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opinión, sección de Abraham Barchilon

La civilización o el nazismo, por Abraham Barchilón

Venimos observando como, la civilización que teníamos por avanzada, ha sido un espejismo y que el devenir del tiempo nos demuestra que raras veces, por mucho que lo digamos, aprendemos de nuestros errores. Al término de la más negra y triste época, que no sólo Europa vivió, tras la que se acuñó el lema “Perdonar, pero no Olvidar”  y de que el mundo fuera testigo de las atrocidades cometidas, es de justicia recordarlo. No sólo fueron contra el pueblo hebreo sino también contra el gitano, sin olvidar a republicanos, homosexuales o personas con alguna deficiencia psíquica u de otra índole. Tras ello, se vislumbró esa ilusión, quizás óptica,  de la paz, la tolerancia, el respeto al diferente (aunque siempre podría existir el dilema, si el diferente no era el otro). En un mundo donde el humanismo parece haber desaparecido de la faz de la tierra, donde la cultura y la memoria histórica parecen no tener importancia ni en la nuevas generaciones, ni en las que planifican los planes educativos, o donde el mercantilismo no repara en los sentimientos para hacerse notar, no puedo por menos que dejar constancia de los hechos que están acaeciendo y cuyos autores o “cómplices”, no dudan en recurrir, para disculpar tamaño dislate, a  emitir escuetas notas de prensa y lo más lastimoso aun, retirar la publicación, sabiendo que la difusión por la avanzada tecnología, una vez que salen a la luz , nunca desaparecen totalmente. Como antecedente de los casos que voy a reflejar, debemos citar  la Sentenciadel Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, que declara que el dueño de la librería filonazi “Europa”, de Barcelona, no tuvo un juicio justo y condena a nuestro país a pagarle una indemnización. Cabría preguntarles a los/las “Ilustres“magistrados/as si los más de seis millones de víctimas directas del nazismo tuvieron un juicio justo. Centrándonos en los antecedes más recientes en nuestro país, llama poderosamente la atención que un dirigente juvenil del PP de Xátiva (Valencia), se fotografiara bajo una esvástica,  aunque después vinieran las oportunas disculpas. Pero, a mi juicio, más gravedad revisten las declaraciones del propio partido que tilda tal acto de “su error” – en referencia al dirigente juvenil –, “el de una persona joven e inexperta…”. Tras ello, habría que preguntarse si no hubiera sido más “políticamente correcto” decir, aunque quizás no lo sintiera el PP de Xátiva, que lamenta y detesta tal hecho.O aun mejor, no potenciar para el futuro dirigentes de tan bajo nivel moral y cultural. Si analizamos el ámbito europeo, se constata como Ilías Kassidaris, diputado y portavoz del partido griego Amanecer Dorado, cuya filiación por el nazismos no es algo nuevo,  ha venido protagonizando varios escándalos en los 14 meses que lleva  ocupando su escaño, entre ellos, unas fotografías que han revelado un tatuaje poco ortodoxo para un diputado: el de la esvástica nazi compuesta por meandros griegos, uno de los símbolos históricos del país y emblema de su partido. Pero, desafortunadamente, el problema del nazismo palpitante, no es sólo de España, ni tampoco de Europa, sino que se extiende al continente americano. La firma “Econ One”, radicada en los Ángeles (EE.UU), especializada en la asesoria empresarial,  había publicado en su Web una  instantánea del campo de concertación de Auschwitz-Birkenau, en la que reza “el trabajo os hará libres“y, debajo de ella ponían “un trabajo bien hecho es la única cosa que nos importa”. Triste ejemplo para un futuro esperanzador. Lógicamente, tras las críticas recibidas, han eliminado de su página Web tal instantánea. Y más esperpéntico aun, fueron las declaraciones de la Asesoríaespecializada (preferimos no saber en qué), en las que afirmaban que “no eran conscientes de que la fotografía pertenecía al campo de concentración” (¿?) Quizás  si prestaran, al menos, la misma atención a las repercusiones económicas y laborales como a los temarios en la nueva Ley de educación, políticos, docentes y demás organizaciones, visto lo visto, incrementarían, bajo la denominación que deseen de la asignatura, los contenidos que se refieren a la Paz, la Convivencia, la Historia (para no repetirla), el respeto a la pluralidad, cuestiones como las comentadas no volverían a repetirse. Abraham Barchilón es abogado. Artículo publicado en El Faro Digital

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Siria: ¡ven a la escuela de terror!, por Jorge Rozemblum

¿Aburrido de los mismos destinos de vacaciones de siempre? Es tiempo de hacer algo diferente. ¡Llegó la hora del turismo yihadista!Olvídate de lo que hasta ahora se llevaba como viaje islamista. ¿Recuerdas aquellos incómodos campamentos en Fatahland con el rais Arafat cuando controlaba el sur del Líbano? ¡Cuántos recuerdos y cuántos camaradas de todo el mundo podían compartir sus talentos y experiencias: las bombas-trampa de los irlandeses del IRA, los tiros en la nuca de los independentistas vascos de ETA, la utilización de cuevas de los muyaidines afganos…! Luego vinieron Túnez, Irak y el Afganistán de los talibanes… pero ya no era lo mismo. Si hasta lo dice el jefe de la inteligencia militar de nuestro archienemigo Israel, el teniente general Aviv Kochavi: «Ante nuestros ojos y a la vuelta de la esquina se está desarrollando un centro yihadista mundial, a gran escala, que puede afectar no sólo a Siria y no sólo a Israel, sino también al Líbano, Jordania, la península del Sinaí y toda la región. Miles de activistas radicales de la yihad de todo el mundo acuden a Siria no sólo para derrocar a Bashar al Assad, sino también para promover la idea de la creación de un estado religioso islámico”. ¿Necesitas más recomendaciones? Ahora sí podrás disfrutar de un aprendizaje exprés de las técnicas de guerrilla urbana y terrorismo en un curso acelerado con  los más destacados líderes de la guerra santa global, en un ambiente bélico real. Conocerás las diferentes facciones, sus debilidades, aprenderás a conducir tu propio coche-bomba, a fabricar cohetes artesanales, cómo rodar tu vídeo de secuestro y extorsión, y podrás diseñar tu propio cinturón de explosivos.¿Cuánto te costará? NADA. Puedes elegir entre becas de estudios financiadas por saudíes o iraníes o, si lo prefieres, a través de alguna mafia de drogas de la zona. Las becas incluyen desplazamientos y alojamientos en casas de civiles masacrados. Tampoco te preocupes por las armas y el sustento, porque ahora viene lo mejor: ¡eso te lo pagan los occidentales con sus ayudas a los rebeldes!¿A que es un chollo? ¿O vas a seguir toda la vida emocionándote hasta las lágrimas en los cibercafés cada vez que te pones uno de nuestros vídeos de atentados asesinos sin dar el paso de convertirte tú mismo en el protagonista? Ya lo sabes: te esperamos en Siria con los brazos abiertos para que te conviertas en uno de los nuestros, y compartas con nosotros las vírgenes del Paraíso.CÓMO CONTACTAR: como bien sabes, disponemos de una amplísima red de páginas y sitios en Internet donde encontrarnos. Si vives en algún barrio marginal, por ejemplo de Ceuta o Melilla, te será aún más sencillo, ya que nosotros llamaremos a tu puerta. Si vives en otra ciudad, tampoco te costará contactar con algún delegado nuestro en la mezquita más cercana (mejor, cuanto menos oficial y más clandestina).Como dice la letra de aquella canción española de los 80 (con algún cambio): ¡ven a la escuela de terror! ¿A que no adivinas en qué consiste la ceremonia de graduación? Shabat Shalom.Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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El estado de excepción y la excepción del estado, por Jorge Rozemblum

Hace unos día, la Unión Europea declaraba ilegal al brazo armado de Hezbolá. En principio, esta debería ser una buena noticia, y seguramente los responsables de exteriores de los 28 miembros de la Unión se felicitarán de su ejercicio de equilibrio y compensación, después del varapalo de la semana anterior, cuando declaraban el boicot a los productos procedentes de Judea y Samaria, en los territorios israelíes en disputa. “Condenar” al aparato terrorista de Hezbolá a estar en la lista de esas mismas organizaciones, sin embargo, no sirve de mucho si al mismo tiempo no se implementan acciones contra la organización en sí, contra su aparato político y, especialmente, militar. Por ejemplo, las tropas españolas de cascos azules de Naciones Unidas interpuestas en el sur de Líbano entre Hezbolá e Israel definen oficialmente a la primera como “milicia”, como si fuera lo más natural y democrático del mundo tener un ejército de un partido controlando un área del país y declarando sus propias guerras (como su confesa participación activa en el conflicto sirio).Esta doble faceta de Hezbolá -que atenta contra objetivos civiles (como un centro cultural judío en Argentina, o un autobús de turistas en Bulgaria, por sólo mencionar los casos más sonados y evidentes) y que participa en el diálogo con los partidos de gobierno de Líbano-, no la convierte en algo muy diferente de lo que era la organización independentista vasca ETA, que mataba y perpetraba sus actos terroristas con la financiación obtenida a través de las subvenciones a las organizaciones políticas que actuaron bajo distintas siglas, de la original Herri Batasuna a la reencarnación actual en Bildu. Un círculo cerrado que se nutría y financiaba de la propia sociedad a la que victimizaba.Cuesta imaginar qué oscuros intereses pueden esconderse detrás de la actual actitud cicatera y cobarde de la Unión Europea. ¿Responderá a las presiones y amenazas iraníes, de los que Hezbolá es criatura predilecta, para encender la región y postrarla ante la hegemonía chiita? ¿O simplemente actúan por miedo a que sus seguidores saquen sus cuchillos en nuestro continente, como sus primos de Al Qaeda?Hezbolá es el ejemplo perfecto de esta dualidad típica del Oriente Próximo actual: islamismo radical por las armas o por medios políticos (o por ambos, simultáneamente): lo mismo da cuando el objetivo es la “yihad” global. Y sus sociedades y naciones viven en un “estado de excepción” perpetuo. Sin embargo, hay un estado que sigue siendo la excepción, aunque esta virtud no cuente en la balanza de las decisiones cuando se contrapesan mercados, amenazas y migraciones. Y, como en los grupos humanos más primitivos, el que se lleva los palos no es el culpable, sino el más débil: se roba más fácil a un pobre que a un rico, se expulsa más fácil al desamparado que al poderoso, se castiga con mucho más gusto al diferente (aunque lo sea por su comportamiento democrático) que al aborregado.No hay nada nuevo bajo el sol, y menos bajo la bandera de un Viejo Continente sometido al hipócrita dictado del pánico a sus propias minorías y a su ancestral desconfianza hacia algunos de sus más antiguos habitantes, los expulsados de siempre. Ya saben quiénes.Shabat shalom Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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¿Bravo, Lady Ashton!, por Jorge Rozemblum

La Unión Europea y su jefa de exteriores, Lady Ashton tienen razón: hay que hacer algo por acabar con las ambiciones imperialistas de algunos países y su anexión de hecho de territorios conquistados por las armas a otros pueblos. Cuando los reiterados intentos de solución dialogada fracasan, las naciones del Viejo Continente (donde nació la idea de la democracia y los derechos humanos) tienen la obligación de condenar y sancionar. Ha llegado la hora, Lady Ashton, de aplicarse a fondo y, aunque nos cueste condenar a un estado amigo, aplicar sanciones de tipo económico y comercial, bloqueando a las empresas y productos producidos en dichos territorios, adquiridos de hecho por el peso de las armas. Esta situación ha sido sostenida artificialmente con promesas de negociación nunca cumplidas en las que se han vulnerado reiteradamente los derechos de soberanía, mientras otros se atribuían su “propiedad a perpetuidad”. Los hechos históricos hablan por sí solos y demuestran que la ocupación de este territorio supuso el desplazamiento de la mayoría de su población y el consiguiente drama humano. Todos conservarán grabado en su memoria el éxodo de aquel 6 de agosto de 1704, en el que el derrotado pueblo de Gibraltar partió al exilio con los atributos identificativos de la ciudad: pendones, archivos, sellos, documentos, imágenes religiosas, libros de registros parroquiales con actas de nacimientos, defunciones y bodas, etc., dejando atrás su tierra, conquistada por los ingleses. Fue un desastre para el que habría que encontrar un nombre apropiado, como el árabe “nakba”. Lady Ashton: es probable que en su Inglaterra natal se asombren de esta decisión y la denosten, pero usted ya estará acostumbrada a que los demás la critiquen siendo socialista sin que ello entre en contradicción con formar parte de la nobleza. Seguramente sabrá impulsar en la Unión Europea (cuya política de exteriores y seguridad dirige) la condena y el boicot (palabra internacional casualmente originada por el apellido de otro paisano suyo) a todo producto, empresa o transacción (ojo) que tenga alguna relación con el territorio ocupado de Gibraltar, hasta que los líderes de su país natal (el primer ministro Cameron y la reina Isabel) devuelvan a España lo que le quitaron por la fuerza de las armas hace más de 300 años. Habrá quien intente confundirla aludiendo a que primero tendría que centrarse en conflictos lejanos como el árabe-israelí, pero usted no se desaliente y demuestre que su responsabilidad europea está por encima de sus intereses nacionalistas y empiece por la devolución de Gibraltar a España y las islas Malvinas (rebautizadas Falkland, como si fueran inglesas de toda la vida, en un ejercicio de “clepto-historia”) a Argentina. Eso demostrará al mundo de qué mimbres está hecha, y la potencia diplomática y voluntad de justicia de la Unión Europea. Cerrará así las bocas de aquellos que andan diciendo que nuestro continente va a la deriva y actúa como si viviese aún en aquellos tiempos lejanos del imperialismo (bajo el cual se repartieron gran parte del mundo como en un juego de mesa, especialmente África y Medio Oriente). Dejará claro que Europa sigue fiel a los principios clásicos y no se ha visto condicionada por el flujo de inmigrantes de las antiguas colonias a la metrópolis (y su consecuente peso electoral). La noticia me ha llegado de forma parcial, pero en cuanto oí que por fin los 28 estados de la Unión se habían puesto de acuerdo en algo de su política exterior y decidido boicotear económica y empresarialmente a los “territorios ocupados”, mi corazón mediterráneo estalló de júbilo y no quise saber más detalles. ¡Bravo, Lady Ashton!* * Fe de erratas: con las prisas no alcancé a leer la noticia entera: la Unión Europea prohibirá a partir de 2014 la financiación de entidades ISRAELÍES afincadas en territorios a los que Israel nunca ha anexionado pero que gestiona desde 1967. Jorge Rozemblum es director de Radio SefaradPulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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Chocolate por la noticia, por Jorge Rozemblum

La semana pasada uno de los protagonistas de los informativos de todo el mundo fue el ex espía estadounidense Edward Snowden, que con sus gafas y juventud parecía protagonizar uno de esos juegos de ¿Dónde está Wally?, entre la terminal de Moscú y el avión presidencial boliviano. Mientras, soltaba un “bombazo informativo”: los servicios secretos de EE.UU. e Israel estaban detrás del desarrollo del virus Stuxnet que paralizó hace unos meses el programa nuclear iraní. En la Argentina contestamos a este tipo de informaciones con la expresión “chocolate por la noticia”, que nadie sabe muy bien de dónde viene, pero sí qué significa: una obviedad, algo que todo el mundo sabía y que quien lo cuenta parece el último en enterarse. ¿Quién pensaban que había invertido tantísimo tiempo y recursos para fabricar el primer virus que afecta a la fabricación industrial? ¿Los “encaretados” de Anonymous?, ¿los genios tecnológicos de Arabia Saudí? ¿O los ganadores de un concurso de innovadores de la Unión Europea?También llama la atención que justamente un ex trabajador de la agencia nacional americana de seguridad (un espía sin el glamour de un 007) quiera advertir al mundo sobre qué consiste la labor de la inteligencia antiterrorista: investigar por los medios que haga falta para evitar la muerte de ciudadanos. Y si los que pretenden matar se fabrican sus armas con tubos metálicos presuntamente dedicados a desagües urbanos (como en la Franja de Gaza), pues habrá que rastrear las compras de este “inocente” artículo. Y si una red yihadista utiliza para comunicarse el Facebook, lo lógico es que se acceda como sea a sus mensajes.Los defensores de la legalidad por encima del derecho humano básico a proteger la vida están escandalizados por estas prácticas, cuando la mayoría de las informaciones sobre las mismas proceden de prácticas ilegales como Wikileaks. Por cierto, ¿recuerdan el rubor que aquellos emails provocaron en las cancillerías de todo el mundo? Bueno, no de todo el mundo: en sus correos privados, los altos responsables israelíes decían lo mismo que manifestaban en las ruedas de prensa: ¡vaya falta de diplomacia decir las verdades en público! Los defensores de la legalidad por encima de todo tampoco hacen ascos a la publicación de la “contabilidad de tendero” del tesorero de un partido (siempre que no sea el suyo), pero seguramente se sentirán ofendidos si se pincha la línea telefónica de un sospechoso, no sea que nos acusen de hacerlo por racismo e islamofobia.Y para aquellos sorprendidos de que los EE.UU. espíe a sus “socios y aliados” europeos, sacaremos nuevamente de paseo nuestro “chocolate por la noticia” para informaros que es práctica habitual también en sentido contrario (aunque, seguramente, con bastante menos capacidad técnica). Es decir, por si alguien aún no lo ha pillado, que nuestro país espía a los EE.UU., aunque más a los socios europeos (más todavía en estos tiempos de crisis y controles, especialmente de Bruselas para arriba), y todavía más y más barato a nuestros “hermanos” latinoamericanos (destino preferente de muchas inversiones empresariales locales y que, por tanto, afectan a la “seguridad económica” nacional). Podéis creerme o esperar a que un Snowden hispano tire de la manta y os llevéis las manos a la cabeza, mientras otros con un poco de mala uva y mucha soberbia diremos aquellos de: “chocolate por la noticia”.Shabat Shalom Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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Pueblos contra el gobierno de los pueblos, por Jorge Rozemblum

¡Qué ganas tienen los pueblos de ir contra sus intereses! Eso es lo que debió pensar esta semana el pobre Obama, tan sólo unos días después de que su embajadora en Egipto apoyara la legitimidad del gobierno de Mohamed Morsi y los Hermanos Musulmanes, a los que ya había suministrado grandes sumas de ayuda monetaria y militar. Algo parecido a la cara que se le pondría cuando hace apenas dos semanas (¿se acuerdan?) el mundo sólo hablaba de la rebelión turca y el autoritarismo del amigo Erdogan.¿Qué le pasa a esos pueblos que se levantan contra los que han elegido democráticamente, algunos de ellos, por primera vez en su historia? ¿Hay alguna incompatibilidad intrínseca entre los pueblos y el gobierno de los pueblos, alias democracia? Sólo la aparente. Es decir, esto sucede cuando la democracia se limita a una pantomima de poner un papelito en la urna: allí tenemos los casos de Irán (país donde uno puede elegir sólo entre los que previamente seleccionó el Líder Supremo) o Venezuela (Dios los cría y ellos se juntan). O, en otro orden pero en definitiva también, aquellos que aprovechan las mayorías absolutas para hacerse con el control absoluto, incluido rescribir sus constituciones. O, por qué no, aquellos en los que una vez obtenido el poder no hace falta cumplir ninguna promesa electoral.¿Quiénes ganan en el río revuelto de la indignación? Los que pescan “al arrastre”, esquilmando los fondos de los derechos humanos para presentarse como salvadores y única vía de salida. Los apocalípticos, los que cierran el campo de visión de la sociedad para focalizarlo en chivos expiatorios, los que esgrimen como mejor baza su inadaptación a regímenes anteriores. Cuentan con el miedo como mejor credencial, con la soberbia como mejor arma de violación colectiva y son aliados del desconcierto.No es un problema exclusivo de Oriente Próximo, aunque son sus pueblos los protagonistas más destacados de estos meses. No todos, por supuesto. Ahí está, mal que le pese a muchos, la única democracia verdadera y garantista, aguantando en unas condiciones de guerra continua desde su nacimiento. Condiciones que hubieran tentado a otras formas de gobierno hasta al más pintado de los defensores de la soberanía popular.Y eso con las democracias: ¿pero qué hacemos entonces cuando se enfrentan dos bandos antidemocráticos de un mismo pueblo? Gentes masacrándose a sí mismas, con el objetivo de algún día poder masacrar a los demás (Yihad Islámica) o defender el derecho a seguir haciéndolo (desde la dictadura de Al Assad).Aquellos que hace escasos dos años acuñaron lo dela PrimaveraÁrabe seguramente ya están convencidos que no les caerá un Pullitzer por tan esperanzadora expresión. Tendrían que haber hecho como Obama y su Nobel dela Paz: cobrar por adelantado. Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad – Este texto es la editorial semanal correspondiente al viernes 5 de julio Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa del 1 al 7 de julio y a los enlaces de Radio Sefarad

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Universos paralelos, por Jorge Rozemblum

Son muchos los que están convencidos de que así como existe una universalidad de las leyes físicas que hace que se cumplan en cualquier sitio y bajo cualquier condición, las palabras significan lo mismo en distintos idiomas y latitudes, que existe un mundo platónico de significados común a toda la humanidad. Pero quizás no sea así.Quizás cuando en Egipto hay elecciones no triunfe la democracia. Quizás un territorio conquistado por un país, por ejemplo Jordania entre 1948 y 1967, no se considere en algunas lenguas “ocupado” militarmente y sí en caso de que Israel haya retirado su ejército y gobierno de él (como Gaza desde 2005). Puede que dos mil palestinos muertos en Siria no merezcan ser denunciados como masacre, y sí cuando unos cientos son detenidos con garantías procesales por participar o planificar atentados terroristas indiscriminados.Pareciera que las “leyes universales” sirven para todo el universo, menos para los israelíes. Y con muy poquita imaginación, tampoco se aplicarían a los judíos. La lógica nos lleva a deducir que estos dos grupos, prácticamente solapados, viven en un universo paralelo, sometidos a leyes especiales, ajenas a la condición humana general. Eso explicaría tantas cosas: por qué han seguido siendo considerados extranjeros siglos después de afincarse en otras tierras (¿les suena Sefarad?), por qué nadie les entiende, por qué no se mezclen con los demás o justamente lo hacen para contaminarlos con su “alienidad” (una palabra tan fea como “otrosidad”). O como diría (y escribe) Antonio Gala, “algo habrán hecho” (para merecer, entre otras lindeces, el Holocausto). No es antisemitismo, podrían decirnos, es una guerra contra alienígenas.Viene esto a cuento de la actualidad. Esta semana las fuerzas policiales españolas detenían a una serie de sospechosos de reclutar terroristas yihadistas dispuestos a morir matando indiscriminadamente, en Siria, Irak o “donde se necesite”. Entre ellos, el más importante es un terrorista juzgado, condenado y encarcelado en 2006 por planificar una masacre en los transbordadores marítimos de la península a Ceuta. Sin embargo, en 2012la Audiencia Nacionallo liberó porque los atentados no se habían planificado contra objetivos “concretos”. Es decir, como no se encontraron evidencias de a qué persona iban a asesinar, no pueden ser considerados terroristas. Por favor, la próxima vez informen a los jueces con antelación -mediante burofax- la lista de personas a eliminar con sus correspondientes DNIs.La pregunta es muy sencilla: ¿estamos todos locos? ¿Qué es peor: la irresponsabilidad de los jueces dela Audienciapor poner en peligro a los ciudadanos liberando a estos asesinos potenciales y vocacionales, o la de los gobiernos que delimitan tanto sus acciones (temerosos de posibles consecuencias electoralistas)? De cara a las futuras víctimas, ¿qué más da? Mientras, seguimos con nuestra labor cotidiana, con la esperanza de que la desgracia no nos alcance. Pura cuestión de suerte.Seguiremos habitando el universo occidental donde las leyes sirven para proteger más al culpable que al inocente, propiciando la corrupción con su lenguaje formal y castigando a la víctima antes que al victimario. Y mientras lo hacemos, los que hablan otro lenguaje (el del terror, el del autoritarismo, de la violencia de género, incomprensible en nuestro universo) sufrirán por los ataques de risa que les da a los pobres cuando sus abogados les comunican las resoluciones de nuestra justicia.Shabat shalom Jorge Rozemblum es directorde Radio SefaradPulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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Hombres necios que acusáis, por Jorge Rozemblum

Una universidad de los “territorios en disputa” (llamémosles así para evitarnos algunas horas de discusión) ha publicado un informe que confirma la deriva hacia la izquierda de la sociedad israelí. Sí, habéis leído bien: cada vez son más los israelíes (y ya son mayoría) que preferirían una “solución de dos estados”, es decir, la creación de un nuevo estado palestino independiente al lado del estado judío de Israel.¿Han visto la luz? ¿Por fin les han convencido las razones y crónicas de los corresponsales de la prensa española en la zona? ¿Netanyahu ha perdido su carisma? Nada de eso. Sorprendentemente (para algunos empeñados en su demonización), más de la mitad del país no quisiera convertirse en lo que los demás pregonan que es: un “apartheid”, un estado con una minoría árabe-palestina que amenace su propia identidad o que haga que alguno se plantee discriminaciones internas a fin de evitar el objetivo para el que fue ideado (sionismo) , legalmente adjudicado (Declaración Balfour de 1918) e internacionalmente aceptado (Partición de 1947 e incorporación a Naciones Unidas en 1948). Tal como se señala en todos los documentos de la idea, legalidad y aceptación, estas tierras están destinadas a servir de hogar al pueblo judío. Y al menos las dos primeras etapas tuvieron lugar antes del Holocausto, no a consecuencia del mismo como a algunos les gusta apostillar errónea y malintencionadamente.Ello me recuerda un famoso poema de una de las más grandes poetisas hispanas de todos los tiempos, nacida en lo que siglos después sería México, Sor Juana Inés de la Cruz (de quien algunos apuntan incluso posibles raíces judías): “Hombres necios que acusáis”, cuya defensa de la dignidad femenina bien podría extrapolarse a otro tipo de discriminaciones. Acusan a los israelíes de lo que muchos pretenden evitar que llegue a suceder, como si fuera una realidad actual, sin señalar a los que llevan a cabo dicha mala práctica justamente desde la creación del estado de Israel: los países que acogieron a los refugiados palestinos que abandonaron sus casas a instancias de los ejércitos árabes invasores y que hoy día, 65 años después, siguen sin otorgarles derechos ciudadanos básicos (ni a sus hijos y nietos).Déjenme que “peque” de la tradicional afición argentina al psicoanálisis para traerles la definición de lo que, en esa disciplina, se entiende por proyección, “un mecanismo de defensa que opera en situaciones de conflicto emocional o amenaza de origen interno o externo, atribuyendo a otras personas u objetos los sentimientos, impulsos o pensamientos propios que resultan inaceptables para el sujeto”. Hagan una lista de las acusaciones contra Israel (valen también contra los judíos) y verán cuán frecuentemente se usa este mecanismo. Tachan de racista a Israel por no admitir el retorno de los refugiados cuando, según ellos mismos han declarado, ni la Autoridad Palestina ni por supuesto Hamás admitirán que vivan en su futuro estado ni un sólo judío (muchos colonos de esta fe estarían dispuestos a quedarse donde están, no importa bajo qué bandera). Nos roban nuestra historia y nuestros símbolos, hablando de su propio genocidio y holocausto, y hasta pretenden convencer al mundo de que Jesús era palestino, habiendo muerto casi cien años antes que un emperador romano, harto de la obcecación de los habitantes de Judea por conservar su fe, los castigase inventándose el nombre de Palestina, y cinco siglos antes que los árabes salieran a conquistar el mundo y a expandir su recién nacida fe. Como diría la mencionada poetisa del siglo XVII, “acusáis sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis”. Jorge Rozemblum es director Radio SefaradPulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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Nos, los conspiradores, por Jorge Rozemblum

¡Hermanos judíos!: ha llegado la hora de confesar nuestras verdaderas intenciones. Los gentiles (no judíos) han intuido durante siglos nuestra conspiración, pero han ido muy desencaminados. Que si deicidio, que si crímenes rituales, que si planes para adueñarnos del mundo… Cuántas páginas vanas de las mejores mentes del antisemitismo se han desperdiciado: “Los Protocolos de los Sabios de Sión”, “Mi lucha”, “El Plan Andinia”, etc. Y lo más gracioso es que siempre han tenido las evidencias delante de los ojos y no han sabido verlas. En el libro más vendido y traducido de la historia.Nuestros detractores nos acusaron de las pestes, de las derrotas militares, de las hambrunas y crisis económicas, de las revoluciones: minucias y distracciones de nuestro verdadero plan. Es hora de confesarlo. Nos hemos confabulado para llevar la palabra de un único ser divino a toda la humanidad y ya lo hemos conseguido en Occidente: de nuestro seno surgieron las otras religiones monoteístas como el cristianismo y el islam. Y también (es hora de contarlo), a pesar de dificultar la lectura de nuestro Talmúd escribiéndolo en una antigua lengua extinta (lo que ha llevado a nuestros perseguidores a imaginarse vaya uno a saber qué planes y mensajes malignos ocultos en sus hojas), allí dejamos constancia de nuestra misión. Nos habéis pillado: se llama “tikún olám” y consiste en intentar que el mundo sea un sitio cada vez mejor.Esta claro que ambos objetivos no se han logrado plenamente: incluso entre las sociedades monoteístas hay retrocesos en forma de nuevos ídolos e ideologías paganas (fascismo, comunismo, populismo) y violencias justificadas (racismo, fundamentalismo, terrorismo). Y aunque el “tikún olám” parezca un completo fracaso cuando uno lee la prensa, la verdad es que estamos mucho mejor que hace dos mil años, que hace mil, quinientos, cien e incluso hay menos guerras y violencia organizada hoy que hace dos décadas. Haced memoria y sed justos.Por supuesto, el mérito no es nuestro, sino del Jefe, que en algún capítulo de la Torá se alió con este pueblo para no tener que volver a inundar la Tierra y recomenzar de cero. El plan es fantástico y sigue vigente cuatro mil años después. Como en todo “emprendimiento” (como se dice ahora), la “asignación de responsabilidades” despierta recelos: es lo que comúnmente se llama antisemitismo o judeofobia, y que seguramente estaría contemplado en el apartado de “efectos colaterales”. Pero, echando la vista atrás, y a pesar del dolor por lo sufrido y por lo que nos queda todavía por vivir, vemos cómo los “objetivos” se han ido cumpliendo y somos los únicos supervivientes de aquellos tiempos (¿dónde están los babilonios, persas, antiguos egipcios, griegos y romanos?) que han logrado conservar su identidad. Es lo bueno de tener clara cuál es la “misión” en este mundo.De modo que ahorraros tanta tinta vana, el odio caprichoso y las envidias injustificadas, y empezad a ver la confabulación real que se evidencia ante vuestros ojos, no las fantasías de la arrogancia y el desprecio. Como se suele decir en España: si esto no es una conspiración, que baje Dios y lo vea. Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad.Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad 

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Mis mejores amigos son antisemitas, por Jorge Rozemblum

La realidad es muy cruel y se empeña en destrozarnos las ficciones en las que nos gusta instalarnos. Por ejemplo, cuando uno descubre que un amigo de toda la vida o casi, que se tiene por un combatiente del antisemitismo, te suelta no una crítica a las acciones de Israel (siempre válidas), sino el clásico discurso de la artificialidad del estado de Israel, su ilegalidad y su perversa naturaleza como estado de los judíos. Y ahí te quedas, con cara de tonto, viendo cómo aquél que proclama a los cuatro vientos las bondades y maravillas de la cultura hebrea, tu compañero de músicas klezmer y sefardíes, de la belleza del judeoespañol y crítico implacable de la expulsión de los judíos de España en 1492, en realidad está convencido de que todo el mundo tiene derecho a su propio país menos tú (nosotros, los judíos). O que aceptaría que existiese un país llamado Israel, pero no que sea judío, ni que los judíos del mundo tengan derecho a ser ciudadanos del mismo ya que no han nacido allí. Y que eso es lo que propicia el antisemitismo. Como quien dice, un odio que empezó hace 65 años.Y da igual que le cuentes la historia, que le recuerdes que fueron las propias Naciones Unidas (mucho antes que aceptaran a España en su seno) las que determinaron la creación de un “estado judío” junto a un “estado árabe” (por entonces nadie usaba la palabra “palestino”, que se refería únicamente a la ocupación extranjera por el Reino Unido), ni que le rebatas una por una las falacias y mentiras de los que huyeron instigados por los ejércitos árabes que querían arrasar a los judíos en 1948 y los compares con los que se quedaron y conforman casi un quinto de la población del país (1,4 millones de árabes israelíes) con todos sus derechos democráticos y algún que otro deber a los que no están obligados (como servir en el ejército). Nada vale ante la cita de cualquier difamador (mejor si es israelí), ante la propaganda de los otros. Y eso que a quien conoce personalmente es a ti y no al otro. Tu palabra no vale como la de los demás, pero no te atrevas a insinuarle que su postura es discriminatoria y que tiene un nombre. Eso se consideraría un insulto.Y de repente te encuentras en el mismo punto que hace 68 años, cuando se acaba la guerra y los pocos supervivientes judíos del mayor de los horrores vuelven a sus propios hogares europeos y no sólo encuentran que ya no existen o son otros quienes los ocupan, sino que sus compatriotas (de las naciones que perdieron o ganaron la contienda, de las que fueron sometidas, de las que quedaron a uno u otro lado del Telón de Acero del comunismo: da igual) los miran con desconfianza porque son los incómodos testigos de su propia bajeza e inacción ante la injusticia con el vecino, como aquel luchador contra el antisemitismo al que se le cae de la mano su baraja de prejuicios y estigmas y su careta de empatía. La víctima es el culpable, el que provoca la violencia por pretender no serlo. Entre los judíos hay una frase que nos eriza la piel y nos pone en estado de máxima alerta: “mis mejores amigos son judíos”. Desconozco por qué los mayores judeófobos en todas las latitudes se ven impulsados a pronunciar esa declaración. Seguramente tranquiliza sus conciencias decir en voz alta esta frase, que es como afirmar: mi odio no es gratuito, sé de lo que hablo, los propios judíos se han sincerado y me han confesado todos esos pecados de los que venimos acusándoles a lo largo de la historia: deicidios, crímenes rituales, conspiraciones y un larguísimo etcétera (dos mil años dan para mucho). Por eso, en esta ocasión, y con toda la ironía y el sarcasmo de las paradojas, pido sus disculpas por titular así esta columna: “mis mejores amigos son antisemitas”. Y es que a algunos acabo de descubrirlos (mejor, acaban de mostrarse). Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad; en el siguienteenlace la programación semanal del 1 al 7 de junio

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