¿Quien teme a la verdad ?, por Isaac Querub Caro para El País
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Vemos en los medios de comunicación, tanto prensa escrita, radio como televisión, en estos últimos veinte días, multitud de noticias, artículos y reportajes. Sometidos a un minucioso estudio, cabe destacar, en primer término, el desatado odio hacia, no sólo el estado de Israel sino al Judaísmo en general, con un leguaje encarnizado y, en segundo término, apreciamos la falta de imparcialidad que los medios de comunicación deben tener como dogma de fe, faltando en todo momento a la objetividad, a la contrastación de la información recibida y, en resumen, a cumplir con el deber profesional de INFORMAR. Expuesto como premisa la valoración de los ejes, a mi criterio, en que se está desarrollando informativamente esta fase del conflicto, cabe destacar la falta de un análisis objetivo de los fundamentos del mismo y no una mirada de corto alcance al mismo, que sólo se dedica a contar los MISILES QUE HAMAS (Organización Terrorista reconocida como tal a nivel internacional) lanza contra la POBLACIÓN CIVIL DE ISRAEL, intentando que su alcance llegue incluso al Aeropuerto internacional Ben Gurion de Tel-aviv. Y ello para tratar de conseguir lo mismo que los terroristas pro-rusos en Ucrania, es decir, MATAR a las inocentes personas que emplean como medio de transporte el avión. LOS MISILES que Israel lanza, previo aviso telefónico, van específicamente a los lugares desde donde se perpetran los ataques terroristas a las ciudades y al pueblo de Israel. Pero esa labor de recuento y relato de los ataques a la población palestina, no es exacta. Y no lo es porque la Autoridad Nacional Palestina es la única reconocida como representante del pueblo Palestino y en un entente con Israel, no exento de dificultades, ve como sus ciudadanos aumentan su nivel de vida y no son atacados por nadie, por lo que, se debería hacer una gran diferencia entre población Palestina (Cisjordania), la población sometida al imperio del fanatismo del grupo terrorista Hamas (Gaza) y las tesis terroristas de dirigentes que, alejados de la zona de conflicto (Qatar), alimentan y financian los ataques contra el único estado democrático de la zona (Israel), que tiene como principal objetivo la defensa de sus habitantes. La Democracia de Israel se escenifica en la celebración de una manifestación de sus habitantes, ejerciendo éstos el derecho a la libertad de expresión, en contra de la política militar de su gobierno y que finalmente tiene que disolverse por la amenaza de los misiles de los terroristas de Hamas. Pero aun haría falta hacer en estudio más amplio de lo que está representando el terrorismo fanático islamista al mundo occidental, que la prensa se limita a transcribir en titulares de un día (200 niñas secuestradas, iglesias quemadas, imperio del terror en amplias zonas del continente africano…), terrorismo al que con reuniones, conferencias o declaraciones no se puede combatir, porque su fanatismo desea cambiar las normas de vida y conducta de la sociedad occidental, pretendiendo llegar a alterar nuestra esencia. Y está aquí la labor, no considerada ni tenida en cuenta, que Israel viene haciendo al combatir a los terroristas islamistas, que no al pueblo palestino. Son los dirigentes terroristas de la franja de Gaza los que someten a la población que habita en esa zona. Los accesos están cerrados no sólo por Israel sino también por Egipto, que tampoco quiere a esos terroristas, aunque éstos “los abran” mediante túneles para atentar en Israel, además de utilizar a su pobre y desprotegida población como escudos humanos, empleando escuelas, casas particulares y hospitales como plataformas de lanzamientos de misiles. Occidente no acaba de ser consciente de la amenaza que se cierne sobre nuestra forma de sociedad, de la tolerancia y del respeto a la diversidad. Y cuando ello llegue a tomar cuerpo en nuestra conciencia, los ataques indiscriminados y el odio al defensor de esos principios occidentales – Israel – será reconsiderado. Frase destacada: se debería hacer una gran diferencia entre población Palestina (Cisjordania y la población sometida al imperio del fanatismo del grupo terrorista Hamas (Gaza)
«He vivido mas de setenta años entre españoles. Aquí me casé y aquí nacieron mis hijas y mis nietos. El español es mi lengua y España, mi país. Y ahora me hago la pregunta que el judío alemán se podía hacer en los años treinta en Alemania.» Ver artículo completo en el siguiente enlace
El pasado jueves (17/7), al saltar la noticia, mi corazón se sobrecogió: una nueva desgracia en un avión de la Malasia Airlines. Cuando dicho avión sobrevolaba nuestro cielo comunitario (Ucrania), la memoria retrocedía a hace algunos meses cuando en el Pacífico, como si de magia se tratara, desapareció, sin dejar rastro, un avión similar de la misma Cía. y que nos hizo también recordar el atentado terrorista del 21 de diciembre de 1988 a un vuelo regular de la Cia Pan American, conocido como el atentado de “Lockerbie “, cayendo los restos sobre Escocia y en el que murieron 270 personas. Pero ese sentimiento pronto se vio agravado por el hecho de que se trataba de un “atentado terrorista”, en palabras del Primer Ministro ucraniano, al dar a conocer que un misil, desde una lanzadera y proyectado sobre ese fatídico vuelo, fue lo que lo derribó y causó el incendio. Sin supervivientes, pereciendo, entre pasajeros y tripulación, casi trescientas personas de diversas nacionalidades y, entre ellos, ochenta niños/as, pero sean o no ellos, lo desgraciadamente verdadero es que las lanzaderas de misiles matan. En la madrugada de ese mismo día conocimos el inicio, por parte del ejecito israelí, de una ofensiva terrestre sobre la franja de Gaza desde que, tanto durante la limitada tregua (5 horas) como justo al término de la misma, los terroristas de Hamas habían lanzado mas de cincuenta proyectiles o misiles, que no cohetes como se les denomina casi siempre, sobre territorio israelí, además de que por un túnel, excavado desde Gaza, un grupo de trece terroristas habían intentado entrar en Israel para cometer atentados. Los medios de comunicación, sometidos al imperio de los grupos inversores, seguían diciendo que lo que lanzaban los terroristas de Hamas eran cohetes y lo de Israel eran misiles. Aquí cabe destacar la afirmación del primer ministro israelí Benjamin Natanyahu: “ISRAEL USA SUS ANTIMISILES PARA DEFENDER A LA POBLACIÓN CIVIL, LOS TERRORISTAS DE GAZA UTILIZAN A LA PROBLACIÒN CIVIL PARA DEFENDER SUS MISILES”. Por ello, el principal objetivo de la ofensiva (yo diría defensiva), israelí era, en palabras de sus mandos militares, destruir e inutilizar las lanzaderas de los terrotirstas. Los líderes mundiales empezaban a lamentarse, condenando el ataque desde una lanzadera, por terroristas prorrusos y, dentro de mi estado de incredulidad por lo acontecido en Ucrania, fue cuando vino a mi mente el paralelismo de los hechos referenciados, es decir, lanzaderas en manos de terroristas, esos artefactos móviles que lanzan misiles y matan gente, y no cohetes (¿de feria?) como dicen los medios sesgados, que son casi todos. Y ello viene a coincidir con el objetivo de la presente ofensiva israelí en la franja de Gaza, en manos del grupo terrorista Hamas – TERRORISTA y no partido, milicia, grupo islamista y demás acepciones “suavizadoras”-, que emplea la cuantiosa ayuda económica que recibe, entre otras cosas, para comprar lanzaderas y misiles, en lugar de alimentos .Un grupo terrorista, por cierto, que no aceptó la tregua propuesta por Egipto o que violó lo acordado por Nacionales Unidas. En la Europa comunitaria, los medios de comunicación y los dirigentes de muchos países, así como las mal llamadas ONGs, podrán seguir relatando la historia como venga bien a sus postulados ideológicos o políticos, pero la verdad siempre prevalecerá: las lanzaderas disparan misiles, no cohetes, y causan muertes, y ante ello es obligación de todo gobierno que se precie de serlo, ejercer las acciones que consideren pertinentes para defender la vida de sus ciudadanos. Frase destacada: “La obligación de todo gobierno que se precie de serlo, ejercer las acciones que consideren pertinentes para defender la vida de sus ciudadanos.”
Bajo el lema “Desafíos para la Religión en la Sociedad Contemporánea” representantes oficiales de la Iglesia Católica y el mundo judío han estado debatiendo durante cuatro días en Madrid los principales asuntos que conciernen y preocupan a ambas confesiones. Las conclusiones se han recogido en una declaración conjunta: Herencia Común Judíos y cristianos compartimos la herencia bíblica que explica la relación entre Dios y los hombres. Basándonos en esta historia sagrada, judíos y católicos nos reunimos para debatir las oportunidades y dificultades a las que se enfrentan las creencias religiosas en el mundo de hoy. Casi hace 50 años el Concilio Vaticano II promulgó la Declaración Nostra aetate, encaminando a la Iglesia Católica hacia una nueva senda en su relación con el pueblo judío. Uno de los frutos más importantes fue el establecimiento del International Liaison Committee (ILC) como el instrumento formal para vehicular las relaciones entre la Santa Sede y la comunidad judía internacional. La discusión abierta en un espíritu de mutua confianza y respeto ha caracterizado nuestro encuentro en Madrid y abunda en el progreso conseguido en enseñar e implementar los principios y enseñanzas de la Declaración conciliar. En este vigésimo segundo encuentro nos reafirmamos en la singular relación entre católicos y judíos basada en un legado espiritual común y en una responsabilidad compartida en la defensa de la dignidad humana. Como católicos y judíos abogamos por un mundo en el que los derechos humanos sean reconocidos y respetados y todos los pueblos puedan florecer en paz y libertad. Estamos comprometidos a fortalecer nuestra colaboración para lograr una más equitativa distribución de las riquezas y los beneficios derivados de los avances de la ciencia, medicina, educación y desarrollo económico. Nuestra unión busca una mejora del mundo de forma que refleje la visión bíblica original: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y todo era bueno” (Génesis. 1:31) Se han discutido y examinado en pequeños grupos el aumento del antisemitismo, el incremento de la persecución de los cristianos en varias partes del mundo y la amenaza a la libertad religiosa en muchas sociedades. A la luz de nuestros ideales religiosos compartidos hemos examinado las dificultades a lasque nuestras tradiciones religiosas se enfrentan hoy en día: violencia, terrorismo, extremismo, discriminación y pobreza. Nos entristece profundamente que se tome el nombre de Dios en vano. Libertad Religiosa Animados por la preocupación expresada por el Papa Francisco acerca del bienestar universal de todos, especialmente de los pobres y oprimidos, compartimos la creencia de que cada individuo ha sido dotado por Dios de dignidad. Esto requiere que cada persona pueda expresar su libertad de conciencia y religión de manera individual e institucional, privada y pública. Deploramos la manipulación política de la religión. Judíos y Católicos condenamos la persecución por motivos religiosos. Hacemos un llamamiento a los líderes políticos y religiosos y a las instituciones para que aseguren la integridad física y la protección legal de todos aquellos que ejerciten su derecho fundamental a la libertad religiosa, que protejan el derecho de los individuos a cambiar o abandonar sus creencias religiosas, a educar a sus hijos de acuerdo a sus creencias, incluyendo el sacrificio ritual de animales, la circuncisión y poder mostrar símbolos religiosos en lugares públicos. Persecución de los cristianos ILC recomienda a la Comisión del Vaticano para las Relaciones Religiosas con los Judíos y el IJCIC trabajar juntos contra la persecución de las minoría cristianas allí donde se lleven a cabo, de alertar sobre estos problemas y apoyar los esfuerzos que garanticen que todo ciudadano tenga plenos derechos independientemente de su identidad étnica o religosa, en Oriente Medio y en cualquier otra parte. Especialmente respecto a la minoría cristiana y a la comunidad judía en Oriente Medio. El aumento del Antisemitismo Como el Papa Francisco ha dicho repetidamente, “un cristiano no puede ser antisemita”. Exhortamos a todos los líderes religiosos a que se opongan firmemente a este pecado. La celebración del 50 aniversario de Nostra aetate en 2015 supondrá un momento privilegiado para reafirmarnos en la condena del antisemitismo. Urgimos a que las enseñanzas antisemitas desaparezcan de libros de texto y discursos en todo el mundo. De igual manera cualquier expresión anti cristiana es igualmente inaceptable. Educación Recomendamos que todos los seminarios judíos y católicos incluyan programas educativos sobre la Nostra aetate y los documentos posteriores de la Santa Sede que implementan esta Declaración. Las nuevas generaciones de líderes católicos y judíos reconocemos lo mucho que Nostra aetate ha contribuido a cambiar y mejorar las relaciones entre judíos y católicos. Es imperativo que las nuevas generaciones abracen estas enseñanzas y aseguren que lleguen a todos los rincones de la Tierra. Frente a estos desafíos, judíos y católicos renovamos nuestro compromiso para educar a nuestras respectivas comunidades en el conocimiento y respeto del otro. Acordamos cooperar para mejorar las vidas de los que viven en los márgenes de la sociedad: los pobres, los enfermos, los refugiados, las víctimas del tráfico humano y proteger la creación de Dios de los peligros del cambio climático. No podemos hacer esto solos. Hacemos un llamamiento a todos aquellos en posiciones de autoridad e influencia para que se nos unan en la causa del bien común, de forma que todos podamos vivir en dignidad y seguridad, y la justicia y la paz prevalezcan.
Bajo el lema “Desafíos para la Religión en la Sociedad Contemporánea” representantes oficiales de la Iglesia Católica y el mundo judío han estado debatiendo durante cuatro días en Madrid los principales asuntos que conciernen y preocupan a ambas confesiones. Las conclusiones se han recogido en una declaración conjunta: Herencia Común Judíos y cristianos compartimos la herencia bíblica que explica la relación entre Dios y los hombres. Basándonos en esta historia sagrada, judíos y católicos nos reunimos para debatir las oportunidades y dificultades a las que se enfrentan las creencias religiosas en el mundo de hoy. Casi hace 50 años el Concilio Vaticano II promulgó la Declaración Nostra aetate, encaminando a la Iglesia Católica hacia una nueva senda en su relación con el pueblo judío. Uno de los frutos más importantes fue el establecimiento del International Liaison Committee (ILC) como el instrumento formal para vehicular las relaciones entre la Santa Sede y la comunidad judía internacional. La discusión abierta en un espíritu de mutua confianza y respeto ha caracterizado nuestro encuentro en Madrid y abunda en el progreso conseguido en enseñar e implementar los principios y enseñanzas de la Declaración conciliar. En este vigésimo segundo encuentro nos reafirmamos en la singular relación entre católicos y judíos basada en un legado espiritual común y en una responsabilidad compartida en la defensa de la dignidad humana. Como católicos y judíos abogamos por un mundo en el que los derechos humanos sean reconocidos y respetados y todos los pueblos puedan florecer en paz y libertad. Estamos comprometidos a fortalecer nuestra colaboración para lograr una más equitativa distribución de las riquezas y los beneficios derivados de los avances de la ciencia, medicina, educación y desarrollo económico. Nuestra unión busca una mejora del mundo de forma que refleje la visión bíblica original: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y todo era bueno” (Génesis. 1:31) Se han discutido y examinado en pequeños grupos el aumento del antisemitismo, el incremento de la persecución de los cristianos en varias partes del mundo y la amenaza a la libertad religiosa en muchas sociedades. A la luz de nuestros ideales religiosos compartidos hemos examinado las dificultades a lasque nuestras tradiciones religiosas se enfrentan hoy en día: violencia, terrorismo, extremismo, discriminación y pobreza. Nos entristece profundamente que se tome el nombre de Dios en vano. Libertad Religiosa Animados por la preocupación expresada por el Papa Francisco acerca del bienestar universal de todos, especialmente de los pobres y oprimidos, compartimos la creencia de que cada individuo ha sido dotado por Dios de dignidad. Esto requiere que cada persona pueda expresar su libertad de conciencia y religión de manera individual e institucional, privada y pública. Deploramos la manipulación política de la religión. Judíos y Católicos condenamos la persecución por motivos religiosos. Hacemos un llamamiento a los líderes políticos y religiosos y a las instituciones para que aseguren la integridad física y la protección legal de todos aquellos que ejerciten su derecho fundamental a la libertad religiosa, que protejan el derecho de los individuos a cambiar o abandonar sus creencias religiosas, a educar a sus hijos de acuerdo a sus creencias, incluyendo el sacrificio ritual de animales, la circuncisión y poder mostrar símbolos religiosos en lugares públicos. Persecución de los cristianos ILC recomienda a la Comisión del Vaticano para las Relaciones Religiosas con los Judíos y el IJCIC trabajar juntos contra la persecución de las minoría cristianas allí donde se lleven a cabo, de alertar sobre estos problemas y apoyar los esfuerzos que garanticen que todo ciudadano tenga plenos derechos independientemente de su identidad étnica o religosa, en Oriente Medio y en cualquier otra parte. Especialmente respecto a la minoría cristiana y a la comunidad judía en Oriente Medio. El aumento del Antisemitismo Como el Papa Francisco ha dicho repetidamente, “un cristiano no puede ser antisemita”. Exhortamos a todos los líderes religiosos a que se opongan firmemente a este pecado. La celebración del 50 aniversario de Nostra aetate en 2015 supondrá un momento privilegiado para reafirmarnos en la condena del antisemitismo. Urgimos a que las enseñanzas antisemitas desaparezcan de libros de texto y discursos en todo el mundo. De igual manera cualquier expresión anti cristiana es igualmente inaceptable. Educación Recomendamos que todos los seminarios judíos y católicos incluyan programas educativos sobre la Nostra aetate y los documentos posteriores de la Santa Sede que implementan esta Declaración. Las nuevas generaciones de líderes católicos y judíos reconocemos lo mucho que Nostra aetate ha contribuido a cambiar y mejorar las relaciones entre judíos y católicos. Es imperativo que las nuevas generaciones abracen estas enseñanzas y aseguren que lleguen a todos los rincones de la Tierra. Frente a estos desafíos, judíos y católicos renovamos nuestro compromiso para educar a nuestras respectivas comunidades en el conocimiento y respeto del otro. Acordamos cooperar para mejorar las vidas de los que viven en los márgenes de la sociedad: los pobres, los enfermos, los refugiados, las víctimas del tráfico humano y proteger la creación de Dios de los peligros del cambio climático. No podemos hacer esto solos. Hacemos un llamamiento a todos aquellos en posiciones de autoridad e influencia para que se nos unan en la causa del bien común, de forma que todos podamos vivir en dignidad y seguridad, y la justicia y la paz prevalezcan.
El pasado 10 de noviembre se ha marcado el vigésimo aniversario del Acuerdo de Cooperación entre el Estado Español y la Federación de Comunidades Judías de España. A continuación reproducimos parte del artículo redactado al respecto por Marcos González Sánchez, Profesor Titular de Derecho Eclesiástico de la Universidad Autónoma de Madrid y publicado en la Revista General de Derecho Canónico y Derecho Eclesiástico del Estado (RGDCDEE), 30, 2012 en el marco proyecto de la Fundación Pluralismo y Convivencia. “Aplicación del Acuerdo entre el Estado y la Federación de Comunidades Judías de España de 1992 en las Islas Baleares” (L4-2012) Aprovechamos la ocasión para felicitar al profesor González Sánchez por tan completo artículo. Podemos remitir el artículo íntegro a quien lo solicite. EL DESARROLLO DEL ACUERDO DE COOPERACIÓN ENTRE EL ESTADO Y LA FEDERACIÓN DE COMUNIDADES JUDÍAS DE ESPAÑA DE 1992, VEINTE AÑOS DESPUÉS Resumen: La población judía en España está perfectamente integrada en la sociedad y está formada por unas 40.000 personas que habitan, principalmente, en las ciudades donde hay comunidades miembros de la Federación. La FCJE puede considerarse el instrumento del que las comunidades judías se dotan para que, las que lo deseen, puedan acudir mediante un sólo ente a negociar y establecer las líneas por las que se articula la cooperación del Estado. Transcurridos 20 años desde la promulgación de su Acuerdo de cooperación con el Estado de 1992, en este trabajo se ha intentado hacer un balance de las virtudes, puntos débiles y posibles mejoras del texto normativo vigente. Sumario:1. Introducción: la clasificación de las confesiones religiosas en el Ordenamiento español; 2. La FCJE; 3. Estatutos de la FCJE (2012); 3.1 Fines de la FCJE; 3.2 Miembros de la FCJE; 3.3 Órganos de la FCJE; 3.3.1 La Asamblea General; 3.3.2 La Comisión Permanente; 3.3.3 El Presidente y la Comisión Ejecutiva; 4. Asuntos del Acuerdo de cooperación con la FCJE de 1992 necesitados de revisión; 5. El desarrollo del contenido del Acuerdo de cooperación con la FCJE de 1992 por otros acuerdos celebrados a nivel autonómico. 6. Conclusiones; 7. Anexo 1. Introducción: la clasificación de las confesiones religiosas en el Ordenamiento español Un porcentaje muy elevado de las normas de Derecho Eclesiástico tienen por objeto regular la relevancia de los grupos religiosos. La dimensión colectiva de la libertad religiosa conlleva, según el artículo 2.2 de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa [LOLR], “el derecho de las iglesias, confesiones y comunidades religiosas a establecer lugares de culto o de reunión con fines religiosos, a designar y formar a sus ministros, a divulgar y propagar su propio credo, y a mantener relaciones con sus propias organizaciones o con otras confesiones religiosas, sea en territorio nacional o en el extranjero”. Como afirma el Tribunal Constitucional, “la plena efectividad de los derechos fundamentales exige reconocer que la titularidad de los mismos no corresponde sólo a los individuos aisladamente considerados, sino también en cuanto se encuentran insertos en grupos y organizaciones, cuya finalidad sea específicamente la de defender determinados ámbitos de libertad o realizar los intereses y los valores que forman el sustrato último del derecho fundamental. Así, el art. 16 garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto no sólo a los individuos, sino también a las Comunidades” . La necesidad de reconducir en el Derecho español el tema del tratamiento del sujeto colectivo del derecho de libertad religiosa lleva a plantearnos el concepto de confesión religiosa. Este término es empleado en el apartado tercero del artículo 16 del texto constitucional para designar grupos religiosos susceptibles de cooperar con el Estado. La doctrina española se ha manifestado sobre el concepto de confesión religiosa , y, según IBÁN, cuatro son los requisitos que deben tener: “la estabilidad, organización propia, normación propia y vinculación a una idea de Dios o una concepción del Universo. La estabilidad implica una vocación de permanencia efectiva. La organización a su vez exige cuatro notas: pluralidad de miembros, existencia de jerarquía, existencia de relaciones entre los miembros y los órganos de poder…la idea de normación propia implica no sólo que exista un sistema normativo…sino que éste sea propio” . El concepto de confesión religiosa ha de extraerse de los requisitos legales previstos en los artículos 5.2 de la LOLR para la inscripción en el Registro de Entidades Religiosas [RER] y en el 3.2 del Real Decreto 142/1981, de 9 de enero, sobre organización y funcionamiento del RER , y que básicamente son dos: organización y fines religiosos . De este modo, se exige un mínimo de organización y estabilidad, que están en la base de ciertas exigencias legales para la inscripción (como son la denominación, el régimen de funcionamiento y la representación). Por otro lado, nuestra legislación no incluye dentro del ámbito de la libertad religiosa las que podríamos llamar comunidades que incorporan una visión del mundo (por ejemplo, que patrocinan el ateismo o el agnosticismo u otras maneras de entender la vida espiritual), pues los fines religiosos están asociados a la existencia de una realidad trascendente. Por ello, el artículo 3 de la LOLR deja fuera las entidades relacionadas con el estudio y experimentación de los fenómenos psíquicos o parapsicológicos o la difusión de valores humanísticos o espiritualistas. La inscripción en el RER exige que se cumplan esos requisitos anteriores y se encomienda al Ministro de Justicia que los verifique . La Administración resolverá en primera instancia las demandas de reconocimiento de los grupos. Contra la resolución que agote la vía administrativa, los interesados podrán ejercitar las acciones judiciales previstas en el ordenamiento. La importancia que posee la inscripción como acto de reconocimiento del Estado de la tipicidad religiosa del ente en aras a permitir el acceso a un “status” especial, nos conduce a examinar las condiciones exigidas en la LOLR y disposiciones complementarias que se habrán de acreditar a fin de integrarse en la categoría jurídica de confesión. El concepto estricto de confesión coincide con el de grupo inscrito si bien las confesiones son previas a su inscripción, lo cual se puede demostrar por la simple
En un artículo publicado hoy en el diario El País, que se reproduce a continuación, Jacobo Israel Garzón responde a un artículo de Salvador Pániker publicado el miércoles pasado. Israel, una necesidad histórica JACOBO ISRAEL GARZÓN 27/04/2010 El pueblo judío fue dispersado de su tierra hace 2.000 años, tras la destrucción del Templo y la derrota de la rebelión de Bar Kojba. A partir de allí, centenares de miles de judíos fueron esclavizados y obligados a abandonar sus tierras. Los judíos pudieron haberse asimilado en las sociedades a las que los llevaron y haber seguido el curso de la historia de tantos pueblos de la antigüedad que han dejado de existir, pero no fue así por motivos internos y externos. Este Estado tiene un fundamento jurídico e histórico: recuperar la dignidad y la vida de su pueblo En primer lugar, porque el sentimiento religioso, la idea de la observancia de la ley divina, era primordial en una población cuyo fundamento espiritual era religioso y ético, a diferencia de la mayoría de las sociedades de aquel tiempo, para las que los fundamentos artísticos o filosóficos constituían el sustento de su modo de ser. En segundo lugar, porque una de las sectas judías, los seguidores de Jesús, se fue separando de un judaísmo cuya mayoría estaba esclavizada y que no disponía de fuerza política alguna para constituir una religión que nada tuviera que ver con su propio origen (esta negación ha sido demasiado evidente hasta hace bien poco). Además, esta religión de origen judío, el cristianismo, propició la exclusión político-religiosa del pueblo judío. A partir de ahí, y hasta el siglo XIX, los judíos no llegaron a ser ciudadanos en condiciones de igualdad en el mundo occidental, ni en el cristiano ni en el islámico, donde se aplicaron las condiciones del pacto de Omar, que sólo permitía su existencia en condiciones de inferioridad jurídica y civil. Tras la Ilustración del siglo XVIII, algo pudo cambiar en nuestras sociedades. En 1799, Napoleón exhortó a los judíos a conservar la tierra de Israel a pesar de todos los adversarios. Pero fue el movimiento nacionalista que surgió en toda Europa el que generaría el nacimiento del sionismo, bajo el principio de que cada pueblo había de tomar su destino entre las propias manos, que también se aplicaba a los judíos. Y su desarrollo, más que todo, tuvo que ver con el movimiento anti-judío que fue tomando impulso desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la II Guerra Mundial. Los judíos hicieron un gran esfuerzo a lo largo de todo el siglo XIX y la primera parte del siglo XX para integrarse en las sociedades, conservando, eso sí, su esencia religiosa y ética. Abandonaron sus idiomas vernáculos para utilizar los de las sociedades nacionales; a través del movimiento reformista imitaron parte de la liturgia protestante; enviaron a sus hijos a los liceos, gymnasiums y universidades, despreciando las escuelas judías, etcétera. La integración de los judíos dio muchos ilustres hombres a Europa y al mundo occidental, que recientemente recogía en un artículo en EL PAÍS Salvador Pániker, quien escribía: «Algunos amamos tanto a los judíos que preferiríamos tenerlos entre nosotros, diseminados, diluidos, enriquecedores, fértiles, en vez de tenerlos aislados en un Estado nación artificial que sólo ha generado desgracias desde su nacimiento». Afirmación que considero doblemente obscena. Obsceno es tanto amor por vernos diluidos, pero sobre todo debe ser ese algunos algo escaso, cuando tan pocos movieron un solo dedo para impedir que las familias de tantos ilustres hombres que poblaban la diáspora europea intelectual fueran conducidas al matadero. Amor que recuerda el que a los judíos tenían los nazis, que pretendían verlos diluidos en la tierra y en el aire, ceniza y humo. Pero es que una afirmación así no cabe sin obscenidad desde una Europa que apenas alberga un 20% de los judíos que vivían en el continente a comienzos del siglo XX, tras un siglo entero de emigración forzosa, exclusión y muerte. Que no se preocupe Salvador Pániker, los judíos de Israel no están aislados. Viven en una sociedad libre y democrática y aportan su saber académico y técnico a todo el mundo. Han generado una sociedad en la que ser judío no es una lacra, un demérito o un estigma que hay que salvar durante toda la vida. Han generado una sociedad vibrante, amante de la música y de la cultura, creativa en la medicina, en la investigación, en las nuevas tecnologías. Y permanecen abiertos al mundo y fieles a los principios éticos que siempre han regido al judaísmo. Efectivamente, falta la paz entre Israel y los palestinos, que no es poco. Pero la paz, como el baile de pareja, es cosa de dos. Los que amamos la paz, deseamos que se consiga y que sirva para preservar la dignidad de los pueblos israelí y palestino. Paz que ha de definirse entre ambos, probablemente fuera de los focos de los medios de comunicación y de la intervención pública. Pero la falta de paz no puede servir para considerar un error, ni un Estado artificial, al Estado de Israel. Antes al contrario, es uno de los pocos Estados que tiene un fundamento jurídico e histórico esencial: recuperar la dignidad y la vida para un pueblo encaminado por los otros a la muerte. Para un pueblo que es, junto con Grecia, piedra miliar del pensamiento occidental y de su amplitud de horizontes. Jacobo Israel Garzón es presidente de la Federación de Comunidades Judías de España.
A continuación reproducimos el artículo de Jorge Trías Sagnier publicado el martes 30 de junio en el ABC sobre unas jornadas organizadas por Casa Sefarad-Israel en torno a la memoria de la Shoah. Desde ayer y hasta mañana nos encontramos en París unas cuantas personas, judías y cristianas, para meditar sobre los dilemas de la transmisión de la memoria de la Shoah en el mundo contemporáneo. Nos ha convocado la Casa Sefarad-Israel, que dirige Diego de Ojeda, en colaboración con Yahad In-Unum y el Centro de Estudios Judeo-Cristianos. Hoy asisten, entre otras personas, el obispo auxiliar de Madrid y secretario general de la Conferencia Episcopal española, el jesuita Juan Antonio Martínez-Camino; el rector de la Universidad Pontificia de Comillas, también jesuita, Francisco Bustos; Henar Corbi, de casa Sefarad-Israel; el rabino Baruch Garzón junto a su mujer; Dom Anselmo, Abad del Valle de los Caídos; el abogado, como yo, Jesús Pedroche; María Teresa Rodríguez, Jordi López, miembro del patronato de la Montaña de Montserrat; Fernando Millán, Prepósito General de los Carmelitas; Elisa Luque e Idoya Zorroza de la Universidad de Navarra o Carlos García de Andoín, que es asesor del Gabinete de la vicepresidenta Primera del Gobierno; Manuel Sarrias, de la Iglesia Bautista o Alem Toledo, cuya familia turca sefardí fue salvada gracias a su pasaporte español y al valor del cónsul español Roland, en 1943, de una muerte segura. El programa es de lo más sugerente, por supuesto para las personas interesadas en estas cuestiones, sobre todo en el acercamiento entre judíos y católicos, pues ya dijo Juan Pablo II algo que había comenzado a recordar con justeza Juan XXIII: los judíos son los hermanos mayores en la fe de quienes nos consideramos cristianos. Su fe es nuestra fe, su Libro es nuestro Libro, Jesucristo y sus padres, José y María, eran judíos y el gran apóstol de las gentes, cuya festividad conmemoramos ayer, no dejó nunca de ser Rabino, aunque abandonase la ortodoxia farisea y abrazase la heterodoxia cristiana. En la ceremonia con la que han finalizado las sesiones de hoy lo han recordado todas las confesiones presentes, especialmente el rabino Garzón y el obispo Martínez-Camino. El primero ha pronunciado una oración, a veces con la voz entrecortada por la emoción, en recuerdo de las víctimas de la Shoah y el secretario general de la Conferencia Episcopal Española repitió las palabras que Benedicto XVI pronunció en Israel hace pocas semanas: «¡Que los nombres de las víctimas no perezcan jamás en nuestra memoria!». Espeluznantes testimonios A mí me ha impresionado, especialmente, la conferencia del Padre Patrick Desbois sobre los espeluznantes testimonios, tomados por él mismo, de quienes vieron o vivieron, siendo niños, las operaciones móviles de matanzas por los «Einsatztruppen» en los territorios ocupados del Este. En realidad, con el genocidio judío el régimen nacional-socialista alemán, extendido por toda Europa, pretendía una finalidad metafísica: extirpar los mandamientos de la Ley de Dios para que sólo quedase, en la cúpula de la ley, el poder del Estado. El positivismo llevado a sus últimas y terribles consecuencias. La visita al Memorial de la Shoah de la mano de su director, Jaques Fredj, la cariñosa acogida del presidente del memorial Eric de Rothschild, el almuerzo en el barrio judío de Le Marais, el imborrable recuerdo para mí de Violeta Friedman, y el paseo junto al Sena, pensando en todo lo que he visto y oído a lo largo y ancho del día han cerrado la primera jornada.
Por Dalia Levinsohn, Secretaria General de FCJE – Ponencia en el marco del «Seminario Judeo Sefardí» Es para mí un inmenso honor y un gran privilegio poder contribuir a este importante Congreso Mundial Sefardí. Dicho esto empezaré mi ponencia diciendo que, aunque no sea sefardí de origen, lo soy por hecho y por derecho. Me explicaré. Vivo en España desde hace más de 45 años, concretamente en Barcelona, integrada en la Comunidad Israelita de Barcelona desde la llegada de mi familia a esta ciudad, de mayoría sefardíes. Aquí he crecido, aquí me he casado, aquí han nacido mis 2 hijos y todos esos años he frecuentado la sinagoga sefardí. Es por ello que me considero sefardí. Al plantearme el desarrollo de mi ponencia cuyo titulo ““La mujer en el hogar judío, su rol en la educación de sus hijos y la transmisión de la cultura“ se me planteó un gran problema. El desarrollo podía ser absolutamente académico, es decir con citas y mas citas de nuestra Torah, que es el mayor legado que ha recibido el pueblo judío. La Torah establece una norma de vida, a través del cumplimiento de sus preceptos (Mitzvoth). Los preceptos llenan nuestra vida y su cumplimiento constituye una regla de vida que permite transmitir la identidad judía, manteniendo viva la cadena que nos ha permitido perdurar a lo largo de los siglos, pese a las persecuciones y exilios. La exención de la mujer en el cumplimiento de algunas Mitzvoth (por ejemplo asistencia a la sinagoga diariamente), para poder atender mejor a su familia, a sus hijos y a su esposo, preparar la casa para recibir el Shabbat (u otras fiestas) da idea de la sabiduría que subyace en la propia Torah con respecto a la educación, transmisor de la cultura, tradición e identidad judías. En un trabajo de investigación, la socióloga Cherie Koller-Fox de USA, formuló a muchachas de 11 y 12 años en la “Belmont Sschool” la siguiente pregunta: “¿Qué debe hacer una mujer judía para ser una mujer judía?” El resultado de la encuesta fue relevante e instructivo. Algunas muchachas dieron respuestas generales tales como: “Cuidar a los niños” lo que indicaba que para ellas “mujer judía” era sinónimo de “mujer”. Otras expresaron el “cuidar los niños” en términos judíos, tales como: “ir a comprar jalá” o “cocinar para el shabat “.Otras asociaron el concepto de “mujer judía” a la realización de los rituales en el hogar, tales como: “mantener el kashrut en casa” o “encender las velas”. Algunas mencionaron aspectos sinagogales como: “ir a la sinagoga en las fiestas importantes”. Relativamente pocas muchachas mencionaron que lo que debe hacer una mujer judía. La mayor responsabilidad de la mujer judía es la de enseñar y transmitir a sus hijos su herencia judía y estudiarla por sí misma. ¿Y cual es esa herencia? Esa herencia o legado es ni más ni menos que el judaísmo. Hay muchas definiciones de judaísmo. Yo no pretendo, en modo alguno exponer un tratado sobre judaísmo: para ello hay personas mucho más eruditas en el tema que yo. Únicamente diré que el judaísmo ha perdurado entre nosotros, desde Abraham a nuestros días, gracias a muchas cosas, pero sobretodo, sobretodo, gracias a su enseñanza en el seno de la familia, gracias a la madre judía. Bajo una perspectiva judía, la mujer, al elegir el desafío de tener hijos, se compromete a crear y moldear un cuerpo y un alma judía, cuya misión es la de mejorar el mundo en que vivimos. La mujer y el hombre, dentro del judaísmo desempeñan distintos papeles. La mujer es la encargada del hogar y de la educación de los hijos. Durante los primeros años de infancia, la educación es, principalmente responsabilidad de la mujer. Después la educación es compartida. Por cierto no se si saben como de dice mujer en arameo: mujer en arameo se dice “d´baita “que quiere decir “de casa”. Cuando la madre hace una comida de shabat o de fiestas como pesaj, los hijos se impregnan de olores, sabores, y colores. Cuando la madre realiza el encendido de las velas en víspera de shabat o de fiestas y recita las bendiciones correspondientes, los hijos se impregnan de sonidos y músicas. Todo ello son actos positivos que van calando en el niño quien se impregna de estos actos. Todo esto que acabo de decir no es teoría. Es pura práctica. No estoy más que transmitiendo mis propias experiencias de niña. Recuerdo perfectamente cuando, de pequeña me llegaban los efluvios de olor a mermelada de fresa cuando mi madre preparaba “ los sufganiyot “ (bollos) para la fiesta de Hanukka; los “oznei hamman “ de Purim; las comidas lácteas para Tu Bishvat, al tiempo que nos contaba el porque de estos dulces y costumbres. Cuando la madre judía ha terminado de disponer la mesa para el Seder, convendrán ustedes conmigo, madres judías, que casi no tiene fuerzas para sostenerse de pie, tan cansada esta !. Pero ver reunidos alrededor de una mesa a su marido, hijos, nietos, familiares y amigos, dispuestos a celebrar, nuevamente, e igual que se viene haciendo hace mas de cuatro mil años, año tras año el Seder de Pesaj es la culminación de un deber y una obligación para con el futuro y para mantener viva la cadena de transmisión a la que estamos indefectiblemente unidos. Asimismo los hijos van diariamente recibiendo las enseñanzas del judaísmo a través del quehacer diario de la madre (cocinar guardando las normas de cashrut). La grandeza del judaísmo es que no debe esperar a las fiestas judías anuales, sino que cada shabat la madre judía dispone su casa para recibir el shabat, cocina las comidas típicas, enciende las velas, cada semana se renueva el mandato y la tradición que impregnan a sus hijos dentro del seno de la familia. Y en cumpliendo a su modo los preceptos que le han sido transmitidos, la madre judía enseña a hablar a sus hijos. Así es como esa maravillosa lengua que es el ladino, (antiguo