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opinión, sección de Abraham Barchilon

Dos presidentes:¿anacrónicos? por Abraham Barchilon

Pese al tiempo pasado desde que se promulgó el Estatuto de Autonomía de nuestra Comunidad y dado el contexto en el que vivimos, donde las noticias, ya sean políticas, económicas o sociales, llenan de un cierto desasosiego a la mayoría de la población, días pasados asistí con ilusión a los actos conmemorativos del Día de les Illes Balears,en su 29 edición. Por ello, que se celebren unos actos en los que se conmemore algo que eleva al máximo nivel posible el reconocimiento de la diversidad dentro de la generalidad, tiene un doble sentido para alguien que, como el que escribe estas líneas, en el ámbito religioso es parte de esa diversidad por su pertenencia a la religión Judía, dentro de un país con mayoría Católica. Y debo confesar que me sentí verdaderamente como un extraterrestre en la tierra, después de haber contribuido, muy modestamente eso sí, en la democratización de nuestro país, participando activamente en la política desde la UCD, un país el que además de la Transición, la Constitución fue el eje principal de esa transformación. Desde el punto de vista de la diversidad de la población, debe tener también categoría de igual encuadre normativo la ley de Libertad Religiosa y los acuerdos entre el Estado y las religiones denominadas “de arraigo”. En este sentido, pude oír como, ya sea el espíritu o el lenguaje, no habían variado en algunos de los más altos representantes que tenemos la ciudadanía. Tanto el Honorable President del Govern como el del Parlament Balear, en su salutación al comienzo de sus respectivos actos, entre otros, dieron la bienvenida a las “autoridades eclesiásticas“, discriminando así a las demás e ignorando el principio Constitucional de que el Estado y sus administraciones son aconfesionales, por lo que ni la denominación de autoridades, ni la especificación de la religión eran procedentes. Quizás la inspiración de esa salutación estaba dentro del contexto de la conmemoración del aniversario de la Constitución de 1812, denominada “La Pepa”, aunque el calificativo de liberal de la misma, si bien en muchos de sus aspectos era elogiable, no precisamente en el religioso, por la desafortunada redacción de su artículo 12. Por ello, el trasladar en el tiempo, para ejemplarizarlo, actos de tiempos pasados, tiene unos efectos indeseables, como fue la alabanza que el President del Govern hizo de la labor de proselitismo y conversión que Ramón Llull hizo, lo que supuso un agresión, entonces, a los que profesaban las religiones musulmana o hebrea. De todo ello debemos concluir que, o bien el vocabulario de ambos Presidentes ha quedado anticuado o bien, se trata de una consigna como la que llevó a su formación política a ni siquiera admitir en su último Congreso, como ponencia a trámite, su calificativo y, consecuentemente, fue ratificada su adscripción a la democracia cristiana, cuando a nivel europeo han adoptado la de Popular. Espero que en próximas conmemoraciones se sea más consciente de la realidad y diversidad del pueblo balear al que representan y no desprecien, quizás, a algunos de los votantes a los que deben sus cargos. Quisiera que estas líneas no se vieran sólo como una crítica sino como una llamada a la reflexión para nuestros gobernantes, con el fin de alcanzar una sociedad plena de igualdad y sin discriminaciones por ningún concepto.

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¿Incultura o antijudaísmo? por Abraham Barchilón

Vivimos en una época en la que podemos escuchar  hablar de la prima de riesgo, de la deuda soberana, de la influencia de la actitud griega en el espacio comunitario europeo, pero no llegamos a calibrar, sobre todo cuando el medio en el que se expresa es de audiencia pública, que los adjetivos o las calificaciones que se hacen, muy a menudo, no tiene un soporte ni el rigor de la veracidad , fomentado una deformación en la opinión pública con la creación de “monstruos” causantes de todos los males, con sus “fobias” y sus “Anti”. En este mundo donde los medios de comunicación, que tienen el “privilegio” de invadir nuestros hogares con sus apresurados comentarios o la falta de intervención de los que los conducen, dejan mensajes erróneos que calan en la población, tergiversan la realidad y crean estados de opinión erróneos, que se perpetúan en la sociedad,  ya sea por incultura o por una calibrada difusión… Lo anteriormente citado tiene un marcado acento al coincidir, casi en el tiempo, la triste conmemoración, el 9 de noviembre, de la fatídica ”NOCHE DE LOS CRISTALES ROTOS” (Kristallnacht.), con algunas de las manifestaciones recientes. En el programa “Acorralados“, el jueves 20 de octubre la concursante Blanca de Borbón y nuevamente en el mismo programa del 27 de octubre la concursante Nagore dijeron: «esto es una JUDIADA….» (Léase el significado en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, donde desgraciadamente sigue vigente el vocablo). No podría sorprendernos que dichas concursantes utilizasen ese término, obviamente xenófobo y discriminatorio, que indudablemente atenta al concepto de la condición de judío, dada la  dudosa  formación cultural e intelectual de ambas concursantes. Lo que sí resulta llamativo y alarmante  es que ninguno de los conductores del programa, la producción y la dirección del mismo, así como los directivos  de Tele5,  se manifestasen repudiando lo dicho por estas concursantes, sobre todo teniendo en cuenta como reaccionan ante cualquier intrascendencia que pueda generar atracción y audiencia para el programa televisivo. A ello, hace falta añadir que el teletexto de nuestra televisión pública española, en su edición del viernes día 4 de noviembre, en la sección de deportes y refiriéndose al partido de baloncesto del día anterior, titula “El Real Madrid no puede con el Macabi “ y añade: “los hebreos, impulsados por un público entregado…”. En este caso, entendiendo que siendo un medio “de reconocido prestigio”, debería saber distinguir entre Religión (hebrea o judía) y Nacionalidad (israelí). Es más, los equipos profesionales hoy en día son un conglomerado de personas, independientemente de su raza, religión o nacionalidad, por  lo que, el término incorrectamente empleado, sólo  lleva a equívocos. Por todo ello, ALERTA, ALERTA, que  con comentarios de este tipo se van generando falsos estados de opinión y falsas denominaciones que pueden generar, a su vez, falsos estereotipos. Abraham Barchilón, es abogado y ha sido miembro de la Comisión permanente de la FCJE

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La voz de los Políticos, de los indignados y ¿ la de los Ignorados? por Abraham Barchilon

He meditado muy pausadamente la oportunidad de escribir estas letras y mi particular entendimiento de “mi responsabilidad “, me ha hecho llegar a ello. Como español, nacido en la dictadura, pero forjado en la democracia. La democracia en la que, cuando algunos de los “ultra defensores” de la misma, se resistían a enseñar su rostro, un grupo a nivel nacional, que no éramos ni políticos, ni indignados, sino deseosos de que nuestro país se insertara en la órbita europea. Cada uno, desde nuestras convicciones, contribuimos al desarrollo de la, tantas veces vitoreadas pero creo que pocas comprendida, llamada “transición política española”. Posteriormente, vivimos como, pasábamos de un Estado Católico, es decir, de una religión oficial, a que quedara plasmado en nuestro texto constitucional, lo de “Estado Aconfesional”. Por todo ello, entiendo la estructuración del estado, con partidos políticos, sindicatos, organizaciones profesionales, asociaciones de vecinos, etc., pero no llego a comprender la defensa de unas posiciones fuera del orden establecido, pues, ha quedado demostrado en la historia que la anarquía o “mis ideas son las mejores”, son el cauce perfecto para las dictaduras, sean de uno u otro signo. Formo parte de los que han participado como votante en las pasadas elecciones Autonómicas, municipales y al Consell, y pensaba que nuestra Comunidad autónoma, nuestro Parlamento, etc habían alcanzado el convencimiento de la pluralidad que conforma la sociedad y, concretamente, de la diversidad religiosa de la misma. Pues bien, constato, y con mucho pesar, que la única representación religiosa en los actos políticos laicos que han tenido lugar en nuestras Instituciones, ha sido la representación de la religión católica, en la persona de su obispo. La democracia, los slogan de gobernar para todos, no han tenido el suficiente peso especifico para si quiera, dejar constancia de la pluralidad religiosa. En tal sentido, al menos, se ha ignorado a la religión judia, cuya representación legal , la “Comunidad Judia de les Illes Balears”, ha sido marginada de tales eventos, al no haber sido oficialmente invitada. Los políticos hacen mítines para hacerse presentes en la sociedad, los sindicatos convocan asambleas de trabajadores, los indignados irrumpen en nuestras vidas, a veces incumpliendo leyes y normas, pero ¡ y los ignorados ¡: las comunidades religiosas no católicas ¿que habrán de hacer ? para que los estamentos, como parte de las instituciones, sin perjuicio de la convicción religiosa que practique – con total libertad- el dirigente de turno, asuman que la Constitución ha definido a nuestro país como un estado aconfesional y que, desde tal punto de vista, todas y cada una de las comunidades legalmente establecidas conforman, dentro de su ámbito de actuación, parte del estado, de la autonomías, de los municipios, de los consells y como tal deben figurar, sin discriminación, en sus protocolos y en sus actos institucionales. AbrahamBarchilon es abogado y colabora en el programa de ONA Mallorca Radio

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Racismo y Xenofobia: El Tribunal Supremo no está en Europa por Abraham Barchilon

Tristemente vuelvo a constatar como nuestro país – España– vive a dos ritmos diferentes. Proclamamos a los cuatro vientos nuestra pertenencia a la moderna sociedad europea, hablamos en el Parlamento Europeo, queremos que las instituciones europeas respalden a nuestros productores como parte de esa Europa, pero la ideología reinante en algunos órganos judiciales, nos hace rápidamente poner los pies en la tierra y comprender que los Pirineos nos siguen separando. El Tribunal Supremo, que muy acertadamente no tiene el adjetivo “de Justicia”, como otros Tribunales (los de las Comunidades Autónomas, el de Estrasburgo, etc.) ha dictado sentencia por la que absuelve a los condenados: cuatro neonazis que difundían ideas a favor del Holocausto. Pero, analizando el discurrir del procedimiento, comprobamos que fue la Fiscalia del Tribunal Supremo, dependiente jerárquicamente del Fiscal General de Estado y éste a su vez nombrado por el ejecutivo, quien solicitó a dicho Tribunal la absolución de los condenados por xenofobia. Por otra parte, no era de extrañar la sentencia si se tiene conocimiento de quien es su ponente -el Magistrado Adolfo Prego de Oliver – quien, en los años 2005 y 2007 al menos, participó en actos públicos, que justificó el golpe militar del 1936 y que calificó el golpe de estado del general Franco, como “contrarrevolución”. Cuando aun era vocal del Consejo del Poder judicial, firmó un manifiesto contra la Memoria Histórica, insistiendo en la idea de exculpar a los golpistas del estadillo de la guerra. Con estos antecedentes, como digo, no nos debe extrañar la sentencia y lo que debemos hacer es revisar quien o quienes tenemos al frente de lo que llamamos justicia. Si nos referimos al magistrado Diego Ramos, nos encontramos con un voto particular suyo en el que se oponía a que el Tribunal Supremo confirmara la validez de las declaraciones policiales, siempre y cuando fueran introducidas como prueba en el juicio oral, para ratificar la condena a 26 años de cárcel impuesta por la Audiencia Nacional al miembro de ETA Orkatz Gallastegi Sodupe como autor del asesinato del magistrado José María Lidón. Estos antecedentes y argumentaciones como “ No hay provocación directa a un acto concreto discriminatorio” o que “la difusión de este tipo de ideas justificatorias del genocidio nazi sólo es delictiva cuando suponga una incitación a ejecutarlas..”, nos hace llegar a la conclusión de lo lejos que está nuestra justicia del entorno en que queremos vivir- Europa- pues se apartan completamente de lo establecido en Tratados internacionales ratificados por España, de la doctrina europea del Tribunal Constitucional y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, así como de los principios marcados por la Comisión Europea y de las recomendaciones de la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, de la Comisión Europea contra el Racismo y la intolerancia, así como de la Organización para la seguridad y Cooperación en Europa. Decisiones como las que comentamos, que apoyan la violencia racista demuestran, no sólo un menosprecio por la Historia, sino también a las víctimas y a la sociedad, pues la libertad de expresión no puede amparar acciones o ideologías que incitan a la violencia y al genocidio. Escribiendo estas letras, llega la muerte de Jorge Semprún, literato y político, víctima también del nazismo. Su desaparición nos priva de poder leer palabras más eruditas que las mías que, sin duda, serían la expresión de su triste vivencia. Esperamos que el Gobierno, como firmante de Tratados Internaciones contrarios a los pronunciamientos de esta sentencia, ejerza las acciones oportunas en defensa de la dignidad y del prestigio de nuestro País. Abraham Barchilon es abogado y colabora con la emisora ONA Mallorca Radio

antisemitismo, comunicado, opinión

La Federación de Comunidades Judías de España deplora la sentencia absolutoria del Tribunal Supremo a la librería Kalki

La Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) discrepa profundamente de la decisión del Tribunal Supremo de absolver a las personas condenadas por la Audiencia de Barcelona por vender textos en la librería Kalki que incitan a la violencia racista en general y antisemita en particular. Los judíos españoles vemos con mucha preocupación que la Justicia española, tan sensible para determinadas situaciones, no considere la venta de libros que niegan el Holocausto y promueven el racismo contemplado en nuestro Código Penal como un delito tipificado. Como acusación particular del caso, la FCJE se suma y alaba la iniciativa de la Fiscalía Superior de Catalunya y del Servicio de Delitos de Odio y Discriminación de la Fiscalía Provincial de Barcelona, con el fin de que se reforme de manera inmediata el artículo 510 del Código Penal y, de esta forma, garantizar la persecución de actividades y actitudes que inciten al odio y desprecio por motivos de raza, etnia, origen, religión, tendencia sexual, identidad de género y discapacidad, sin posibilidad de interpretaciones jurisprudenciales sesgadas. La legislación española en materia de racismo y xenofobia tenía que haberse reformado antes del día 28 de noviembre de 2010 según exigía la “decisión marco” de la Unión Europea. Precisamente los dos delitos de los que se absuelve a los miembros de la librería Kalki son exactamente los que están en el mandato: incitación al odio racial y xenófobo y la negación del Holocausto.

antisemitismo, noticias, opinión

Informe anual sobre Antisemitismo en España 2010

El antisemitismo se expande a sus anchas por Internet, y España no hace sus deberes para luchar contra ello. Son dos de las conclusiones que surgieron el pasado miércoles 30 de marzo en el transcurso de la presentación del Informe sobre Antisemitismo en España en el año 2010. La sede de la Federación de Comunidades Judías de España fue la anfitriona de una decena de periodistas de los más importantes medios de comunicación. El informe que se presentó refleja la actividad del Observatorio sobre Antisemitismo el año 2010. El Observatorio registra anualmente los incidentes antisemitas que se producen en España y que confirma y analiza un grupo de expertos. Somos conscientes de las dificultades a la hora de cuantificar los actos antisemitas que se producen. Por un lado existe el temor, en muchos casos, a denunciarlos, y por otro lado, los primeros estudios realizados son muy recientes. Sin embargo, el informe sí señala una tendencia ascendente en el antisemitismo sobre todo en Internet. La red supone una plataforma muy difícil de controlar y denunciar y los antisemitas encuentran campo abierto para difundir sus postulados. Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, miembro del Observatorio de Antisemitismo, dijo que las autoridades españolas no hacen sus deberes. A la hora de juzgar, no se contempla específicamente la motivación antisemita y no se ha reformado el Código Penal según ordenó la Unión Europea. De modo que encontramos casos que se juzgan por delitos de faltas o lesiones pero no de antisemitismo como tal. También tenemos que tener en cuenta las peculiares formas en las que el antisemitismo se manifiesta en España. Es un antisemitismo verbal, de expresiones que están en el imaginario social. Además la comunidad judía es pequeña y en general sus miembros no se identifican a pie de calle por su vestimenta, comportamiento o manifestaciones por lo que ataques a personas son prácticamente inexistentes. Las expresiones antijudías las encontramos en algunos artículos de prensa, tribunas de opinión, viñetas, etc. Y es curioso, porque se vinculan a los estereotipos habituales en un país donde el desconocimiento y la ignorancia sobre la vida judía es bastante notable. Seguimiento en prensa: El MundoABCXornal de GaliciaRadio 4 (RNE) Participación de Dalia Levinsohn, secretaria general de la FCJE y Esteban Ibarra en Matí a 4 Bandes

opinión, sección de Abraham Barchilon

Democracia y analfabetismo por Abraham Barchilón

Llevamos unos días viendo cómo las poblaciones de algunos países musulmanes/árabes, han entrado en ebullición, una ebullición que ha llevado a un “contagio”, previsto en realidad, tanto por occidente como por el resto de países árabes, aunque sin suponer ni el alcance ni la dimensión del mismo . Todos éramos conscientes de que el diferencial, tanto en nivel de vida como en índice de analfabetismo, en dichos países era inversamente proporcional a la riqueza de los mismos. Asimismo, constatábamos cómo las cúpulas dirigentes de dichos países, ya sean monarquías o repúblicas, ante cualquier eventualidad interna jaleaban a sus poblaciones, con el manido tema del enemigo común, es decir, Israel, Norteamérica y porqué no decirlo, también del “mundo infiel”, es decir, todos los que nos profesan la religión islámica. Pero la realidad ha demostrado que lo que sus poblaciones quieren es la calidad de vida, el índice cultural y los principios básicos de libertad y democracia que tienen precisamente los países citados. Hemos sido complacientes viendo como dictadores nombraban herederos a sus hijos, cómo grupos armados asesinaban a dirigentes contrarios a ellos, como en las informaciones periodísticas y en grandes titulares, se hacía mención a la “reacción defensiva” y no a la “acción terrorista” que la provocaba, cómo el mundo occidental era amenazado, ante libros o imágenes, que sólo significaban la libertad de expresión, o cómo se llegaba a dar cobertura y respaldo a quienes trataban de dinamitar unas incipientes conversaciones de paz. Pero ha llegado el momento de que, dándoles el respaldo que dichas poblaciones demanden, el mundo democrático les sepa hacer llegar que los procesos democráticos, para que se consoliden, deben contar con una programación y no se instauran de la noche al día, y que la principal premisa debe ser la realidad social donde se vaya a desarrollar. En caso contrario, las esperanzas que se abren de vida democrática, pueden ser truncadas por el analfabetismo de sus pueblos. Que toda la “revolución” no sólo quede en el cambio de unos dirigentes autócratas y corruptos por otros fanáticos y manipuladores sociológicos, porque con ello los pueblos seguirán reprimidos, pobres, analfabetos y sin libertad, ni democracia. Sección semanal de Abraham Barchilón, miembro de la Comisión Permanente de la Federación de Comunidades Judías de España, en Radio Ona Mallorca

opinión, sección de Abraham Barchilon

Jamones, millones e integrismo por Abraham Barchilón

Días pasados, la sociedad española se vio sorprendida por un hecho acaecido en la Línea de la Concepción, y no llegábamos a acertar cómo, en la sociedad del siglo XXI, pudiera darse una interpretación tan sesgada, irracional e intolerante, que llevaba como consecuencia que un docente, un educador, eso sí de la sociedad española democrática y occidental, se viera sometido, tras una denuncia, a un procedimiento policial y judicial, por la pronunciación del vocablo “ jamón” durante un acto académico. Pero más sorprendente aun fue saber que, poco tiempo antes, un ente autonómico, cuyo presupuesto se sufraga en parte por todos los residentes en esa Comunidad Autónoma: Andalucía, y el resto, con las aportaciones del conjunto de la nación española, destinaba una cantidad ingente de euros a potenciar la enseñanza del árabe bajo el pretexto de la integración de los emigrantes, cuando dicha integración debería darse enseñándoles a esos emigrantes, las lenguas y costumbres de la nación española, en la que, al parecer, pretenden integrarse. Pero coincidente en las fechas, encontramos que casi un centenar de parlamentarios, entre ellos veinte de España, han tenido que suscribir una petición de socorro a favor de los que profesan la religión católica en Irak. Allí donde se producen atentados, desapariciones y el éxodo está casi obligado, por la simple razón de ejercer ese derecho inalienable que es la libertad de creencia. No podemos llegar a comprender cómo, en la España actual, la pronunciación en una clase de la palabra “Jamón”, puede conducir a interponer una denuncia. Tampoco es posible entender que el simple ejercicio de los mínimos derechos sean negados a la comunidad católica en Irak, y sus creyentes masacrados. Hemos de ser capaces de hacer un análisis de la educación religiosa y de los principios cívicos y sociales que, con la aportación de dinero público se están prodigando en la sociedad occidental sin que los gobiernos, alianzas de civilizaciones o todos esos organismos de dudosa eficacia y grandes presupuestos, hagan algo que no sea callar bajo la amenaza del integrismo. Sección semanal de Abraham Barchilon, miembro de la Comisión Permanente de la Federación de Comunidades Judías de España, en Radio Ona Mallorca

opinión, sección de Abraham Barchilon

El 25, que bonito día por Abraham Barchilon

Era una tarde, algo ya oscura. Yo diría que deambulaba, sin rumbo, cuando tras pasar por las calles de les escoles de Criança, continué hacia la de Montesión, y a los pocos pasos me vi envuelto en una nostalgia, observando que, donde me encontraba, era en el carrer de les Llums. El sentimiento que sentí fue tal, que no me resistí a comprobar en mi agenda particular en qué día estábamos, era 24, que siendo al anochecer, ya era el día 25. Mi imaginación voló, que bonito día este día 25, mis ojos se elevaron hacia los edificios colindantes y recordé a los que en una época vivieron allí, no observé lo que mis ojos querían ver, echaba de menos “esas luces”, las que alumbran la oscuridad de la noche, las tinieblas, las que sencillas y casi humildes reflejan el fenómeno de la supervivencia que deja estupefactos a muchos y grandes historiadores. Pero, el tiempo me apremiaba y sin dejar de pensar en la felicidad que me había dado constatar que era esa fecha, es decir el 25, mis pasos me llevaron a otras zonas y pude comprobar como, en algunas ventanas, se veían las luces que yo había buscado anteriormente. Dejé la nostalgia para disfrutar del presente pues era “La fiesta de las Luces”, “la fiesta de hanucá”, es decir, el bonito día 25 del mes Kislev en el calendario judío y comprobé como Palma recupera su legado de convivencia. Ese día que representa que por más alejado que se encuentre uno de su religión, siempre permanecerá aquella chispa pura, un foco que debe volver a iluminar y me vino a la memoria Rabí Nachman de Breslau: La veritat és la llum (La verdad es la luz) amb la qual podrás trobar ( con la que podrás encontrar) el teu cami enmig de la foscor (tu camino en medio de la oscuridad) Encén-la. (enciéndela) Sección semanal de Abraham Barchilon, miembro de la Comisión Permanente de la Federación de Comunidades Judías de España, en Radio Ona Mallorca

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Catolicismo, aconfesionalidad y laicidad por Abraham Barchilon

La historia contemporánea más reciente contemplaba a España como un país Católico, la democracia vino a ampliar esa gran división que hizo Montesquieu de los poderes del Estado, estableciendo el ámbito religioso desligado del ejecutivo, del legislativo y del judicial y ello lo reflejó la constitución vigente al declarar a España un estado aconfesional. Los padres de la constitución no cabe duda que tuvieron que tener en cuenta la histórica presencia de las comunidades religiosas de las de hoy denominadas de “notorio arraigo “, así como la posterior transformación de España en un país de inmigración, lo que ha impulsado el desarrollo de un pluralismo religioso . La clase política, no obstante ello, sigue manejando la cuestión religiosa como un medio más para llegar a la captación de votos y es aquí donde se produce la gran “melé” de términos. Algunos como el Presidente de Castilla-La Mancha, días pasados vino a declarar que hace falta gobernar para la mayoría católica, y añadía “al menos en esta comunidad autónoma”. Diversos miembros del gobierno, en multitud de ocasiones se refieren a la laicidad del estado y solo la llegada del Jefe de Estado Vaticano, por los honores que se le rindieron, en visita pastoral, hace escasos días, puso en boca de parte de clase política el término aconfesional. Un estado aconfesional defiende el principio de libertad religiosa, pero viene a considerar la materia religiosa como una parte integrante del conjunto de segmentos que conforman la cultura social, y le viene encomendada la obligación de colaboración con todas y cada una de las Religiones reconocidas. Esto último es la gran diferencia entre aconfesional y laico (que no son sinónimos), sino dos formas diametralmente opuestas de entender la libertad religiosa. Sección semanal de Abraham Barchilon, miembro de la Comisión Permanente de la Federación de Comunidades Judías de España, en Radio Ona Mallorca

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