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La intolerable intolerancia, por Jorge Rozemblum

Esta semana, a raíz del asesinato hace unas semanas del rapero griego Pavlos Fissas, fue detenida la cúpula del partido Amanecer Dorado ya que el autor confeso del crimen no sólo es simpatizante del movimiento, sino que, al parecer, estuvo en contacto con los líderes locales antes y después del delito. Fue una decisión difícil para el presidente del país, ya que ese partido, de confesa tendencia xenófoba y reivindicativa del nazismo, tiene un apoyo creciente y se ha convertido en la tercera fuerza política del país. Seguramente la acción judicial responde a las presiones de muchos organismos internacionales. ¿Se habría actuado con la misma contundencia de no existir esos condicionantes?Uno de los organismos que felicitó la decisión de los jueces griegos fue un congreso sobre antisemitismo celebrado estos días en Hungría, otro país europeo donde el nazismo ya ocupa una importante parte de los escaños legislativos a través del engendro Jobbik. A raíz del comunicado, el vicepresidente declaró por primera vez en 70 años que Hungría también fue responsable del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Lo habría dicho si no fuera por las continuas presiones internacionales y las sospechas de que el partido gobernante no lucha suficientemente contra el creciente antisemitismo en el país?A menos de dos mil kilómetros, pero en otro continente y contexto, Siria ha demostrado las pasadas semanas que sólo la amenaza creíble de un ataque estadounidense hizo que reconociesen de repente la existencia de arsenal químico y su intención de traspasarlo a organismos internacionales para su eliminación. Por el contrario, a la hora de endurecer las sanciones económicas contra Irán, el presidente y los periodistas americanos se han dejado subyugar por las conciliadoras palabras del nuevo líder iraní, que es presentado como moderado aunque haya participado en la puesta en marcha de operativos terroristas antisemitas como el atentado contra la AMIA en Argentina (cuando formaba parte de la Comisión de Operaciones Especiales del Consejo Supremo de Seguridad Nacional). Eso sí: con palabras dulces y voz tierna.En Occidente se ha instalado la falsa fe en la tolerancia por encima de otros valores, cuando la primera obligación de cualquier gobierno debería ser preservar la seguridad e integridad de sus naciones, aún a costa de tomar decisiones mediáticamente impopulares. Recordemos que fue la amenaza latente y creíble de la Guerra Fría la que en definitiva evitó una Tercera Guerra Mundial que hubiera significado el fin de la civilización y la muerte de cientos de millones de seres humanos.Deberíamos tolerar todas las diferencias que no vayan en detrimento de las libertades y derechos de los demás. Pero, del mismo modo que sería absurdo y aberrante tolerar el asesinato o la violencia de género, debemos desechar y no tolerar la intolerancia de que se nutren tanto los nuevos nazis, como los autoritarismos de siempre, aunque se disfracen de demócratas y moderados.Shabat Shalom!Jorge Rozemblum es director de Radio SefaradPulse aquí para acceder a la programación completa y a los enlaces de Radio Sefarad del 26 de septiembre al 4 de octubre

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La intolerable intolerancia, por Jorge Rozemblum

Esta semana, a raíz del asesinato hace unas semanas del rapero griego Pavlos Fissas, fue detenida la cúpula del partido Amanecer Dorado ya que el autor confeso del crimen no sólo es simpatizante del movimiento, sino que, al parecer, estuvo en contacto con los líderes locales antes y después del delito. Fue una decisión difícil para el presidente del país, ya que ese partido, de confesa tendencia xenófoba y reivindicativa del nazismo, tiene un apoyo creciente y se ha convertido en la tercera fuerza política del país. Seguramente la acción judicial responde a las presiones de muchos organismos internacionales. ¿Se habría actuado con la misma contundencia de no existir esos condicionantes?Uno de los organismos que felicitó la decisión de los jueces griegos fue un congreso sobre antisemitismo celebrado estos días en Hungría, otro país europeo donde el nazismo ya ocupa una importante parte de los escaños legislativos a través del engendro Jobbik. A raíz del comunicado, el vicepresidente declaró por primera vez en 70 años que Hungría también fue responsable del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Lo habría dicho si no fuera por las continuas presiones internacionales y las sospechas de que el partido gobernante no lucha suficientemente contra el creciente antisemitismo en el país?A menos de dos mil kilómetros, pero en otro continente y contexto, Siria ha demostrado las pasadas semanas que sólo la amenaza creíble de un ataque estadounidense hizo que reconociesen de repente la existencia de arsenal químico y su intención de traspasarlo a organismos internacionales para su eliminación. Por el contrario, a la hora de endurecer las sanciones económicas contra Irán, el presidente y los periodistas americanos se han dejado subyugar por las conciliadoras palabras del nuevo líder iraní, que es presentado como moderado aunque haya participado en la puesta en marcha de operativos terroristas antisemitas como el atentado contra la AMIA en Argentina (cuando formaba parte de la Comisión de Operaciones Especiales del Consejo Supremo de Seguridad Nacional). Eso sí: con palabras dulces y voz tierna.En Occidente se ha instalado la falsa fe en la tolerancia por encima de otros valores, cuando la primera obligación de cualquier gobierno debería ser preservar la seguridad e integridad de sus naciones, aún a costa de tomar decisiones mediáticamente impopulares. Recordemos que fue la amenaza latente y creíble de la Guerra Fría la que en definitiva evitó una Tercera Guerra Mundial que hubiera significado el fin de la civilización y la muerte de cientos de millones de seres humanos.Deberíamos tolerar todas las diferencias que no vayan en detrimento de las libertades y derechos de los demás. Pero, del mismo modo que sería absurdo y aberrante tolerar el asesinato o la violencia de género, debemos desechar y no tolerar la intolerancia de que se nutren tanto los nuevos nazis, como los autoritarismos de siempre, aunque se disfracen de demócratas y moderados.Shabat Shalom!Jorge Rozemblum es director de Radio SefaradPulse aquí para acceder a la programación completa y a los enlaces de Radio Sefarad del 26 de septiembre al 4 de octubre

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La alegría de la ley, por el equipo de Radio Sefarad

Con Simjat Torá (literalmente la alegría de la Torá, el regocijo de la Ley) culmina el ciclo festivo que nos ha acompañado durante todo este mes de septiembre desde el inicio del año 5774 en Rosh Hashaná, pasando por los Días Terribles hasta el Día del Arrepentimiento, y el morar en las cabañas en Sucot. También nosotros, en Radio Sefarad, culminamos hoy la entrega “irregular” de nuestros boletines los miércoles, para volver a los viernes, a partir del 4 de octubre.Y hacemos extensivo el termino Ley -con mayúscula- a la ley -en minúscula- con que se dotan las sociedades y naciones para una mejor convivencia y progreso, alegrándonos de iniciativas legislativas como la inminente reforma de un artículo del Código Penal que incluirá como delito la negación y trivialización del exterminio de seis millones de judíos por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial. O el anunciado trámite para agilizar el proceso de nacionalización de los sefardíes. O la promulgación de decretos para una implementación más profunda y amplia de los acuerdos con las religiones minoritarias de notable arraigo firmados hace más de 25 años.En estas fiestas leeremos el último capítulo del Pentateuco para volver a empezar desde el principio, con las cuentas del alma claras y las esperanzas puestas en el imperio de la ley y la Ley.Jag sameaj! ¡Feliz final de fiestas! La Redacción de Radio Sefarad

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La alegría de la ley, por el equipo de Radio Sefarad

Con Simjat Torá (literalmente la alegría de la Torá, el regocijo de la Ley) culmina el ciclo festivo que nos ha acompañado durante todo este mes de septiembre desde el inicio del año 5774 en Rosh Hashaná, pasando por los Días Terribles hasta el Día del Arrepentimiento, y el morar en las cabañas en Sucot. También nosotros, en Radio Sefarad, culminamos hoy la entrega “irregular” de nuestros boletines los miércoles, para volver a los viernes, a partir del 4 de octubre.Y hacemos extensivo el termino Ley -con mayúscula- a la ley -en minúscula- con que se dotan las sociedades y naciones para una mejor convivencia y progreso, alegrándonos de iniciativas legislativas como la inminente reforma de un artículo del Código Penal que incluirá como delito la negación y trivialización del exterminio de seis millones de judíos por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial. O el anunciado trámite para agilizar el proceso de nacionalización de los sefardíes. O la promulgación de decretos para una implementación más profunda y amplia de los acuerdos con las religiones minoritarias de notable arraigo firmados hace más de 25 años.En estas fiestas leeremos el último capítulo del Pentateuco para volver a empezar desde el principio, con las cuentas del alma claras y las esperanzas puestas en el imperio de la ley y la Ley.Jag sameaj! ¡Feliz final de fiestas! La Redacción de Radio Sefarad

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Sucot en el camino, por Jorge Rozemblum

Sucot es una fiesta particular, ya que conmemora, por un lado, el mítico transitar 40 años por el desierto hasta llegar a la Tierra Prometida; por otro, a nivel simbólico, el paso de ser un pueblo nómada a uno sedentario, por lo que se rinde homenaje al fruto de la tierra: trabajoso (en relación al regalo del maná) pero reconfortante y justo. Y transmite el valor de una tierra propia para un clan que nació errando de Ur a Canaán y de allí a Egipto.Sucot hace coincidir en nuestro jolgorio la libertad obtenida en Pesaj y la esperanza de la cosecha en Shavuot con tres peregrinaciones hacia el sitio de nuestro asentamiento definitivo y su epicentro donde luego se erigirá el Templo de Jerusalén: el ombligo del mundo, de nuestro mundo, el destino de nuestras dispersiones (en griego, diásporas). Y, en el largo camino de regreso, unas moradas temporales (sucot, cabañas) que nos recuerdan que no somos más que huéspedes transitorios (ushpizín) de esta realidad, aunque eslabones imprescindibles de una de las cadenas más largas de la historia humana. La que seguimos forjando cada vez que lo celebramos.Jag Sucot sameaj! ¡Feliz fiesta de Sucot! Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad.Pulse aquí para acceder a la programación completa y a los enlaces de Radio Sefarad del 12 al 18 de septiembre

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Sucot en el camino, por Jorge Rozemblum

Sucot es una fiesta particular, ya que conmemora, por un lado, el mítico transitar 40 años por el desierto hasta llegar a la Tierra Prometida; por otro, a nivel simbólico, el paso de ser un pueblo nómada a uno sedentario, por lo que se rinde homenaje al fruto de la tierra: trabajoso (en relación al regalo del maná) pero reconfortante y justo. Y transmite el valor de una tierra propia para un clan que nació errando de Ur a Canaán y de allí a Egipto.Sucot hace coincidir en nuestro jolgorio la libertad obtenida en Pesaj y la esperanza de la cosecha en Shavuot con tres peregrinaciones hacia el sitio de nuestro asentamiento definitivo y su epicentro donde luego se erigirá el Templo de Jerusalén: el ombligo del mundo, de nuestro mundo, el destino de nuestras dispersiones (en griego, diásporas). Y, en el largo camino de regreso, unas moradas temporales (sucot, cabañas) que nos recuerdan que no somos más que huéspedes transitorios (ushpizín) de esta realidad, aunque eslabones imprescindibles de una de las cadenas más largas de la historia humana. La que seguimos forjando cada vez que lo celebramos.Jag Sucot sameaj! ¡Feliz fiesta de Sucot! Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad.Pulse aquí para acceder a la programación completa y a los enlaces de Radio Sefarad del 12 al 18 de septiembre

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Hijos y pueblo, por Jorge Rozemblum

El calendario hebreo es una particular mezcla de fiestas de origen religioso e histórico. Por ejemplo, en tiempos del Templo de Jerusalén la población solía peregrinar a la capital tres veces al año: en Pesaj, Shavuot y Sucot, tres celebraciones ligadas al concepto de la libertad. La mayoría de fiestas restantes tienen un origen histórico, como Purim (salvación del aniquilamiento a manos de los persas), Janucá (rebelión contra los griegos), Lag BaOmer (contra los romanos), Tisha veAb (destrucción de los Templos, etc.). Incluso hay una subcategoría que se refiere a las celebraciones modernas como Yom haShoá (recordación del Holocausto), Yom haZikaron (de los muertos por el Estado de Israel), Yom haAtzmaut (de su independencia) o Yom Yerushalayim (dedicado a Jerusalén). Sin embargo, hay una tercera categoría que supone el mayor grado de importancia: las fiestas de reflexión, donde destacan el semanal descanso del shabat y el día del arrepentimiento, o Yom Kipur. Este año, de manera excepcional, ambas celebraciones coinciden y no por ello se excluyen mutuamente (como en otros casos en que la fiesta se posterga al final del shabat). Ello es así justamente por compartir su carácter meditativo, un ejercicio que, no obstante, no se considera trabajo, acción o creación, prohibidos el séptimo día de la semana, por lo que a Yom Kipur también se le conoce como shabat shabatón, es decir, el shabat de todos los shabat, la forma más elevada de la reflexión a través de la inacción. Esta inacción se ejecuta a través de un ayuno individual y en el rezo colectivo, elemento este último que lo diferencia más que cualquier otro de otras religiones y disciplinas meditativas. Rezamos, reflexionamos, pedimos la gracia divina para nosotros y los nuestros, pero en comunidad, ya que no somos sólo hijos de la divinidad, sino su pueblo. Que sean inscritos en libros de larga vida. Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad. Pulse aquí para acceder a la programación completa y a los enlaces de Radio Sefarad del 5 al 11 de septiembre

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Yo, de mayor, quiero ser anti-israelí, por Jorge Rozemblum

Es una vocación que me viene de dentro, como un rescoldo ancestral de viejas hogueras avivadas por mis antepasados, de mucho antes que existiera ese país. Porque no hay nada mejor que saber, antes incluso de que pase algo malo, quien es el culpable: ¡Israel!Si hay guerra civil en Siria, pongamos un ejemplo, ¿creéis que es culpa de los dirigentes de las distintas facciones políticas y religiosas? No, es culpa de Israel. ¿Y lo que está pasando en Egipto? Si hasta el propio presidente de Turquía lo dice bien clarito: todo ha sido orquestado por Israel (del mismo modo que Israel estaba detrás de las protestas en Estambul de hace unos meses).Y no creáis que la perversidad de los judíos (uy, perdón, de los israelíes) sólo alcanza a los países vecinos. ¿De dónde viene la crisis económica sino de las manipulaciones de los banqueros israelíes? Claro: como ellos no comen ciertas cosas, pueden especular con los alimentos. Recuerdo haber leído hace un tiempo que estaban creando bases secretas en la Patagonia y la Antártida, fuera de la vista del mundo, donde acumulaban dichos alimentos que se conservaban como en una nevera natural. Y ahora que caigo, seguramente el cambio climático y el derretimiento de los polos sea una consecuencia de las toneladas de carne de cerdo y productos lácteos mezclados con cárnicos (prohibidos por la “religión israelí”) allí acumulados.¿Qué más pruebas hacen falta? En realidad, ninguna. Porque, como dice nuestro insigne escritor Antonio Gala, si les pasa lo que les pasa es porque algo habrán hecho. No hacen falta razones para ser anti-israelí. Aunque no olvidamos que han ofendido a dioses ajenos y propios (hay unos judíos buenos viviendo en Israel que están en contra de su existencia porque ofende a su propio Dios), se han adueñado de instituciones como la corona sueca (que siempre les otorga premios Nobel), o la Casa Blanca, a la que controlan a través de una organización secreta llamada “El Lobby Judío”. Lo mismo que antes tenían en su poder a los comunistas y ahora a la mayoría de los gobiernos europeos, a los que controlan por medio de altísimas tecnologías implantadas en los teléfonos móviles y las redes sociales (Facebook es obra de ellos).Pero, lo que personalmente más me inquieta, es su ironía y sarcasmo a la hora de escribir editoriales como éste y mostrarnos como si fuéramos antisemitas, racistas e ignorantes.Shabat ShalomJorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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Sionismo: la madre que parió la identidad palestina, por Jorge Rozemblum

Hace unos 60 años nacían en el mundo árabe los movimientos nacionalistas laicos que hoy se derrumban, con estruendos de guerras civiles. Estas décadas (¡oh, casualidad!) coinciden con la instauración del primer estado democrático de la región (Israel, por si no lo habían adivinado).Uno no está acostumbrado a esto. Israel ya no es el principal protagonista de las noticias de Oriente Próximo. Y ello incluso cuando acaban de iniciarse unas negociaciones con los palestinos que algunos han calificado como la última oportunidad para la “solución de los dos estados”. Mientras tanto, lo que empezó con una movilización “primaveral” en el mundo árabe, se está transformando en la más otoñal y sangrienta de su historia.Los centenares de millones de árabes reubicados al final de la Primera Guerra Mundial (tras la caída del Imperio Otomano) en decenas de países (la mayoría de muy reciente invención, como Tranjordania o Kuwait) comprendieron que su camino a la modernidad pasaba por alejarse de las tradiciones más inmovilistas y hacia la década de los 50 encontraron su razón de ser unificadora en la negación del sionismo que había hecho renacer las abandonadas tierras de una parte de la provincia de Siria y hacia la que cada día convergían más árabes por el efecto llamada del espíritu pionero judío.Porque, paradojas de la historia, el pueblo palestino que se sienta estos días planteando exigencias maximalistas en las negociaciones impulsadas por el gobierno de Obama, nace -ahí están los números y la historia para demostrarlo- como consecuencia del sionismo, como acto reflejo del impulso que la llegada de los judíos produce en la olvidada subprovincia otomana y luego en el protectorado que el Reino Unido ejerce en la zona, con la condición impuesta por la entonces Liga de las Naciones de crear en el futuro un “hogar nacional para los judíos”. Decenas de miles de árabes pauperizados de las regiones vecinas (especialmente Egipto y Siria) encuentran sostén y condiciones laborales más humanas entre los judíos que llegan de todo el mundo. Sorprendente, pero cierto: la formación del pueblo palestino es un producto colateral del retorno de los judíos a su patria ancestral.Sin embargo, en lugar de reconocer el efecto progresista y modernizador del sionismo, los estados árabes de taifas de Oriente Próximo optaron por la negación absoluta de cualquier derecho a los judíos, iniciando un camino de “malas compañías”: desde la alianza del Mufti de Jerusalén con Hitler, al apoyo a la invasión de Kuwait por Sadam Husein, pasando por la negativa de la Liga Árabe a la partición de la ONU de 1947, la consecuente invasión de la recién proclamada Israel por parte de 7 ejércitos, la ocupación militar de Gaza y Cisjordania del 49 al 67, y el apoyo a un terrorismo dedicado a atacar civiles.Hoy, la calle árabe, harta de dos generaciones perdidas en luchas contra fantasmas, explota en Bengasi, Homs o El Cairo, viendo cómo el fruto de su esfuerzo colectivo se va por las cloacas de la cultura de la muerte (financiando al terrorismo) y la sumisión (a los clérigos y reyes). Ojalá descubran el engaño y sean capaces de superar la ceguera que en estas décadas implantaron en sus corazones y mentes. Porque, y disculpen nuevamente la bofetada de esta afirmación, su propio futuro depende de que sean capaces de verse a sí mismo como reflejo del otro, de nosotros.Shabat Shalom. Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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i-sesinos, por Jorge Rozemblum

En la Edad Media se desarrolló dentro del Islam una secta chiita a la que sus detractores llamaron hashashim, bebedores de la droga hashísh que les animaba a cometer los actos criminales más abyectos. De ahí (assasin) en muchos idiomas, incluido el nuestro, se deriva la palabra asesino. Desgraciadamente, el relato de superación que suele ser la historia del mundo en este caso nos lleva a un nivel más elevado, pero de bajeza humana.Cuentan los policías españoles que persiguen a los yihadistas que reclutan “mártires” para su guerra santa en Siria y otros destinos del “turismo fundamentalista”, que los nuevos cachorros del terror no nacen en el seno de las milicias u otras organizaciones clandestinas, sino en los cibercafés del mundo occidental. Allí, mientras usted y yo consultamos la Wikipedia, descubrimos amistades en el Facebook o simplemente respondemos al correo electrónico, los nuevos asesinos aprenden su misión en este mundo viendo vídeos que les incitan a odiar aún más y a canalizar esos sentimientos hacia la violencia más cruel e indiscriminada. Cuentan esos policías que, en las redadas en aquellos locales de “ocio islamista”, los detenidos aún tienen húmedos los ojos de la emoción de ver despedazarse a sus “hermanos” en pos de los objetivos más santos y recompensados que les prometen en su particular paraíso.Son los i-sesinos, los hashashim de la era de Internet, que igual que muestran su experiencia para navegar en la Red sin dejar huellas, ignoran y desprecian los fundamentos básicos de la ciencia moderna en que se basa su propio conocimiento. El objetivo ni siquiera es fabricar armas mejores para sus planes, sino simplemente llevarse por delante a cuanta más gente mejor. No importa su implicación o grado de culpabilidad: su sentencia está firmada por una instancia superior e inapelable. Que esté o no escrito en el Corán es lo de menos: la única voz que oyen es la del off de los vídeos de los “gloriosos” atentados en Irak, Afganistán, Pakistán, Israel, Siria, Yemen, Londres, Buenos Aires, Madrid… (¿sigo?).¿Cómo se acabó con los hashashim? Pues la verdad es que siguieron actuando hasta que otros asesinos más potentes y lúcidos se cruzaron en su camino. ¿Y nuestros i-sesinos contemporáneos? La sensación es que están en pleno auge, hasta el punto que las voces que los señalan en sus propias sociedades brillan por su ausencia, por su debilidad (muchos de estos mismos i-sesinos empiezan hostigando a los imames menos radicales) y por la falta de fatuas (pronunciamientos legales islámicos) contundentes que condenen sin medias tintas a su infierno a los responsables de la muerte de inocentes.¿Hay algo que podemos hacer? Lo que es seguro es que cruzándonos de brazos y diciendo “¡qué barbaridad!” no van a desaparecer, no sin llevarse consigo a algunos de nosotros. Estamos inmersos en una guerra entre la cultura de la vida y la de la muerte, y nos urge reconocerlo y no dejarnos confundir por supuestas reivindicaciones y justificaciones que publican en los “vídeos de despedida”, ese nuevo género cinematográfico del sinsentido. Se ha dicho y hay que repetirlo hasta que entendamos la sencillez del mensaje: el único objetivo del terror es el terror.Shavua Tov Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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