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Janucá y los milagros judíos, por Jorge Rozemblum

El teatro y el cine nos han malacostumbrado a los finales armónicos y generalmente felices, gracias a milagrosas coincidencias y soluciones abruptas ex machina, como un ángel u otro emisario divino descendiendo de los cielos para obrar maravillas. Sin embargo, los milagros de la tradición judía son muy distintos y particulares, como el que rememoramos estos próximos días de Janucá.En esta fiesta recordamos no un milagro sino un “gran milagro” (nes gadol, en hebreo). Pero sorprendentemente no es algo espectacular (probablemente sea el único milagro religioso que nunca ha sido llevado al cine): una misma cantidad de aceite tarda ocho veces más en consumirse. Por el contrario, la Torá no llama milagro a la separación de las aguas del Mar Rojo cuando los israelitas huyen del Egipto faraónico, del mismo modo que no atribuimos un carácter milagroso a la creación del mundo o el ser humano, ya que son producto de la intervención divina, más allá de las leyes de la naturaleza por definición.Sin embargo, el milagro de Janucá (literalmente, la inauguración o, mejor, la re-purificación del Templo de Jerusalén después de haber sido profanado con ídolos paganos griegos) es obra del propio pueblo judío, que se alzó liderado por los macabeos para recuperar una independencia perdida siglos atrás, combinando decisión y fe. Así se obtienen resultados insólitos que desafían la lógica, aunque no atentan contra la naturaleza, sino que explican cómo actúa en casos extremos.No estamos hablando, por supuesto, de milagros sobrenaturales como la resurrección de los niños palestinos asesinados (Mohamed Al Durah) frente a las cámaras de los reporteros (la traslación del mundo mágico de Hollywood a la guerra mediática conocida como “Pallywood”) o, ya en un plano mucho más prosaico, de los milagros del Photoshop. Pero Janucá no es el único milagro judío.Milagroso es el empeño de un pueblo asesinado y deshumanizado hasta límites nunca antes alcanzados de levantar la cabeza y reconstruirse física y espiritualmente después del Holocausto. Milagroso es que una tierra desertizada y abandonada reverdezca y multiplique sus habitantes por 130 en 150 años. Milagroso es que durante al menos tres mil años un pequeño pueblo haya sobrevivido a las grandes civilizaciones que hoy ilustran los libros de historia pero que han desaparecido como tales: de los antiguos egipcios a los romanos, pasando por los antiguos griegos que coprotagonizan la historia de Janucá.Con este bagaje, habrá quien piense que es normal que seamos raros. Yo me inclino a creer que lo milagroso es que seamos normales.Shabat Shalom y Jag Janucá Sameaj (por adelantado) Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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¡Apadrine un terrorista palestino!, por Jorge Rozemblum

De todos es sabido que una partida de los presupuestos de España se destina a ayudar económicamente a la Autoridad Nacional Palestina. Lo asombroso del caso es que los propios funcionarios que la gestionan desconocen a qué se destinan esas generosas donaciones: por ejemplo, a pagar “sueldos” de casi dos mil dólares al mes a asesinos terroristas, juzgados y encarcelados.Esta situación es bien conocida para Israel e incluso para los periodistas de la prensa española instalados cómodamente en el “frente de guerra” de Tel-Aviv, aunque en vez de contarla prefieren hablar de las penurias de los palestinos y cuánto sufren los recortes de presupuestos de ayuda exterior de nuestro país, que han llevado a drásticas reducciones, de 120 millones de euros anuales en 2009 a sólo 17 actualmente. Por comparación, para la ayuda a todas las catástrofes naturales como la que acaba de asolar Filipinas, el presupuesto anual es prácticamente el mismo.Pero lo realmente indignante no son las cantidades, sino a qué se destinan. La Autoridad Nacional Palestina ha promulgado una “ley del prisionero” (incluso tienen un ministro dedicado exclusivamente a estas labores) que reparte el botín entre los reclusos según la pena a la que están condenados: a mayor condena, mayor retribución. Pero no piensen que el dinero de nuestro avance científico o nuestras pensiones se despilfarra: sólo tienen derecho a esta “prestación social” aquellos detenidos por crímenes de sangre contra Israel: ni ladrones ni rateros comunes. Es un privilegio exclusivo de los terroristas.La ecuación es la siguiente: cuantas más víctimas produce un acto terrorista, mayor la condena de los tribunales israelíes y, consecuentemente, mayor el salario que les pagamos (perdonen que use la primera persona del plural, pero es que sale de NUESTROS bolsillos). Tarifas del rativ (que así se llama en árabe este subsidio a la muerte): de uno a tres años, casi 400 dólares al mes; de tres a cinco años, 560 mensuales (más que un salario medio por trabajar de verdad en Cisjordania); si le caen de 10 a 15 primaveras, se puede mandar a la familia de vacaciones al extranjero (¿a España?), ya que se cobran 1.690 dólares al mes; y si eres de la élite de los que cometieron los actos más cruentos contra civiles, te tocan casi dos mil. A ello hay que sumar una “beca” especial del presidente Abbás a los prisioneros que se afilian a su partido y que por ello perciben además cada mes 238 dólares, más otros 71 si están casados y 12 más por cada hijo.Al menos, la Autoridad Nacional Palestina podría tener el detalle de mandarnos una foto y una cartita del terrorista al que estamos apadrinando para poner en la mesita del salón, junto a la orden de desahucio del banco.Shabat shalom Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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¡Apadrine un terrorista palestino!, por Jorge Rozemblum

De todos es sabido que una partida de los presupuestos de España se destina a ayudar económicamente a la Autoridad Nacional Palestina. Lo asombroso del caso es que los propios funcionarios que la gestionan desconocen a qué se destinan esas generosas donaciones: por ejemplo, a pagar “sueldos” de casi dos mil dólares al mes a asesinos terroristas, juzgados y encarcelados.Esta situación es bien conocida para Israel e incluso para los periodistas de la prensa española instalados cómodamente en el “frente de guerra” de Tel-Aviv, aunque en vez de contarla prefieren hablar de las penurias de los palestinos y cuánto sufren los recortes de presupuestos de ayuda exterior de nuestro país, que han llevado a drásticas reducciones, de 120 millones de euros anuales en 2009 a sólo 17 actualmente. Por comparación, para la ayuda a todas las catástrofes naturales como la que acaba de asolar Filipinas, el presupuesto anual es prácticamente el mismo.Pero lo realmente indignante no son las cantidades, sino a qué se destinan. La Autoridad Nacional Palestina ha promulgado una “ley del prisionero” (incluso tienen un ministro dedicado exclusivamente a estas labores) que reparte el botín entre los reclusos según la pena a la que están condenados: a mayor condena, mayor retribución. Pero no piensen que el dinero de nuestro avance científico o nuestras pensiones se despilfarra: sólo tienen derecho a esta “prestación social” aquellos detenidos por crímenes de sangre contra Israel: ni ladrones ni rateros comunes. Es un privilegio exclusivo de los terroristas.La ecuación es la siguiente: cuantas más víctimas produce un acto terrorista, mayor la condena de los tribunales israelíes y, consecuentemente, mayor el salario que les pagamos (perdonen que use la primera persona del plural, pero es que sale de NUESTROS bolsillos). Tarifas del rativ (que así se llama en árabe este subsidio a la muerte): de uno a tres años, casi 400 dólares al mes; de tres a cinco años, 560 mensuales (más que un salario medio por trabajar de verdad en Cisjordania); si le caen de 10 a 15 primaveras, se puede mandar a la familia de vacaciones al extranjero (¿a España?), ya que se cobran 1.690 dólares al mes; y si eres de la élite de los que cometieron los actos más cruentos contra civiles, te tocan casi dos mil. A ello hay que sumar una “beca” especial del presidente Abbás a los prisioneros que se afilian a su partido y que por ello perciben además cada mes 238 dólares, más otros 71 si están casados y 12 más por cada hijo.Al menos, la Autoridad Nacional Palestina podría tener el detalle de mandarnos una foto y una cartita del terrorista al que estamos apadrinando para poner en la mesita del salón, junto a la orden de desahucio del banco.Shabat shalom Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

actividades culturales, actualidad, agenda

Curso «Judaísmo: contribuciones y presencia en el mundo contemporáneo»

Ayer lunes 11 de noviembre se inauguró en la Escuela Diplomática de Madrid  la tercera edición de un curso que estudia diferentes facetas del Judaísmo. En colaboración con el Centro Sefarad -Israel se plantea un análisis sobre la conjugación entre el Judaísmo y el mundo contemporáneo, subrayando el papel que muchos judíos han jugado en el pensamiento político, en diversas áreas de la creación artística y en el surgimiento del sistema financiero internacional, entre otros. Se tratará también el antisemitismo, que culmina en la Shoá como el aspecto oscuro de un complejo proceso histórico. Asimismo, se subraya el caso del Estado de Israel como un ejemplo paradigmático de dinamismo y modernidad del Judaísmo. Finalmente, se concluye con un análisis del reencuentro entre España y el mundo judío, analizando también las iniciativas recientes que nuestro país ha desarrollado en pro de tender más puentes hacia un colectivo esencial para entender su propia historia. Un amplio espectro de especialistas tratará en sesiones dobles y desde el 11 al 28 de noviembre muy diversos aspectos de la cultura judía en sus expresiones pretérita y presente. Ver el programa completo y datos sobre la inscripción aquí. Radio Sefarad pone a nuestra disposición el audio correspondiente a la inauguración y al debate posterior entre José Luís de la Peña, director de la Escuela Diplomática, Isaac Querub, presidente de la Federación de Comunidades Judías de España y Miguel de Lucas, director general del Centro Sefarad-Israel.

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Curso «Judaísmo: contribuciones y presencia en el mundo contemporáneo»

Ayer lunes 11 de noviembre se inauguró en la Escuela Diplomática de Madrid  la tercera edición de un curso que estudia diferentes facetas del Judaísmo. En colaboración con el Centro Sefarad -Israel se plantea un análisis sobre la conjugación entre el Judaísmo y el mundo contemporáneo, subrayando el papel que muchos judíos han jugado en el pensamiento político, en diversas áreas de la creación artística y en el surgimiento del sistema financiero internacional, entre otros. Se tratará también el antisemitismo, que culmina en la Shoá como el aspecto oscuro de un complejo proceso histórico. Asimismo, se subraya el caso del Estado de Israel como un ejemplo paradigmático de dinamismo y modernidad del Judaísmo. Finalmente, se concluye con un análisis del reencuentro entre España y el mundo judío, analizando también las iniciativas recientes que nuestro país ha desarrollado en pro de tender más puentes hacia un colectivo esencial para entender su propia historia. Un amplio espectro de especialistas tratará en sesiones dobles y desde el 11 al 28 de noviembre muy diversos aspectos de la cultura judía en sus expresiones pretérita y presente. Ver el programa completo y datos sobre la inscripción aquí. Radio Sefarad pone a nuestra disposición el audio correspondiente a la inauguración y al debate posterior entre José Luís de la Peña, director de la Escuela Diplomática, Isaac Querub, presidente de la Federación de Comunidades Judías de España y Miguel de Lucas, director general del Centro Sefarad-Israel.

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Muerte Honoris Causa, por Jorge Rozemblum

El honor, como la pornografía, es a veces cuestión de geografía. La traducción de una lengua a otra suele despojar a muchos conceptos abstractos de una serie de valencias que los definen. No es lo mismo, por ejemplo, lo que significa el honor en español, en hebreo o en árabe.En nuestra lengua, el honor tiene que ver principalmente con el respeto: hacia nuestra persona, nuestros derechos e, incluso, nuestros antepasados. En hebreo, la palabra equivalente es kavód y sorprende descubrir que tiene la misma raíz etimológica que hígado (kavéd) y peso (kóved). En cuanto a la primera de estas palabras hermanas, el imaginario del hebreo (una lengua semítica milenaria) suele atribuir conceptos abstractos a diferentes órganos internos: por ejemplo, la moral y la ética residen en los riñones (musár klayót), mientras que la morada del honor sería el laboratorio de nuestro hígado. El atributo del peso, por otra parte, puede incluirse en expresiones como kóved rosh (literalmente, el “peso de la cabeza”, pero que significa rigor) o kved lev (literalmente, “de corazón pesado”, obstinado). El peso del kavód sin duda está detrás del concepto cristiano del honor, al que aludimos antes, que permeó primero en el latín (de donde viene la expresión Honoris Causa, en base a sus logros honoríficos, que acompaña a algunos doctorados universitarios) y se transformó al español en otras palabras emparentadas como honra, honestidad e incluso denostar (“deshonestar”).En árabe, por el contrario, el honor se expresa por medio de dos palabras: sharaf e ‘ird. La primera denota tanto el honor de la unidad social, la tribu y la familia, como el de los individuos, y está sujeto a fluctuación positiva o negativa. El sharaf de la familia puede elevarse mediante comportamientos modélicos tales como la hospitalidad, la generosidad, el valor en el combate, etc. El ‘ird solamente designa el honor de las mujeres, y su valor sólo puede menguar. Un comportamiento moral ejemplar no puede reforzar el ‘ird de una mujer, pero la conducta contraria puede acarrear daños irreparables. El ‘ird prevalece sobre el sharaf, afectando gravemente al honor de la familia. En consecuencia, la violación del honor de una mujer requiere una acción drástica que puede terminar con su muerte. Pero no es único caso de asesinato por honor.El sharaf tradicional se ha transformado en nuestros días en un concepto por el cual, cualquier situación en la que uno no consiga imponer su voluntad o creencia, se considera ofensiva. Por ejemplo, si uno vive como extranjero en otro país y le obligan a expresarse en el idioma nativo, o a adquirir sus costumbres sociales y sus leyes (por ejemplo, la prohibición de usar burkas o de practicar tradiciones de mutilación genital femenina como la ablación), se viola su honor, se atenta contra su sharaf. Y qué decir si a un pueblo árabe no le dejan masacrar o expulsar al mar a otro que no lo es: entonces se sufre una humillación, un desastre a veces tildado de nakba. Y en la concepción islamista actual, el honor mancillado “exige” sangre. Exige muerte Honoris Causa. Lo que para nosotros es terrorismo y horror, para otros es la única manera que tienen de entender el respeto y el honor, traducido de la manera más perversa.Shabat Shalom! Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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Muerte Honoris Causa, por Jorge Rozemblum

El honor, como la pornografía, es a veces cuestión de geografía. La traducción de una lengua a otra suele despojar a muchos conceptos abstractos de una serie de valencias que los definen. No es lo mismo, por ejemplo, lo que significa el honor en español, en hebreo o en árabe.En nuestra lengua, el honor tiene que ver principalmente con el respeto: hacia nuestra persona, nuestros derechos e, incluso, nuestros antepasados. En hebreo, la palabra equivalente es kavód y sorprende descubrir que tiene la misma raíz etimológica que hígado (kavéd) y peso (kóved). En cuanto a la primera de estas palabras hermanas, el imaginario del hebreo (una lengua semítica milenaria) suele atribuir conceptos abstractos a diferentes órganos internos: por ejemplo, la moral y la ética residen en los riñones (musár klayót), mientras que la morada del honor sería el laboratorio de nuestro hígado. El atributo del peso, por otra parte, puede incluirse en expresiones como kóved rosh (literalmente, el “peso de la cabeza”, pero que significa rigor) o kved lev (literalmente, “de corazón pesado”, obstinado). El peso del kavód sin duda está detrás del concepto cristiano del honor, al que aludimos antes, que permeó primero en el latín (de donde viene la expresión Honoris Causa, en base a sus logros honoríficos, que acompaña a algunos doctorados universitarios) y se transformó al español en otras palabras emparentadas como honra, honestidad e incluso denostar (“deshonestar”).En árabe, por el contrario, el honor se expresa por medio de dos palabras: sharaf e ‘ird. La primera denota tanto el honor de la unidad social, la tribu y la familia, como el de los individuos, y está sujeto a fluctuación positiva o negativa. El sharaf de la familia puede elevarse mediante comportamientos modélicos tales como la hospitalidad, la generosidad, el valor en el combate, etc. El ‘ird solamente designa el honor de las mujeres, y su valor sólo puede menguar. Un comportamiento moral ejemplar no puede reforzar el ‘ird de una mujer, pero la conducta contraria puede acarrear daños irreparables. El ‘ird prevalece sobre el sharaf, afectando gravemente al honor de la familia. En consecuencia, la violación del honor de una mujer requiere una acción drástica que puede terminar con su muerte. Pero no es único caso de asesinato por honor.El sharaf tradicional se ha transformado en nuestros días en un concepto por el cual, cualquier situación en la que uno no consiga imponer su voluntad o creencia, se considera ofensiva. Por ejemplo, si uno vive como extranjero en otro país y le obligan a expresarse en el idioma nativo, o a adquirir sus costumbres sociales y sus leyes (por ejemplo, la prohibición de usar burkas o de practicar tradiciones de mutilación genital femenina como la ablación), se viola su honor, se atenta contra su sharaf. Y qué decir si a un pueblo árabe no le dejan masacrar o expulsar al mar a otro que no lo es: entonces se sufre una humillación, un desastre a veces tildado de nakba. Y en la concepción islamista actual, el honor mancillado “exige” sangre. Exige muerte Honoris Causa. Lo que para nosotros es terrorismo y horror, para otros es la única manera que tienen de entender el respeto y el honor, traducido de la manera más perversa.Shabat Shalom! Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

actualidad, agenda, efemérides

Se cumplen 75 años del Pogromo de noviembre de 1938

La noche del sábado 9 se cumplen 75 años del Pogromo de Noviembre conocido como Kristallnacht (la «Noche de los Cristales Rotos”) un violento ataque anti judío. La noticia de que un joven refugiado judío había matado en París a un diplomático alemán en represalia por la deportación de su familia a Polonia, hizo prender la llama del antisemitismo en Alemania y Austria. Durante dos días un movimiento orquestado por el régimen nazi propició que la chusma se echara a la calle incendiando sinagogas, destrozando comercios de judíos, saqueando cementerios, hospitales, escuelas y hogares. Un centenar de judíos fueron asesinados y más de 30.000 detenidos por el delito de “ser judío”. Tras los incidentes, el gobierno nazi impuso una multa de mil millones de marcos a la comunidad judía de Alemania. Los judíos fueron obligados a limpiar y reparar los desperfectos y se les prohibió cobrar los seguros por los daños. En su lugar, el gobierno confiscó los pagos de las aseguradoras. A partir de este momento, los judíos fueron siendo excluidos sistemáticamente de la vida pública en Alemania. Por este motivo, la Kristallnacht se considera la antesala de la Solución Final promovida por Hitler para terminar con los judíos de Europa. La consecuencia fue la Shoá, el Holocausto, en el que murieron más de 6 millones de judíos durante la II Guerra Mundial. En Barcelona, el Ayuntamiento organiza el jueves 7 de noviembre un acto de memoria público en la Plaça Sant Jaume, frente al consistorio con la colaboración de las comunidades judías de la ciudad.

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Se cumplen 75 años del Pogromo de noviembre de 1938

La noche del sábado 9 se cumplen 75 años del Pogromo de Noviembre conocido como Kristallnacht (la «Noche de los Cristales Rotos”) un violento ataque anti judío. La noticia de que un joven refugiado judío había matado en París a un diplomático alemán en represalia por la deportación de su familia a Polonia, hizo prender la llama del antisemitismo en Alemania y Austria. Durante dos días un movimiento orquestado por el régimen nazi propició que la chusma se echara a la calle incendiando sinagogas, destrozando comercios de judíos, saqueando cementerios, hospitales, escuelas y hogares. Un centenar de judíos fueron asesinados y más de 30.000 detenidos por el delito de “ser judío”. Tras los incidentes, el gobierno nazi impuso una multa de mil millones de marcos a la comunidad judía de Alemania. Los judíos fueron obligados a limpiar y reparar los desperfectos y se les prohibió cobrar los seguros por los daños. En su lugar, el gobierno confiscó los pagos de las aseguradoras. A partir de este momento, los judíos fueron siendo excluidos sistemáticamente de la vida pública en Alemania. Por este motivo, la Kristallnacht se considera la antesala de la Solución Final promovida por Hitler para terminar con los judíos de Europa. La consecuencia fue la Shoá, el Holocausto, en el que murieron más de 6 millones de judíos durante la II Guerra Mundial. En Barcelona, el Ayuntamiento organiza el jueves 7 de noviembre un acto de memoria público en la Plaça Sant Jaume, frente al consistorio con la colaboración de las comunidades judías de la ciudad.

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Ni tan normales ni tan especiales, por Jorge Rozemblum

La manía por aparentar lo que no somos no es sólo un fenómeno individual, sino que actualmente puede aplicarse a las naciones y los intentos de mejorar o cambiar su imagen. Valgan de ejemplos, por una parte Israel, que intenta aparentar una imagen de absoluta normalidad en medio del caos en que vive; por otra España, que se proclama diferente cuando la realidad nos muestra un alto grado de similitud no sólo a lo que hacen los otros países de nuestro entorno, sino incluso a períodos históricos que creíamos superados.Decía un viejo profesor que las leyes, en su promulgación, son una confesión de un uso extendido y abusivo. Por ejemplo, el mandamiento de no matar surge por el abuso del asesinato. Lo mismo sucede con otras prohibiciones como el incesto, seguramente especificadas en tiempos históricos por lo extendido que estaba. De modo análogo, proclamar y publicitar la imagen de una nación no es más que un ejercicio por enmascarar lo que todos ven pero no es políticamente correcto decir en voz alta, como en el cuento del traje nuevo del emperador.Es lógico que Israel quiera presentarse como una más entre las naciones: lleva dos generaciones sufriendo la mirada de los modernos inquisidores que cuestionan una y otra vez su derecho a existir, herederos directos de aquellos que -como judíos- nos negaban el derecho a vivir, fuera donde fuera. Cuando uno está expuesto a un ruido constante, este acaba perdiendo su efecto perturbador y pasa a convertirse en “ruido de fondo”. El conflicto bélico y terrorista se convierte en una “música de las esferas” (en la explicación aristotélica) a la que uno se acostumbra tanto que no le impide disfrutar y percibir hasta el mínimo murmullo de los elementos cotidianos, como si viviésemos en un entorno tan habitual como el de cualquier otro país. “Israel is normal”.En España queremos creer que vivimos en un país especial. Así pretenden que pensemos los últimos gobernantes: unos ignorando la profundidad del precipicio en el que hemos caído, otros intentando convencernos que con solo mirar hacia arriba ya estamos saliendo del mismo. Que vivimos en un país que ha sabido aprender de sus tropiezos, pero que vuelve a toparse una y otra vez con los mismos escollos. Un país que cambia de camiseta, pero siempre juega contra la misma portería, sin cambiar de campo. Los ejemplos serían muchos y muy dolorosos, por ello, permítanme que me concentre sólo en uno muy personal: ¿en qué ha cambiado (en las acciones, no en las palabras) la diplomacia española en su relación hacia el conflicto árabe-israelí desde los tiempos del franquismo?; ¿hay algo diferente de la “tradicional amistad hispano-árabe” y la política de compensación (los varapalos a Israel van seguidos o precedidos de un gesto de apoyo a “nuestros“ sefardíes)? “Spain is different”.Aprendamos ya a vivir con lo que somos: ni tan normales ni tan especiales. Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

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