shalit, un soldado secuestrado por el grupo terrorista Hamás. No podemos quejarnos: la proporción ha mejorado mucho. Lo que duele realmente es que la plantee quien se vanagloria de ser el garante de la existencia de Israel. ¿Qué conseguirá la Casa Blanca a cambio? Tiempo.Pero no se trata de un tiempo muerto, como cuando en un partido de baloncesto se paran los cronómetros y el enfrentamiento deportivo entre los equipos rivales. Desgraciadamente, en la vida real los tiempos muertos (ahora llamados “acuerdo marco”, es decir, decidir no decidir nada de momento, ni para bien ni para mal; véase el acuerdo del Grupo 5+1 con Irán sobre su desarme nuclear) no existen. El enfrentamiento sigue de forma soterrada, preparando nuevos ases manchados de sangre en la manga.Shabat Shalom Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad 

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A Adolfo Suárez, humildemente, “adiós compañero“, por Abraham Barchilón

Ayer, domingo día  23 de marzo, conocimos los españoles que, a las 15.03 horas, había fallecido el expresidente del Gobierno D. Adolfo Suárez González, quien nos condujo de un régimen dictatorial a la democracia que hoy disfrutamos. Cuando la democracia afloraba en nuestro país, tuve la gran oportunidad de incorporarme a ese noble propósito, en las filas de la UCD, Unión de Centro Democrático. Nos trasladó, a esa juventud adormecida, que debíamos, cada uno dentro de sus ideales y pensamientos, participar en esa nueva etapa que empezaba a caminar. Por ello, tuve el privilegio de tomar parte y colaborar, desde  las primeras elecciones democráticas, en el citado proceso electoral. Posteriormente, tuve la oportunidad de ser candidato a las elecciones municipales de Ceuta, ciudad donde residía. Vienen a mi memoria la reuniones mantenidas con  diversos Diputados para que la Constitución de 1978 recogiera expresamente el reconocimiento de la españolidad de Ceuta y Melilla, para lo que siempre se contó con el soporte de Adolfo Suárez. Recuerdo que, en un momento dado, el Ministro Manuel Clavero, nos comentó, a un reducido grupo y en tono humorístico: “estar tranquilos, ya hemos llegado a un acuerdo. España se configura de Ceuta y Melilla y una cosa arriba llamada península” Dentro de la organización de la UCD, desempeñé el cargo de Secretario de Juventudes de la UCD en Ceuta, miembro del Comité Ejecutivo regional de la UCD en Andalucía, compartiendo trabajo con el que era Secretario Nacional de la Juventudes de nuestro partido y posteriormente Ministro de España, Javier Arenas. Y esta coyuntura se prolongó hasta que, los opositores políticos, echaron a las que hoy son las ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla. En dicho comité ejecutivo regional de Andalucía tuve la posibilidad de aprender de miembros tan ilustres en la política contemporánea, como Landelino Lavilla, Manuel Clavero, Soledad Becerril, Cecilio Valverde, Jaime García Añoveros, etc. Junto a Manuel Clavero, y siendo miembro del Comité Ejecutivo Regional por la ciudad de Melilla el actual Ministro de Asuntos Exteriores, D. José Manuel García Margallo, viví la “miopía política“de considerar a las ciudades de Ceuta y Melilla como reductos de “la derecha“, lo cual, “teóricamente”, haría perder el poder al PSOE en Andalucía y, finalmente, eso fue lo que provocó la exclusión de Ceuta y Melilla de la configuración de Andalucía como Comunidad Autónoma. Militando en la UCD, viví el golpe de estado de Tejero, en el que tan “traidores” se consideraba, por parte de los golpistas, a los militantes de la UCD como a los del  legalizado partido comunista. Recuerdo cómo, pese a ser de una ciudad pequeña y, por consiguiente, fácilmente localizables, se nos aconsejó no pernoctar esa noche en nuestros domicilios, incluso supimos de algunos líderes de otros partidos que habían pasado la frontera hacia Marruecos. Por otro lado, el resquebrajamiento de las familias que habíamos configurado la UCD, propició la anulación  “in extremis“del Congreso que habría de celebrarse en Sevilla. Después, tuve el honor de formar parte de la representación de Ceuta en el Congreso Extraordinario que tuvo lugar en esta Ciudad – Palma de Mallorca-, en la que, no sin sentimiento, al menos mío,  se puso final a una noble etapa y se proclamó presidente de la UCDal Sr.  Rodríguez Sahagún. Nos alegró profundamente, a los que pertenecíamos a la UCD en Ceuta, que nos visitara posteriormente, compartir una fraternal cena con él y un estimulante intercambio de impresiones. Los que nos considerábamos participantes de la UCD dentro del sector liberal, sin pertenecer a ese partido liberal y que no podíamos compartir la doctrina democristiana que Oscar Alzaga había dado a su nueva agrupación, nos vimos -al menos yo-, avocados al abandono de la política. Personalmente, sólo he vuelto a la misma, transitoriamente y a petición de algunos amigos, en los frustrados proyectos del PDL (de Garrigues Walker) o del PR (de Miguel Roca). Hace ya algunos años, evidentemente. Sirvan estas líneas de admiración,  dolor y pesar por la pérdida de ese gran hombre, imprescindible en la España del pasado siglo XX, y, con toda humildad, compañero D. Adolfo Suárez González. Descanse en paz.

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Gota a gota, por Jorge Rozemblum

¿Se puede envenenar el pensamiento de una persona? ¿Y el de un colectivo? Si bien el odio a cara descubierta despierta rechazo, en dosis pequeñas puede permear hasta los sustratos más básicos de los individuos y pueblos.Ese envenenamiento progresivo puede ser obra del sujeto que pretende emponzoñar, o bien de mentes zombis, activadas por los prejuicios ya instalados en el inconsciente plural. Pongamos un ejemplo de esta misma semana. Los medios de nuestro país se hacen eco de una noticia de la agencia estatal EFE acerca del rescate de 596 inmigrantes en aguas cercanas a la isla italiana de Lampedusa. A los pocos párrafos leemos (y todos los periódicos y noticieros de radio y televisión lo repiten sin inmutarse) que una fragata consiguió salvar a 323 de esos náufragos “que aseguraron proceder de Siria y Palestina”.¿Palestina? ¿De dónde venían? ¿De la Franja de Gaza, de Cisjordania, quizás se refieren a Palestina en términos del Mandato Británico, es decir, de Israel y Jordania? ¿Qué hacían a bordo de una barcaza de sirios que huían de su guerra? ¿No estarán refiriéndose a refugiados árabes descendientes de los desplazados por la Guerra de la Independencia de Israel de 1948? ¿Por qué huyen si los que batallan en Siria lo hacen en ambos bandos en declarada defensa de sus intereses?Ni la agencia EFE ni medio alguno en España o el mundo que se ha hecho eco de esta noticia se paró a pensar en esta distinción entre sirios y árabes que viven refugiados y sin derechos en Siria desde hace más de 60 años. ¿Por qué los inmigrantes del barco rescatado aseguran proceder de lugares con nombres distintos, si huyen del mismo horror hacia el mismo destino? ¿Cómo llamar a esa distinción entre ciudadanos (de primera y de segunda)? Demasiadas preguntas para un zombi, para quien actúa como correa de transmisión del veneno antijudío y antiisraelí en cuentagotas.Lo peor es que el citado autómata es una empresa pública dependiente -en última instancia- del Ministerio de Hacienda, o sea, que el veneno sale de nuestros propios bolsillos. Y si creen que esta gota es un hecho aislado, les recomiendo visitar la página en español de la organización CAMERA (www.revistamo.org) para constatar el denodado, prolongado y agendado esfuerzo de dicha organización por desfigurar la realidad del conflicto de Oriente Próximo, día sí y al otro también.Y, como toda intoxicación, sigue contagiando y amplificando su dominio intelectual a otros medios, la mayoría inconscientes de su papel como propagadores de la infección informativa, que cumplen sin rechistar ni plantearse siquiera; no exhibiendo públicamente sus prejuicios (la formación de conceptos de forma anticipada y falaz), sino disimulados en el “gota a gota”.Shabat Shalom! Jorge Rozemblum es director de Radio SefaradPulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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De vez en cuando, un milagro, por Jorge Rozemblum

Este fin de semana, sea cual sea la latitud y longitud en que nos encontremos, los judíos de todo el mundo celebraremos Purim, una festividad que por su expresión puede parecer alegre (muchos la comparan, por cercanía en el calendario y por los disfraces infantiles, con el carnaval), pero que se enmarca, junto a Janucá en las efemérides del tipo “salvados por un milagro”. No obstante, y a diferencia del caso de Janucá contra los griegos, el milagro de Purim contra los persas no se debe tanto a la fuerza de la fe y el espíritu de combate, sino a la inteligencia de una mujer y a un hombre de principios. El relato de esta gesta, último de los libros canonizados en la Biblia judía, no menciona ni una sola vez a Dios, convirtiendo al ser humano en timonel de su destino. No celebramos un prodigio sobrenatural, como la multiplicación del aceite sagrado del Templo en Janucá, sino la capacidad de una nación de sobreponerse a las dificultades extremas, aquellas que amenazan su propia existencia. Se trata de un tipo de “milagros” que nuestro pueblo ha seguido y sigue repitiendo en el tiempo. Este Purim no es el único Purim. Los hay asociados a nombres de ciudades como Frankfurt (el llamado Purim Vintz, acaecido entre 1616 y 1620), Roma (en 1793) o aquella reunión (farbrenguen) de jasidistas en 1953 que, según la leyenda, con su rezo logró la muerte del antisemita Stalin pocos días después. Incluso se dice que el fundador del principal medio judeófobo de la Alemania nazi, al subir al cadalso después de ser juzgado en Nuremberg, dijo que aquellos que fueron objeto de su odio celebrarían su muerte como un segundo Purim de 1946. Nadie se acordó de él: imaj shemó vezijró (borrado sea su nombre y memoria). El jolgorio asociado a Purim, incluida la recomendación de beber hasta confundir los nombres del malvado Hamán y el justo Mordejai (Mardoqueo), es por tanto opuesto al del carnaval cristiano, precedido en el caso judío de un ayuno completo en recuerdo del que se autoimpusiera la heroína reina Ester, al contrario que el festejo cristiano, antesala del largo ayuno parcial de la Cuaresma. Nuestra historia nos enseña que no debemos soportar las amenazas, pero aceptar que seguirán existiendo en cada generación. Y que está en nuestras manos (y de nadie más) convertir las desgracias en impulso vital, y las cicatrices en mapas de nuestro destino. Aunque, de vez en cuando, tengamos que participar en el milagro de Purim del tiempo que nos haya tocado vivir. Shabat Shalom y Jag Purim Sameaj (feliz fiesta de Purim) Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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¿Conflicto árabe-israelí?, por Jorge Rozemblum

Dijo el científico Pascual Jordan, refiriéndose a la escala cuántica, que la observación no solo afecta e influye en el objeto que está siendo observado, sino que lo crea. Y agrega al respecto el astrofísico Martin Rees: «el universo solamente puede existir si alguien lo observa, si somos conscientes de su existencia». Cierto tipo de periodismo se parece al desconcertante mundo cuántico, creando sucesos y expresiones a partir de una agenda ideológica, y no de la propia realidad.Este “efecto observador” es evidente en el caso del conflicto árabe-israelí. Incluso el propio nombre nace de una mirada proyectada, ya que Israel lleva más de dos décadas sin enfrentarse bélicamente a ningún estado árabe. Nadie habla, por ejemplo, de un “conflicto cristiano-musulmán” en África, aunque actualmente haya varios frentes bélicos abiertos sobre ese trasfondo. Una vez creada la etiqueta, todo resulta mucho más fácil de encajar y explicar, aunque los actos cotidianos desmientan una y otra vez la certidumbre de lo observado.Habrá quién plantee que Israel sí mantiene una “guerra fría” con Irán. Pero es que los iraníes, a pesar de ser musulmanes, no son árabes. Pero tampoco sería adecuado hablar de un conflicto israelo-musulmán, ya que no hay contencioso alguno ni con Indonesia, Emiratos Árabes Unidos o Kuwait (por citar algunos ejemplos), ni tan siquiera con “sus” musulmanes, los israelíes.Y entonces, ¿a quién se enfrenta militarmente Israel? Los últimos operativos se han centrado en el grupo terrorista Hamás en Gaza y, en el 2006, hubo una guerra contra otro grupo terrorista, Hezbolá, en territorio libanés, pero en dicha ocasión (como en las anteriores en ese país) no fue un enfrentamiento contra Líbano y su ejército, sino contra grupos terroristas que hostigan a Israel desde esas posiciones. Y contra acciones de Irán armando a estos grupos (como la reciente interceptación de un barco en el Mar Rojo cargado de misiles rumbo a Gaza). Por lo tanto, si hablamos de un conflicto, lo justo sería definirlo como una guerra entre Israel y el terrorismo que lo amenaza directamente.Sobre este “efecto observador”, recientemente Gabriel Ben Tasgal (fundador de la ONG Hatzad Hasheiní – El otro lado) comentaba el flagrante error de traducción del periódico La Vanguardia al hablar de una “tregua” de 10 años ofrecida por Hamás a Israel, sin aclarar que el término árabe utilizado (hudna) se refiere a pactos que pueden ser violados por firmarse con no musulmanes, como lo hizo el propio profeta Mahoma.La mirada de los medios occidentales es refractaria; es decir, obtiene la luz a través de un cristal curvado por su propia cultura y visión del mundo. Se impone reconocer las propias limitaciones y ser conscientes del principio de incertidumbre y relatividad detrás de unas verdades que se dan por absolutas.Shabat Shalom. Jorge Rozemblum es director de Radio SefaradPulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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Periodismo judío: por, para y como, por Jorge Rozemblum

Cuando uno trabaja en un medio judío como Radio Sefarad, la primera pregunta que debería plantearse es qué temas abordar. Algunos son obvios, como los relativos a la religión, la historia e, incluso, la cultura, con todo lo que ello implica, desde las manifestaciones artísticas a las tradiciones. Lo que no es tan evidente es qué parte de la actualidad mundial reflejar. ¿Deberíamos dar aquellas noticias que nos atañen únicamente como profesantes de la fe mosaica (por ejemplo, lo que a la circuncisión se refiere en Alemania o a las leyes de matanzas rituales en Dinamarca)? La respuesta nos es obvia, aunque pueda resultar extraña a otros: rotundamente no, ya que no somos sólo una religión, sino un pueblo. ¿Deberíamos dar cuenta entonces de cualquier evento en el que esté implicado algún miembro de nuestra comunidad, en cualquier lugar del planeta? Por complicado que parezca y pese a las evidentes dificultades (lingüísticas, entre otras) para conseguirlo, ese debería ser el objetivo de cualquier medio judío. Curt Sachs, uno de los principales musicólogos modernos, definió la música judía como aquella creada “por, para o como” judíos. Sin duda es una definición muy amplia, aunque extrapolable a otras áreas de la actividad humana, desde la cultura, a la economía, pasando por la política internacional. Ello nos coloca en la situación paradójica de atender a lo que sucede no sólo a los judíos de todo el mundo (el “por” de la definición de Sachs), sino también de lo que va dirigido a ellos (el “para”) e incluso de quienes se postulan como nuestros portavoces sin formar parte del colectivo (el “como”). Haga el siguiente experimento: entre en la sección de noticias de su buscador habitual y escriba los conceptos “judío” e “Israel”. Obtendrá abundantes resultados (más aún si reemplaza “judío” por “Jewish”). Intente buscar un elemento común y descubrirá que, en la mayoría de los casos, se habla de situaciones de amenaza, bien para la propia existencia del estado de Israel, bien para los judíos en la diáspora, y sólo un porcentaje menor (y aún así, en cantidades nada despreciables) refieren al mundo de la cultura. Por establecer una comparativa: la cantidad estimada de judíos en España es similar a la de inmigrantes chilenos en nuestro país. Haga el ejercicio de buscar noticias relativas a ambos colectivos y descubrirá el aluvión informativo que genera el mundo judío, allí donde esté. ¿Cuál es entonces la principal misión de un medio de temática judía, siendo su espectro tan amplio? Sin duda saber distinguir lo esencial de lo accesorio: dar prioridad a conservar la vida (pikúaj néfesh) y a mejorarla (tikún olám), desde unos principios morales (torá) anteriores a casi cualquier otra civilización contemporánea. Shabat Shalom Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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