mayo 2014

actividades culturales, actualidad, agenda

Mesa redonda interreligiosa sobre la figura del papa Francisco en Barcelona

La Fundació Claret y el Grupo de Trabajo Estable de Religiones (GTER) de Catalunya convocan a la IV sesión del ciclo «El estilo de iglesia que promueve el papa Francisco» que llevará por título «Una iglesia dialogante con el judaísmo y las otras religiones y confesiones cristianas – Diálogo y amistad entre el Papa Francisco y el Gran Rabino de Buenos Aires: modelo de diálogo interreligioso» En la mesa redonda que tendrá lugar el jueves 15 de mayo a las 19h00 en la Sala Pere Casaldàliga de la LLibreria Claret (Roger de Llúrria 5, 08010 Barcelona) moderará Joan Hernàndez Serret, director del GTER e intervendrán: – Jorge Burdman, representante de los ámbitos de educación y diálogo interreligioso de la Comunidad Israelita de Barcelona– Jordi Giró, representante de la Iglesia Católica en el GTER– Mohammed Halhoul Debboun, secretario de la Federación Islàmica de Catalunya (FICAT)y portavoz del Consell Islàmic Cultural de Catalunya El evento está abierto al público en general.

actualidad, opinión

El negocio del no-estado, por Jorge Rozemblum

¿Alguien sabe cómo se propone un candidato al Premio Nobel de Economía? Creo firmemente que debería reconocerse con el máximo galardón a la dirigencia palestina, como inventora del nuevo paradigma del Negocio del No-Estado: o sea, cómo ganar dinero a espuertas y sin esfuerzo, a costa de no aceptar nunca la propia capacidad soberana.En los años de la ocupación militar árabe de los territorios que las Naciones Unidas habían destinado a un estado árabe (especificado así, ya que entonces, en 1947, la palabra “palestino” identificaba indistintamente a éstos y a los judíos que habitaban el Mandato Británico), pero que la Liga Árabe rechazó de plano iniciando una guerra que los israelíes llaman “de Independencia”, nadie hablaba de territorios ocupados, conquistados, ni siquiera en disputa, a pesar de que sus habitantes (y sus descendientes hasta ahora) nunca recibieron la ciudadanía de los países que los administraban: Egipto en Gaza, y Transjordania (que con la ocupación militar de Cisjordania pasó a llamarse Jordania).Abandonados a su suerte, como ciudadanos de segunda clase en los países de acogida, supieron descubrir sin embargo la rentabilidad de convertirse en iconos de la “maldad oculta” de los judíos. Esta tendencia empezó a consolidarse especialmente en la Europa de posguerra, ansiosa por desprenderse o al menos relativizar sus culpas como perpetradores, instigadores o cómplices (por omisión de socorro) durante el entonces muy reciente Holocausto nazi. Si los judíos (o los israelíes: la equivalencia semántica es muy sencilla) son capaces de condenar al destierro a los árabes, entonces son como los demás, y se convierten sin esfuerzo de víctimas en victimarios.A nivel económico, esta transformación se vehiculizó a través de la creación de una agencia de Naciones Unidas dedicada en exclusiva a los refugiados palestinos (UNRWA: de todo el resto de refugiados del mundo se encarga ACNUR), una condición hereditaria y que hoy día, más de 60 años después, ha pasado a través de cuatro generaciones. Desde entonces siguen viviendo en campos miserables, reciben una ayuda alimentaria mínima para sobrevivir y, en su inmensa mayoría, no trabajan. En 1967 la Guerra de los Seis Días termina con una nueva derrota humillante de los ejércitos árabes, y la población de los territorios antes conquistados por Egipto y Jordania queda bajo administración israelí.Años más tarde, tras la renuncia de algunos grupos terroristas (como Al Fatah, liderado por Arafat) a la vía de la violencia, se pone en marcha un proceso independentista con la creación de una Autoridad Palestina. Este organismo empieza a recibir las mayores ayudas económicas per cápita de la historia y del mundo, pero ello no se traduce en una mejora general de las infraestructuras y la calidad de vida de los palestinos, sino de las cuentas en bancos suizos de sus dirigentes. El negocio se completa creando un nuevo estrato social ocioso de cientos de miles de funcionarios sin trabajos reales, cómplices de la corrupción generalizada financiada por los gobiernos extranjeros, como el nuestro.¿Quién querría acabar con un sistema así? Mientras los dirigentes palestinos sigan controlando los recursos que desde hace dos generaciones llenan sus barrigas y cajas fuertes, ¿a quién le interesa que exista un estado palestino independiente? Sin duda mucho más a Israel que a los líderes palestinos, a quienes resulta más rentable el negocio de no tener un país propio, que ejercer el derecho a la autodeterminación.Shabat shalom Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad Para acceder al boletín de la programación completa de Radio Sefarad del 3 al 9 de mayo de 2014, pulse aquí

actualidad, opinión

Algo habremos hecho, por Jorge Rozemblum

Decía el escritor español Antonio Gala en su tradicional columna antisemita, refiriéndose a los judíos: “pogromos, guetos voluntarios o no, exterminios, persecuciones, expulsiones…¿No harían bien preguntándose el por qué les ocurre siempre igual? ¿O estará el resto del mundo equivocado?”. También los vecinos de los “desaparecidos” en la Argentina de la dictadura militar justificaban las ausencias con un “algo habrán hecho”. Algo muy similar al silencio y la ceguera de los alemanes de los años 30 con los judíos.Hoy, a las puertas del 66º aniversario del Estado de Israel, es hora de reconocer que “algo habremos hecho”. Por ejemplo, fundar el primer y único país verdaderamente democrático de la zona. O ser el estado con más premios Nóbel por población (exceptuando los países pequeños con un único premio) del mundo.Porque, más allá de las apabullantes estadísticas y cifras, y mal que les pese a muchos y a la percepción vendida a los medios de comunicación masiva, es el país que más vidas (la de los judíos) ha salvado, aunque esta sea una afirmación difícil de demostrar. Basta mirar el papel que “lo judío” está desempeñando en la “Guerra Tibia” de Ucrania para imaginarse lo que pudo haber sido la caída del Telón de Acero sin la existencia de una salida segura para los judíos allí enjaulados. ¿Y los de los países árabes? ¿Hubieran estado a salvo si no se hubiese declarado la independencia de Israel?La decisión de Ben-Gurion de impulsar la partición y posterior independencia de un estado judío en tiempos en que la judería europea era poco más que cenizas y ruina -y la población establecida en la Palestina bajo Mandato Británico no superaba el 5% de la población judía mundial- fue una osadía tal (jutzpá en hebreo, palabra que ha pasado al inglés americano) que, dos generaciones después, sigue generando escalofríos. Hace poco, el veterano presidente Shimon Peres suavizaba la aflicción de quienes le preguntaban sobre las actuales amenazas a la seguridad nacional recordándoles que en 1948, inmersos en la Guerra de la Independencia, debieron enfrentarse a los ejércitos profesionales de cinco países (más voluntarios de otros tres) casi sin armas, munición, ni soldados.Muchos de los que cayeron en aquellas batallas (que no sabían que sólo serían las primeras de una larga serie) ni siquiera llegaron a decir su nombre a sus compañeros de batallón, prestos como estaban a defender el último bastión de esperanza cuando descendían de los barcos que los habían rescatado de los campos (de exterminio y concentración primero, de desplazados después) de Europa. A ellos, y a tantos otros que dieron su vida después, recordamos cada año (en Yom haZikarón) antes de que estalle el júbilo y la fiesta. Porque es verdad: algo habremos hecho para merecernos el país que tenemos.Shabat shalom y Jag Atzmaut Sameaj! Jorge Rozemblumn es director de Radio SefaradPara acceder al boletín de la programación completa de Radio Sefarad del 26 de abril al 2 de mayo de 2014, pulse aquí

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