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Carta abierta a Manuel Macià, por Abraham Barchilón

La siguiente carta firmada por Abraham Barchilón es una reacción a la columna de Manuel Macià del 12 de septiembre en «Última Hora» y ha sido publicada el 14 de septiembre: Palma, o quizás Baleares entera, por ser el núcleo territorial de difusión del Periódico “Ultima Hora”, habrá quedado conmocionada el miércoles día 12 de septiembre al leer lo que, periodísticamente, se pudiera calificar como “ Columna”, si no fuera porque sus elucubraciones son ya conocidas. Cuando me encuentro con textos como el suyo, no acierto a comprender cual es la finalidad del mismo, si es el desconocimiento de la materia sobre la que escribe, la osadía de escribir por escribir o si es la expresión virulenta de las entrañas que se le revuelven, quizás por su mala conciencia. Todo el contexto de lo que escribe debería ser encuadrado más en el desarrollo de la profesión que usted dice ejercer “Director de Teatro”, que en la de columnista donde es necesario guardar un mínimo de seriedad y en la que, en su delirio, traslada una versión de algún género periodístico por descubrir o catalogar, al que yo me atrevería a llamar “maldad a conciencia”. Todo comentarista, columnista o teatrero (por lo de director), se debe al público al que escribe y debe guardar un mínimo de ética. Aparte de lo sesgado de su exposición, no le hemos leído un solo artículo sobre la masacre del gobierno sirio a sus propios ciudadanos, bombardeando con aviones y utilizando armas pesadas sobre la población civil. Quizás en esas ciudades los que viven, hombres, mujeres, niños, para usted no sean personas o sí lo sean los terroristas de Hamas que, en la zona secesionada de Gaza, tienen establecidas las bases para atacar, es decir, matar no sólo a los israelíes que viven en las zonas colindantes, por cierto también seres humanos, sino que atentan y matan a sus propios hermanos egipcios durante, por ejemplo, la conmemoración de la fiesta más sagrada del Islam – el Ramadan –, aunque después se escandalicen por el contenido de algún libro o película. En relación a otras partes del mundo, tampoco he leído ningún “panfleto incendiario” suyo sobre cómo día si y día también, los ataques terroristas proliferan ya sea en Irak, Pakistán , etc. o cómo la democracia egipcia, esa llamada primavera árabe, ha dejado trascender lo que es su máxima expresión de libertad, es decir, que la presentadora de la TV egipcia sea una mujer, eso sí, con velo y no por propia convicción, que sería muy respetable, sino por imposición del gobierno de los llamados “Hermanos Musulmanes”, aunque no sabemos de quien son hermanos realmente, pues ya hemos visto como los de Gaza, no deben serlo pues los matan. Podríamos seguir enumerando actos violentos, todos ellos sin el menor reparo suyo, pero tristemente hoy mismo hemos conocido la muerte, por un ataque de fanatismo y esquizofrenia colectiva, de cuatro representantes del gobierno de EEUU en Bengasi…sí, aquellos que llamaron para que les ayudasen a liberarse de otro dictador sanguinario – Gadafi-. Por todo ello, considero que usted no merece una sola palabra más, que la opinión pública, afortunadamente, hoy tiene información suficiente, por lo cual, usted mismo se descalifica. Su desprestigio personal, su fanatismo literario, sus elucubraciones y, porqué no decirlo, “su diarrea mental”, hacen que afortunadamente la trascendencia de sus “delirios” no sea de gran calado, pues es más natural pensar que el tiempo es oro, que no merece la pena ser leído y simplemente pasar la página.

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Por la libertad de Gilad Shalit por Jacobo Israel

Carta al director del Presidente de la Federación de Comunidades Judías de España publicada en el diario ABC el pasado 29 de junio de 2010. Éramos unos pocos, apenas ciento cincuenta personas. Nos agrupamos el domingo 27 de junio en Madrid, a las doce de la mañana, en torno al monumento a la Constitución, al monumento a nuestras libertades, porque no tenemos en nuestra ciudad un monumento a los Derechos Humanos. La convocatoria fue oscura, es decir no había detrás ninguna organización, ni judía ni cristiana, y, por supuesto, de ninguna otra idea religiosa. Tampoco ninguna organización política se arrogó la paternidad. Incluso dos organizaciones, la una destinada a promover la concordia en el Oriente Medio y la otra a establecer lazos entre España e Israel, hicieron saber que no estaban entre las organizaciones convocantes y que la “manifestación” no tenía permiso gubernamental. Fue una “quedada”, una convocatoria libre establecida entre internautas. Pedía la libertad de Gilad Shalit, un joven israelí – podía ser de Burgos o de Cherburgo – que llevaba cuatro años en cautiverio por un movimiento terrorista denominado Hamás – podía ser ETA o el movimiento terrorista chechenio – que dice defender los derechos humanos de los palestinos, pero que en realidad defiende el derecho a matar al otro, que para él es siempre un enemigo a abatir. Los que estábamos allí no íbamos contra nadie. Ni siquiera contra los que le tienen retenido, sin que en los cuatro años transcurridos haya podido ser visitado por la Cruz Roja o por ninguna organización caritativa. Los islamistas, que dicen que Islam viene de salam (paz), no dejan que nadie pueda dar testimonio de cómo está, vivo o muerto. Las organizaciones internacionales, los Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia, las Naciones Unidas, los principales gallos del gallinero internacional, no han podido hacer nada por él. Sigue, si sigue vivo, aislado, sin que sus padres o familias sepan nada de él. Éramos unos pocos. Pedíamos la libertad de Gilad Shalit, un joven que no ha cometido ningún delito. Pedíamos que le liberaran, que pudiera estar con su familia, que pudiera volver con los suyos. Con nosotros no estaba ninguna autoridad civil o política, ninguna personalidad pública. Ningún fotógrafo de prensa. Pero no estábamos solos. Con nosotros estaba la razón y la humanidad, la igualdad y la fraternidad, todo con minúsculas, porque en este tiempo oscuro – donde la propaganda ha sustituido a las ideas – las palabras con mayúscula han dejado de tener sentido.

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Carta al Director de El Mundo

Ayer lunes el Presidente de la Federación de Comunidades Judías de España remitió al director del diario El Mundo la siguiente carta. Sr. D. Pedro J. RamírezDirector de El Mundo Estimado Director:He leído con atención la entrevista a David Irving publicada el pasado sábado en El Mundo. Desde la Federación de Comunidades Judías lamentamos profundamente su publicaciónLa libertad de expresión, que suscribimos, no debe amparar el discurso del odio. Como Vd. bien sabe, al igual que las malas noticias corren más y más rápidamente que las buenas, el odio lo hace más que la convivencia. Y, como demuestra la entrevista, este señor utiliza el negacionismo como antesala a su discurso del odio antisemita. Un odio que desgraciadamente ya está suficientemente extendido en nuestro país.La libertad de expresión tiene, como todas las libertades, sus límites. Estamos seguros que usted discrimina informaciones y opiniones que atentan contra la dignidad, la libertad o, simplemente, el buen gusto. De la misma forma se debe discriminar el discurso del odio, que propugna estaopinión que usted ha amparado y que niega una verdad demostrada y comprobada: Que 6 millones de judíos fueron asesinados. Y esto es muy grave.En el avance, esta semana, de la serie de entrevistas que el diario que usted dirige va a ofrecer con motivo del 70 aniversario del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, reconocen que las opiniones de alguno de los entrevistados “ofenderán a muchos”. Esta entrevista va mucho más allá de la ofensa. Llega hasta el dolor y a despertar las peores pesadillas de la Historia, que muchos creíamos, al menos, en proceso de superación. Reciba un atento saludo, Jacobo Israel GarzónPresidenteMadrid, 5 de septiembre de 2009

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Tópicos por Jacobo Israel Garzón

El Diario El País publica hoy una carta del Presidiente de la Federación de Comunidades Judías de España, Jacobo Israel Garzón en reacción a la viñeta antisemita del dibujante Romeu aparecida el 30 de junio que se reproduce a continuación. EL PAÍS vuelve a publicar el 30 de junio de 2009 una viñeta inequívocamente antisemita. El dibujante Romeu recurre a los tópicos y libelos antijudíos para expresar su particular visión del conflicto palestino-israelí. El personaje que responde a la interpelación «humanitaria» es retratado como religioso ultraortodoxo (con kipá y tirabuzones), con los rasgos fisonómicos estereotipados y haciendo gala de una expresión («Nuestro buen dinero nos ha costado») que remite al estereotipo sobre la naturaleza conspirativa, poder e influencia de «los judíos», así como su irremisible asociación con el dinero y la avaricia. Una caricatura que no es muy diferente a las publicadas por Goebbels en la Alemania nazi, que desató un odio brutal hacia los judíos y que terminó, como todos sabemos, desangrando Europa. Desde nuestra institución manifestamos nuestro más rotundo rechazo a la viñeta de Romeu y solicitamos que no vuelvan a difundirse viñetas como esta que sólo contribuyen a aumentar la confusión que la opinión pública española puede tener en relación a los judíos e Israel y el rechazo que de hecho existe. En absoluto nos referimos al derecho de cualquier ciudadano a expresar su opinión sobre cualquier conflicto. Conocemos el tono mordaz, crítico y políticamente incorrecto en muchas ocasiones del dibujante Romeu, y no estamos contra ello. Pero nos parece que, para expresar su visión del conflicto palestino-israelí, acude sistemáticamente a los tópicos antijudíos mentando libelos como la naturaleza conspirativa, el poder, la avaricia y la influencia de los judíos, que nada tienen que ver con la realidad.

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