actualidad

actividades culturales, actualidad, Sin categoría

¡Las Hagadot del gótico catalán vuelen a casa!

Con la exposición Hagadás Barcelona. El esplendor judío del gótico catalán el Museo de Historia de Barcelona reunirá por primera vez en la ciudad donde fueron creadas ocho Hagadás, libros de culto que utilizamos en Pésaj (Pascua judía), realizadas durante el siglo XIV en Barcelona y su entorno. Se trata de piezas capitales de la historia judía, del arte gótico y de la cultura catalana, valoradas y conocidas a nivel mundial especialmente por sus ilustraciones y que salieron en su mayoría del territorio catalán hace más de 500 años, a raíz de la expulsión de los judíos en 1492. Además, la exposición supone una oportunidad para explicar la historia de la presencia de la comunidad judía en Barcelona y su implicación en la vida de la ciudad medieval, así como para destacar el alto nivel de conocimiento de las técnicas de iluminación de manuscritos, directamente influenciadas por el esplendor artístico del gótico catalán. Gracias a los tres promotores del proyecto Ana Bejarano, Josep-Lluís Carod-Rovira y Manuel Forcano que han trabajado tenaz e intensamente para conseguir de las diferentes autoridades locales y extranjeras que las Hagadás puedan ser cedidas de diferentes museos, de Israel, de Hungría, de Estados Unidos, de Italia, en Barcelona, en vísperas de Pésaj se inaugura esta extraordinaria exposición el miércoles 25 de marzo a las 19h00. Como cita previa los días 24 y 25 de marzo tendrán lugar en el museo las jornadas de estudio BCN Hagadás. Historia, narrativa y legado artístico en que investigadores internacionales presentarán las Hagadás dentro de su marco histórico, los significados de los rituales, de los episodios bíblicos que describen y del estilo y las técnicas pictóricas empleadas en las ilustraciones figurativas, entre otros temas.

actualidad, Fiestas judías

Pésaj del 3 al 10 de abril de 2015

Pésaj o Pascua es, junto con Shavuot (Pentecostés) y Sucot (la fiesta de las Cabañas) una de las fiestas mayores del calendario judío. En Pésaj recordamos la liberación de la esclavitud en Egipto y los 40 años por el desierto camino de una tierra donde vivir como una nación libre. Historia El relato de Pésaj se recoge en el Éxodo de la Torá y cuenta cómo  los «hijos de Israel», liderados por Moisés, escapan de la esclavitud en Egipto y se lanzan al desierto donde sobreviven durante 40 años  hasta llegar a Canaán, la tierra prometida. Costumbres Es tradición prepararse para Pésaj con una limpieza profunda. Las familias limpian a conciencia las casas y algunas guardan el menaje de uso diario en la cocina para sustituirlo estos días de Pascua por una vajilla especial. Durante la semana que dura esta gran fiesta no se consumen alimentos fermentados en recuerdo a la premura por salir de Egipto que impidió hacer pan con levadura. La Matzá (pan ácimo) sustituye al pan normal. La gran cita de Pascua es la noche del Séder, la cena pascual que este año celebramos el viernes 3 de abril, coincidiendo además con el Shabat. Esta noche es especial porque comemos entre otros las hierbas amargas que simbolizan la esclavitud y el Jaróset una pasta marrón como el argamasa que se utilizaba en la construcción. Además toda la familia participa de la celebración, siendo los más pequeños los que preguntan a sus mayores sobre esta especial velada. Más información en Radio Sefarad: ¿Qué es Pésaj?

actividades culturales, actualidad, agenda

Conferencia sobre la expulsión de los judíos de España

Con motivo del triste aniversario de la expulsión de los judíos de tierras catalanas el 31 de marzo de 1391 la B’nai B’rith «Nahmanides» de Barcelona invita a la conferencia «De las leyes represoras al Decreto de expulsión de los judíos en 1492.  Las razones del opresor, la odisea de los oprimidos» a cargo del profesor Miguel Angel Chamocho. El evento estará presentado por el periodista Eduardo Martín de Pozuelo, investigador de La Vanguardia y tendrá lugar el Espai Francesca Bonnemaison (Sant Pere Més Baix 7, junto a Via Laietana, Barcelona) El ponente es profesor titular de Historia del Derecho de la Universidad de Jaen, Consejero de Número del Instituto de Estudios Giannenses, miembro de Número de la Academia de Andaluzía de la História e Investigador permanente del Centro de Historia del Derecho de la Universidad de Rennes (Francia). Realiza su formación académica en la Universidad de Granada, recalando allí inicialmente como profesor asociado en 1992, en el Departamento de Historia del Derecho, para finalmente pasar a formar parte del personal de la Universidad de Jaén tras su creación en 1993.Se Doctoró en Derecho en 1997 con una tesis titulada «Justicia Real y Justicia Municipal, la implantación de La Justicia Real en las ciudades giennenses (1234-1505)» publicada en el Instituto de Estudios Giennenses.

actualidad, opinión

El país de los sabios idiotas, por Jorge Rozemblum

Aunque últimamente esta expresión se utiliza poco, los “idiots savants” (en español, idiotas sabios) son personas que presentan deficiencias mentales generalizadas, aunque destacan como genios en una habilidad específica. Seguramente recordarán el personaje del autista que interpretaba Dustin Hoffman en la película Rain Man y su increíble memoria matemática. O la inmadurez patológica, fuera del ámbito musical, con que Milos Forman describe en su filme Amadeus a Mozart. Hoy día, la corrección política ha sustituido esta expresión por la de sabios autistas. Pero no es de psicología o psiquiatría de lo que quiero hablar, sino de democracia. El resultado de las últimas elecciones en Israel supuso una gran sorpresa para ese país, que se había acostado con un empate técnico en las encuestas a pie de urna entre las fuerzas mayoritarias, y se despertó con una victoria aplastante de Netanyahu. No faltaron titulares que tildaron lo sucedido como “voto del miedo” y demás explicaciones atribuidas más a instintos primarios que a una decisión producto de la reflexión. Lo llamativo del caso es que muchos de esos mismos columnistas suelen apelar en otros casos a la sapiencia y desarrollada cultura de los judíos israelíes, líderes en desarrollos científicos y tecnológicos, así como en campos de las humanidades, de la filosofía a las artes. ¿Tiene sentido criticar lo que eligen los ciudadanos de un país, con todas las garantías democráticas para expresar su voluntad? ¿Es ético considerar que se han dejado arrastrar por la demagogia cuando el partido más votado no llega al 25%? ¿Lo es (por ejemplo) desde la óptica estadounidense, con un sistema que deja fuera a todo aquel que no encuentre respuesta entre republicanos o demócratas? Allí, como en todo el mundo, sí que suele utilizarse el “voto del miedo” llamándolo “voto útil”. En el caso israelí, seguramente sirvió para que Netanyahu arañara votos de sus socios de gobierno ideológicamente más cercanos, del mismo modo que la alianza Unión Sionista pretendía aglutinar el campo de centro-izquierda, a costa de futuribles socios de coalición. Pero no fue eso lo que determinó la orientación mayoritaria del nuevo parlamento. No se trata de juzgar los resultados según uno sea de izquierdas o de derechas, sino de respetar las normas del juego. Los que pintan a los israelíes como zombis sin criterio propio, que votan sin pensar, guiados únicamente por pasiones pasajeras, deberían replantearse si no son ellos mismos los que actúan irracionalmente fruto de una ofuscación ideológica, o creerse definitivamente que Israel es un país de sabios para todo, pero idiotas por no aceptar su visión.   Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad

actualidad, opinión

El canto del marrano, por Jorge Rozemblum

Durante mucho tiempo pensé, como afirman algunos estudiosos y el sentido común, que el apelativo “marrano” era un término peyorativo que comparaba a estos individuos con los cerdos. Pero resulta que la Real Academia de la Lengua Española invierte el proceso y cifra el origen etimológico de la palabra en el árabe “muharram”: una persona maldita o descomulgada, sucia, desaseada, grosera y sin modales, lo que ha llevado a aplicar esta descripción del anatemizado al cerdo, animal al que consideran impuro y digno de desprecio. O sea, que los conversos no son “marranos” por su origen, sino al contrario: los cochinos y puercos lo son por comportarse como alguien que abandona su fe original. Esta semana comienza en una universidad israelí un encuentro de expertos sobre este fenómeno, al que en hebreo prefieren llamar anusím, literalmente “forzados”, o “bnei anusím” (hijos o descendientes de conversos forzados), un término legal rabínico que se aplica a los obligados a dejar el judaísmo contra su voluntad de forma general, sin identificar el origen geográfico. Y es que este fenómeno no es exclusivo de España, ni de la Península Ibérica, ni del mundo sefardí. Antes y después existieron otros casos de conversiones forzosas, por ejemplo, los de la comunidad judía de la ciudad persa de Mashad en 1740, y antes, los de la tribu judía de los Banu Qurayza en Arabia que osó resistirse a Mahoma, y cuyos hombres fueron decapitados uno a uno, y las mujeres y niños forzados a convertirse al Islam. Si el converso se mantiene fiel y observante en secreto, aunque sólo sea en el interior de su conciencia, es un anús. Si se trata de un judío que básicamente rechaza la existencia de Dios, es un min (apóstata), mientras que si cree en el Dios de Israel pero no observa sus preceptos, es un meshumad(hereje). Y es que, como señalaba el hispanista sefardí Israel Salvator Révah, el marrano es como un católico sin fe y un judío sin saber, aunque judío por voluntad. La palabra “marrano” ha pasado a muchos idiomas, incluido el ídish. Un poeta en esa lengua (Avrom Reisen) compuso un poema convertido en canción, “Zog marán”, que muchos han cantado en vísperas de Pésaj, como la época en que estamos: “Dime, hermano marrano, ¿dónde has preparado el seder(la cena de Pascua)? En una cámara de una cueva profunda, allí lo he preparado. Dime marrano, ¿de dónde y de quién has conseguido blancas matzot (panes sin levadura)? En la cámara, bajo la protección de Dios, mi esposa ha estirado la masa. Dime marrano, ¿cómo has hecho para conseguir una hagadá (libro del relato de la salida de Egipto)? Hace mucho tiempo que lo escondí en una grieta de la cueva. Dime marrano, ¿qué harás si oyen tu voz? Si el enemigo me apresa, moriré cantando”. Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad

actividades culturales, actualidad

Llega la primavera a Toledo con «Pozos de Poesía»

En esta cuarta de edición de Pozos de Poesía, en el Día Internacional de la Poesía declarado por la Unesco, el Museo Sefardí de Toledo propone para mañana 21 de marzo a las 20h00 en la Sinagoga del Tránsito un interesante programa musical. Los músicos invitados este año son el Cuarteto de guitarras Entrequatre y la soprano Raquel Andueza, que estrenarán las coplas sefardíes de Alberto Hemsi, un musicólogo de origen sefardí que las recogió y publicó en Alejandría en 1934, en unas partituras que descansan en la biblioteca del Museo Sefardí y que ha reactualizado el compositor Flores Chaviano. Alberto Hemsi consagró su vida a la recuperación del música sefardí del oriente del Mediterráneo y a su integración en la música culta de su tiempo, para que no quedara como una simple curiosidad arqueológica. Una de las obras que se interpretarán es la canción sefardí tradicional Misirlou, que adaptó el hijo de un emigrado griego en Estados Unidos llamado Dick Dale y que Tarantino usó como tema para abrir su película Pulp Fiction. Las músicas se intercalarán con los fragmentos de Santa Teresa y otras voces místicas europeas que leerá, junto con sus propios versos, la poeta Noni Benegas. Entre las místicas que leerá figuran la beguina Roswitha, Hadewijch de Amberes y, muy especialmente, los fragmentos de Maria Maddalena de’Pazzi, mística italiana de la época de Santa Teresa cuyos testimonios ha traducido por primera vez al castellano Noni Benegas con Angiola Bonanni. La lectura de poemas y música lleva este año el título de “esta sed tan impetuosa”, con la que propia Teresa de Jesús se refiere al anhelo de unión común a todas las grandes místicas, y cuya narrativa amorosa iránhilvanando tanto los versos como los fragmentos musicales. Esta jornada de paz y tolerancia, en la que colabora también la Asociación de Amigos del Museo Sefardí, se convoca a todos los interesados en acudir para que traigan su propio almohadón, cojín o esterilla, y se sienten o se tumben en el suelo de la Sinagoga del Tránsito contemplando su techumbre estrellada, y escuchen el sonido de los poemas y las verdades de la música.

actualidad, opinión

El Cotton Club sefardí, por Jorge Rozemblum

Hay gente enamorada de la música sefardí y que, sin embargo, odia a los judíos. Así de claro. El propio ideólogo nazi Alfred Rosenberg sentía fascinación por los objetos relacionados con el judaísmo que coleccionaba con pasión, sin que ello lo acercase en lo más mínimo a tenerles ningún respeto o consideración. En España incluso hay quienes viven de la música judía (como gestores culturales de localidades en las que se descubren huellas de este tipo; como organizadores de conciertos, exposiciones y eventos en base a este legado; e incluso como intérpretes, rescatando y reviviendo esta herencia) y que son judeófobos, tal como recoge la definición de esta discriminación el Foro Europeo sobre Antisemitismo en el punto que señala como tal “Negar al pueblo judío el derecho de autodeterminación, por ejemplo afirmando que la existencia del Estado de Israel es un proyecto racista”. He conocido unos cuantos casos, lo que me hace pensar en todos a los que no he preguntado nunca explícitamente qué opinan del tema. La reacción ha sido siempre la misma, de ofensa. “¿Cómo puedes acusarme de racista justamente a mí, con lo que hago por vuestra cultura?”. La respuesta a la segunda parte es obvia: lucrarse. En cuanto a la primera acusación, no hay que alejarse mucho del tema para recordar que el famoso club nocturno de la época de la Ley Seca estadounidense, el Cotton Club, que basaba sus espectáculos en la actuación de los músicos afroamericanos y del emergente jazz, sin embargo prohibía la entrada de personas de piel negra al local. En España también son muchos los que prefieren contratar a artistas no judíos (nacionales y extranjeros) para interpretar música sefardí, no sea que programen temas (tan populares entre los descendientes de los expulsados como desconocidos u “obviados” aquí) como “Irme kero a Yerushalayim”. Tampoco hay que irse lejos en el mapa y el tiempo para observar un fenómeno similar entre artistas y amantes del flamenco, que se mudarían inmediatamente de barrio en cuanto un gitano se instalase en el vecindario. Como suelen decir “por lo bajini”: hay gitanos y gitanos, hay judíos y judíos. En cuanto a estos últimos, muchos más respetables cuanto más muertos estemos. Por supuesto, eso no quiere decir (ni mucho menos) que todos los cantantes y amantes de la cultura sefardí sean antisemitas e ilegitimen la existencia de Israel. Al contrario: suelen ser personas muy queridas y cercanas. Otras, sin embargo, se empeñan en establecer unas fronteras muy delimitadas para que su cariño y admiración lleguen sólo a los judíos descendientes de los que salieron de España, aunque las investigaciones apunten a que el 65% de los ashkenazíes (los judíos originarios del centro y este de Europa) compartan este linaje genético. Y eso por no hablar de aquellos que como, por ejemplo, los judíos ashkenazíes de Iberoamérica, llevan hasta cinco generaciones empapados de la cultura y lengua española, o que conocen la sefardí mucho mejor que la inmensa mayoría de los españoles. Que lo que une la cultura, no lo separe el racismo. Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad

actividades culturales, actualidad

Mesa Redonda con Isaac Querub

Isaac Querub ha participado ayer en la mesa «Del laicismo al pluralismo religioso» junto con representantes del Islam, de la Iglesia Católica y de la Iglesia Ortodoxa. En el marco de las Jornadas Académicas «25 años después de la guerra fría: Nuevos enfrentamientos, nuevas divisiones«, la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid ha organizado estas jornadas cuyo objetivo ha sido analizar la situación que ha sustituido el enfrentamiento de los bloques durante la guerra fría. En su intervención, el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España ha hecho un recorrido del pueblo judío por esta época, desde la Segunda Guerra Mundial en la que murieron 36 millones de personas, entre ellas 6 millones de judíos, pasando por la posguerra, la fundación del Estado de Israel, el éxodo de los judíos de la URSS y las guerras a las que se vio abocado el recién nacido Israel. Hasta llegar a nuestros días en los que asistimos con preocupación e inquietud a una situación de resurgimiento del antisemitismo en Europa y el auge del Islam radical. Ver vídeo de la mesa redonda con intervención de Isaac Querub a partir del minuto 16’50»

actualidad, opinión

En nombre del Nombre, por Jorge Rozemblum

Las huestes de las cruzadas cristianas en Europa se enardecían al grito de “Deus vult”, en latín: Dios lo quiere. Una variante de la misma (“Deus lo vult”) aparece como lema en el escudo de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén. Para miles de judíos europeos de los siglos XI al XIII también fueron esas las palabras que oyeron mientras los masacraban (a falta de musulmanes a mano) en el camino a redimir Tierra Santa. Por otra parte, hoy día judíos, cristianos, jazidíes y hasta musulmanes son atacados al grito de “Al·lahu·àkbar” (Dios es el más grande, en árabe): desde los que estrellan un avión contra un edificio, a los que se hacen volar con una carga explosiva en una pizzería, pasando por quien decapita o crucifica a un prisionero, o simplemente se abalanza sobre un viandante en la calle cuchillo en mano. Nosotros, los judíos, tenemos prohibido utilizar Hashem Hamefurash o nombre explícito en hebreo, ni siquiera a la hora de rezar, ya que el conocimiento de este Nombre se perdió tras la destrucción del Segundo Templo. No se trata de algo impronunciable, sino sagrado, únicamente reservado al gran sacerdote en el Templo. Para referirse a la divinidad se utilizan formas alternativas, desde las más conocidas como Adonáy (mi Señor), Elohím(y aún una forma alternativa a la alternativa, Elokím), El Elion (ser superior), En Sof (infinito), Ehyé Asher Ehyé (soy el que soy), Avinu (padre nuestro), Hakadosh Baruj Hu (el santo bendito), etc. En judeoespañol suele usarse también la palabra Dió, evitando la S final de su origen en español, para no atribuirle un número gramatical plural inaceptable. Pero (para mí, al menos) la alternativa más abstracta y significativa es HaShem, simplemente el Nombre, como en la expresión habitual “baruj haShem”, bendito sea el Nombre, equivalente al cristiano, “gracias a Dios”. En pocos días volveremos a conmemorar y festejar Purím, una fiesta cuyo relato se expresa en un libro bíblico, el Rollo de Esther, que no refiere ni tan sólo una vez el Nombre. Aunque la salvación de los judíos en Persia que relata tiene tintes casi milagrosos, dicho texto deja claro que la responsabilidad por la propia supervivencia del pueblo judío está siempre en manos de sus miembros, que depende de sus acciones más incluso que de la fuerza de su fe. No se trata de una grey protegida por Dios, sino de un pueblo que se protege a sí mismo: una conclusión que permite entender mejor el significado del Israel actual como estado, cuyo fundamento es el pueblo judío y no la propia religión, aunque esta sirva de inspiración y vínculo. Dicen los sabios que Purím es una fiesta de confusión en la que estamos autorizados a tomar vino hasta no distinguir entre los nombres del villano Amán y del pío Mardoqueo, a jugar a ser otros mediante disfraces y juegos teatrales, a celebrar con jolgorio el haber estado a punto de ser exterminados, a ayunar y luego participar de un banquete, a reafirmar que los protagonistas y responsables de nuestros actos (de los buenos y los peores) seguimos siendo nosotros mismos. Y que no somos títeres de los dioses del Olimpo, ni procuramos muerte y dolor por su voluntad y dictado. Que no tomamos su Nombre en vano. Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad (Editorial semanal publicada el 28 de febrero)

actualidad

Seminario «No a la violencia en nombre de Dios»

Ayer 26 febrero tuvo lugar en la Universidad La Salle de Madrid el Seminario «No en nombre de Dios» que contó con Mario Stofenmacher de Bet-El como representante de la Federación de Comunidades Judías de España. Retranscribimos a continuación la nota de prensa y manifiesto resultados del seminario. Las religiones rechazan todo fundamentalismo y testimonian que es posible un mundo de paz y justicia “Hemos venido a denunciar toda violación de los derechos y libertades inalienables de cualquier ser humano. Hemos venido a rechazar toda instrumentalización de la religión, y del nombre de Dios, para violentar a cualquier persona. Estamos seguros de que en nombre de Dios no se puede violentar nunca a nadie, no se puede justificar ninguna violencia o injusticia. Para nosotros, en nombre de Dios no se puede. Pero tampoco se puede hacer en nombre de una persona, de un poder, de una cultura, de una ideología”. Estas palabras forman parte de manifiesto de las religiones por la paz que se ha proclamado en la clausura del IX Seminario del IERMA (Instituto de Estudios sobre Religiones y Mundo Actual), de la Universidad de La Salle, celebrado en Madrid el pasado jueves, 26 de febrero. Además de mostrar su rechazo a la violencia y a todo fundamentalismo, las religiones han testimoniado con su trabajo y sus proyectos que otro mundo sin violencia es posible en condiciones de paz y justicia. El colegio de los Hermanos de La Salle en Jaffa, en Israel, y la Universidad de Belén, en Palestina, también de La Salle, han compartido su experiencia mostrando que es posible convivir en paz con diversidad de credos, incluso en contextos complicados. Ambas realidades educativas se han presentado en el Seminario del IERMA como oasis de paz para alumnos, familias y profesores siendo estos de diferentes religiones. En la intervención inaugural del Seminario se han abordado también los recientes acontecimientos de París, de Copenhague, de los 21 cristianos coptos condenando expresamente estos actos fanáticos y denunciando que estas situaciones, cuya lista es lamentablemente larga, son demasiadas y deben cesar lo antes posible. El director del IERMA, Carlos Esteban Garcés, ha reivindicado la dignidad de toda persona como referencia inalienable para todas las culturas, los pueblos, las ideologías, pero también para todas las religiones. Solo desde esta dignidad humana se puede comprender a fondo el sentido y los límites de la libertad, también de la libertad de expresión. El profesor Esteban Garcés ha explicado en qué medida Je suis Charlie, nosotros lo somos porque ningún acto violento tiene justificación y las víctimas merecen nuestra sincera solidaridad. Pero también ha indicado en qué medida Je ne suis pas Charlie, no lo somos porque comprender bien la libertad, la de expresión como todas las otras, solo puede hacerse en referencia a la dignidad humana de la que emana, y estando así referida a la dignidad, no puede absolutizarse hasta violentar a las personas. Además de los proyectos educativos de los Hermanos de La Salle, han compartido su perspectiva diversos representantes de algunas tradiciones religiosas. Luis Morente, asesor de la Federación de Comunidades Budistas de España, ha explicado que desde el punto de vista budista, el ejercicio de la violencia en nombre de Dios es un contrasentido que debería suponer el replanteamiento de la propia religión que la origina. Ninguna idea, ha añadido, capaz de producir muerte o sufrimiento puede ser llamada religión. Mario Stofenmacher, Rabino de la Comunidad Judía Masorti BET-EL, en representación de la Federación de Comunidades Judías de España, ha comentado que vivimos en una época en la que hemos conquistado la sanidad, la seguridad, el bienestar, etc, pero estas maravillas construidas durante generaciones desaparecen y se diluyen cuando la violencia se hace presente. No podemos construir desde la violencia, ha denunciado, invitando a trabajar, perseguir y cuidar los pilares sobre los que se sustenta el mundo, la creación de D’s: la justicia, la bondad y la paz.El mundo ha sido creado para nosotros. Somos por tanto nosotros los responsables de esta tarea Sami El Mushtawi director del Departamento Cultural del Centro Cultural Islámico de Madrid, ha proclamado que el islam rechaza la violencia en todas sus formas y aboga por la paz. Ha denunciado que no existe un estado islámico propio de la religión musulmana, porque creen en el Estado civil. El vocablo SALAM, paz, -ha explicado- es constantemente reiterado en El Corán, la paz es uno de los nombres de Dios. Dios invita a la morada de la paz e informa que la Paz predominará entre los moradores del Paraíso (10:10). Estoy seguro, ha añadido, que en todas las culturas y religiones hay gente capaz de tolerar, de comprender y de dialogar con los demás, espero que se unan para hacer un mundo mejor. Ana Calvo Tello, en representación de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España, ha indicado que los evangélicos y protestantes creemos que Dios es amor y esto nos debe impulsar a respetar a los que son diferentes a nosotros, a reconocer la dignidad del prójimo y su derecho a vivir con nosotros. El mensaje de Jesucristo nos insta a renunciar a la violencia y a trabajar a favor de la reconciliación y resolución pacífica de los conflictos. Debemos comprometernos también a denunciar a los que se amparan en la religión para ejercer la violencia, no son nuestros ni representan nuestra creencia, denunció. Concluyó citando un discurso de Martin Luther King en 1964, en la Universidad de Oslo cuando fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz: “Tarde o temprano todos los pueblos del mundo tendrán que hallar una manera de vivir en paz y con ello transformar este lamento universal en un creativo Salmo de hermandad (…). Me niego a aceptar la desesperanza como la respuesta final a las ambigüedades de la historia (…). Creo también que un día, toda la humanidad se inclinará ante el poder de Dios”. El Seminario ha concluido con la proclamación de un manifiesto que expresa el sentir compartido de todas las tradiciones religiosas presentes en

Scroll al inicio