2013

actualidad, opinión

Pueblos contra el gobierno de los pueblos, por Jorge Rozemblum

¡Qué ganas tienen los pueblos de ir contra sus intereses! Eso es lo que debió pensar esta semana el pobre Obama, tan sólo unos días después de que su embajadora en Egipto apoyara la legitimidad del gobierno de Mohamed Morsi y los Hermanos Musulmanes, a los que ya había suministrado grandes sumas de ayuda monetaria y militar. Algo parecido a la cara que se le pondría cuando hace apenas dos semanas (¿se acuerdan?) el mundo sólo hablaba de la rebelión turca y el autoritarismo del amigo Erdogan.¿Qué le pasa a esos pueblos que se levantan contra los que han elegido democráticamente, algunos de ellos, por primera vez en su historia? ¿Hay alguna incompatibilidad intrínseca entre los pueblos y el gobierno de los pueblos, alias democracia? Sólo la aparente. Es decir, esto sucede cuando la democracia se limita a una pantomima de poner un papelito en la urna: allí tenemos los casos de Irán (país donde uno puede elegir sólo entre los que previamente seleccionó el Líder Supremo) o Venezuela (Dios los cría y ellos se juntan). O, en otro orden pero en definitiva también, aquellos que aprovechan las mayorías absolutas para hacerse con el control absoluto, incluido rescribir sus constituciones. O, por qué no, aquellos en los que una vez obtenido el poder no hace falta cumplir ninguna promesa electoral.¿Quiénes ganan en el río revuelto de la indignación? Los que pescan “al arrastre”, esquilmando los fondos de los derechos humanos para presentarse como salvadores y única vía de salida. Los apocalípticos, los que cierran el campo de visión de la sociedad para focalizarlo en chivos expiatorios, los que esgrimen como mejor baza su inadaptación a regímenes anteriores. Cuentan con el miedo como mejor credencial, con la soberbia como mejor arma de violación colectiva y son aliados del desconcierto.No es un problema exclusivo de Oriente Próximo, aunque son sus pueblos los protagonistas más destacados de estos meses. No todos, por supuesto. Ahí está, mal que le pese a muchos, la única democracia verdadera y garantista, aguantando en unas condiciones de guerra continua desde su nacimiento. Condiciones que hubieran tentado a otras formas de gobierno hasta al más pintado de los defensores de la soberanía popular.Y eso con las democracias: ¿pero qué hacemos entonces cuando se enfrentan dos bandos antidemocráticos de un mismo pueblo? Gentes masacrándose a sí mismas, con el objetivo de algún día poder masacrar a los demás (Yihad Islámica) o defender el derecho a seguir haciéndolo (desde la dictadura de Al Assad).Aquellos que hace escasos dos años acuñaron lo dela PrimaveraÁrabe seguramente ya están convencidos que no les caerá un Pullitzer por tan esperanzadora expresión. Tendrían que haber hecho como Obama y su Nobel dela Paz: cobrar por adelantado. Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad – Este texto es la editorial semanal correspondiente al viernes 5 de julio Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa del 1 al 7 de julio y a los enlaces de Radio Sefarad

actualidad, obituario

Mardrid- Homenaje a March Rich Z»L

Al cumplirse una semana del fallecimiento de Marc Rich, la sinagoga principal de la Comunidad Judía de Madrid, le rindió un sentido homenaje. Su  presidente, David Hachtwell resaltó su personalidad generosa y altruísta que tanto bien hizo a la CJM y al colegio judío Ibn Gabirol. Esta faceta de su personalidad también estuvo en las palabras que dedicó a los presentes el rabino de la comunidad, Rav Moshé Bendahan. El Presidente de la Federación, Isaac Querub, cerró el acto con unas palabras de agradecimiento y glosando la figura de Marc Rich, quien dijo, fue un ejemplo a seguir y uno de sus dos mentores. Su carácter tímido, emprendedor y generoso fue, en palabras de Isaac Querub, una de las claves de su éxito. Entre los presentes se encontraban personalidades del mundo empresarial, de la diplomacia, de la política, de la docencia y miembros de la Comunidad. Este miércoles 3 de julio, la Comunidad Judía de Marbella celebrará otro homenaje en memoria de Marc Rich. Radio Sefarad: Audio íntegro

actividades culturales, actualidad

La Federación de Comunidades Judías de España asesorará a la Red de Juderías

La Red de Juderías de España y la Federación de Comunidades Judías sellaron su colaboración con la firma de un convenio mediante el cual la Federación asesorará a las 24 ciudades que pertenecen al grupo en todo lo relacionado con la protección, recuperación y conservación del patrimonio judío. De hecho, la primera acción de este camino conjunto «está teniendo lugar» con el enterramiento, según la tradición judía, de los restos que aparecieron hace unos meses detrás de La Encarnación, el cementerio judío de Ávila. Una práctica histórica que incluye «la presencia de un rabino que entienda de la materia y que el momento del enterramiento se haga acompañado de una oración especial». Lo explicó el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Isaac Querub, quien firmó el convenio con el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto, en el Palacio de Los Verdugo. Fue el acto con el que se abrió oficialmente la Asamblea de la Red de Juderías de España, que se celebra este viernes y hoy sábado en Ávila en lo que será la despedida de la ciudad a la Presidencia que ha ostentado en este primer semestre del año. Radio Sefarad: Entrevista a Isaac Querub

actualidad, opinión

Universos paralelos, por Jorge Rozemblum

Son muchos los que están convencidos de que así como existe una universalidad de las leyes físicas que hace que se cumplan en cualquier sitio y bajo cualquier condición, las palabras significan lo mismo en distintos idiomas y latitudes, que existe un mundo platónico de significados común a toda la humanidad. Pero quizás no sea así.Quizás cuando en Egipto hay elecciones no triunfe la democracia. Quizás un territorio conquistado por un país, por ejemplo Jordania entre 1948 y 1967, no se considere en algunas lenguas “ocupado” militarmente y sí en caso de que Israel haya retirado su ejército y gobierno de él (como Gaza desde 2005). Puede que dos mil palestinos muertos en Siria no merezcan ser denunciados como masacre, y sí cuando unos cientos son detenidos con garantías procesales por participar o planificar atentados terroristas indiscriminados.Pareciera que las “leyes universales” sirven para todo el universo, menos para los israelíes. Y con muy poquita imaginación, tampoco se aplicarían a los judíos. La lógica nos lleva a deducir que estos dos grupos, prácticamente solapados, viven en un universo paralelo, sometidos a leyes especiales, ajenas a la condición humana general. Eso explicaría tantas cosas: por qué han seguido siendo considerados extranjeros siglos después de afincarse en otras tierras (¿les suena Sefarad?), por qué nadie les entiende, por qué no se mezclen con los demás o justamente lo hacen para contaminarlos con su “alienidad” (una palabra tan fea como “otrosidad”). O como diría (y escribe) Antonio Gala, “algo habrán hecho” (para merecer, entre otras lindeces, el Holocausto). No es antisemitismo, podrían decirnos, es una guerra contra alienígenas.Viene esto a cuento de la actualidad. Esta semana las fuerzas policiales españolas detenían a una serie de sospechosos de reclutar terroristas yihadistas dispuestos a morir matando indiscriminadamente, en Siria, Irak o “donde se necesite”. Entre ellos, el más importante es un terrorista juzgado, condenado y encarcelado en 2006 por planificar una masacre en los transbordadores marítimos de la península a Ceuta. Sin embargo, en 2012la Audiencia Nacionallo liberó porque los atentados no se habían planificado contra objetivos “concretos”. Es decir, como no se encontraron evidencias de a qué persona iban a asesinar, no pueden ser considerados terroristas. Por favor, la próxima vez informen a los jueces con antelación -mediante burofax- la lista de personas a eliminar con sus correspondientes DNIs.La pregunta es muy sencilla: ¿estamos todos locos? ¿Qué es peor: la irresponsabilidad de los jueces dela Audienciapor poner en peligro a los ciudadanos liberando a estos asesinos potenciales y vocacionales, o la de los gobiernos que delimitan tanto sus acciones (temerosos de posibles consecuencias electoralistas)? De cara a las futuras víctimas, ¿qué más da? Mientras, seguimos con nuestra labor cotidiana, con la esperanza de que la desgracia no nos alcance. Pura cuestión de suerte.Seguiremos habitando el universo occidental donde las leyes sirven para proteger más al culpable que al inocente, propiciando la corrupción con su lenguaje formal y castigando a la víctima antes que al victimario. Y mientras lo hacemos, los que hablan otro lenguaje (el del terror, el del autoritarismo, de la violencia de género, incomprensible en nuestro universo) sufrirán por los ataques de risa que les da a los pobres cuando sus abogados les comunican las resoluciones de nuestra justicia.Shabat shalom Jorge Rozemblum es directorde Radio SefaradPulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

actualidad, opinión

Hombres necios que acusáis, por Jorge Rozemblum

Una universidad de los “territorios en disputa” (llamémosles así para evitarnos algunas horas de discusión) ha publicado un informe que confirma la deriva hacia la izquierda de la sociedad israelí. Sí, habéis leído bien: cada vez son más los israelíes (y ya son mayoría) que preferirían una “solución de dos estados”, es decir, la creación de un nuevo estado palestino independiente al lado del estado judío de Israel.¿Han visto la luz? ¿Por fin les han convencido las razones y crónicas de los corresponsales de la prensa española en la zona? ¿Netanyahu ha perdido su carisma? Nada de eso. Sorprendentemente (para algunos empeñados en su demonización), más de la mitad del país no quisiera convertirse en lo que los demás pregonan que es: un “apartheid”, un estado con una minoría árabe-palestina que amenace su propia identidad o que haga que alguno se plantee discriminaciones internas a fin de evitar el objetivo para el que fue ideado (sionismo) , legalmente adjudicado (Declaración Balfour de 1918) e internacionalmente aceptado (Partición de 1947 e incorporación a Naciones Unidas en 1948). Tal como se señala en todos los documentos de la idea, legalidad y aceptación, estas tierras están destinadas a servir de hogar al pueblo judío. Y al menos las dos primeras etapas tuvieron lugar antes del Holocausto, no a consecuencia del mismo como a algunos les gusta apostillar errónea y malintencionadamente.Ello me recuerda un famoso poema de una de las más grandes poetisas hispanas de todos los tiempos, nacida en lo que siglos después sería México, Sor Juana Inés de la Cruz (de quien algunos apuntan incluso posibles raíces judías): “Hombres necios que acusáis”, cuya defensa de la dignidad femenina bien podría extrapolarse a otro tipo de discriminaciones. Acusan a los israelíes de lo que muchos pretenden evitar que llegue a suceder, como si fuera una realidad actual, sin señalar a los que llevan a cabo dicha mala práctica justamente desde la creación del estado de Israel: los países que acogieron a los refugiados palestinos que abandonaron sus casas a instancias de los ejércitos árabes invasores y que hoy día, 65 años después, siguen sin otorgarles derechos ciudadanos básicos (ni a sus hijos y nietos).Déjenme que “peque” de la tradicional afición argentina al psicoanálisis para traerles la definición de lo que, en esa disciplina, se entiende por proyección, “un mecanismo de defensa que opera en situaciones de conflicto emocional o amenaza de origen interno o externo, atribuyendo a otras personas u objetos los sentimientos, impulsos o pensamientos propios que resultan inaceptables para el sujeto”. Hagan una lista de las acusaciones contra Israel (valen también contra los judíos) y verán cuán frecuentemente se usa este mecanismo. Tachan de racista a Israel por no admitir el retorno de los refugiados cuando, según ellos mismos han declarado, ni la Autoridad Palestina ni por supuesto Hamás admitirán que vivan en su futuro estado ni un sólo judío (muchos colonos de esta fe estarían dispuestos a quedarse donde están, no importa bajo qué bandera). Nos roban nuestra historia y nuestros símbolos, hablando de su propio genocidio y holocausto, y hasta pretenden convencer al mundo de que Jesús era palestino, habiendo muerto casi cien años antes que un emperador romano, harto de la obcecación de los habitantes de Judea por conservar su fe, los castigase inventándose el nombre de Palestina, y cinco siglos antes que los árabes salieran a conquistar el mundo y a expandir su recién nacida fe. Como diría la mencionada poetisa del siglo XVII, “acusáis sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis”. Jorge Rozemblum es director Radio SefaradPulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad

actualidad, opinión

Nos, los conspiradores, por Jorge Rozemblum

¡Hermanos judíos!: ha llegado la hora de confesar nuestras verdaderas intenciones. Los gentiles (no judíos) han intuido durante siglos nuestra conspiración, pero han ido muy desencaminados. Que si deicidio, que si crímenes rituales, que si planes para adueñarnos del mundo… Cuántas páginas vanas de las mejores mentes del antisemitismo se han desperdiciado: “Los Protocolos de los Sabios de Sión”, “Mi lucha”, “El Plan Andinia”, etc. Y lo más gracioso es que siempre han tenido las evidencias delante de los ojos y no han sabido verlas. En el libro más vendido y traducido de la historia.Nuestros detractores nos acusaron de las pestes, de las derrotas militares, de las hambrunas y crisis económicas, de las revoluciones: minucias y distracciones de nuestro verdadero plan. Es hora de confesarlo. Nos hemos confabulado para llevar la palabra de un único ser divino a toda la humanidad y ya lo hemos conseguido en Occidente: de nuestro seno surgieron las otras religiones monoteístas como el cristianismo y el islam. Y también (es hora de contarlo), a pesar de dificultar la lectura de nuestro Talmúd escribiéndolo en una antigua lengua extinta (lo que ha llevado a nuestros perseguidores a imaginarse vaya uno a saber qué planes y mensajes malignos ocultos en sus hojas), allí dejamos constancia de nuestra misión. Nos habéis pillado: se llama “tikún olám” y consiste en intentar que el mundo sea un sitio cada vez mejor.Esta claro que ambos objetivos no se han logrado plenamente: incluso entre las sociedades monoteístas hay retrocesos en forma de nuevos ídolos e ideologías paganas (fascismo, comunismo, populismo) y violencias justificadas (racismo, fundamentalismo, terrorismo). Y aunque el “tikún olám” parezca un completo fracaso cuando uno lee la prensa, la verdad es que estamos mucho mejor que hace dos mil años, que hace mil, quinientos, cien e incluso hay menos guerras y violencia organizada hoy que hace dos décadas. Haced memoria y sed justos.Por supuesto, el mérito no es nuestro, sino del Jefe, que en algún capítulo de la Torá se alió con este pueblo para no tener que volver a inundar la Tierra y recomenzar de cero. El plan es fantástico y sigue vigente cuatro mil años después. Como en todo “emprendimiento” (como se dice ahora), la “asignación de responsabilidades” despierta recelos: es lo que comúnmente se llama antisemitismo o judeofobia, y que seguramente estaría contemplado en el apartado de “efectos colaterales”. Pero, echando la vista atrás, y a pesar del dolor por lo sufrido y por lo que nos queda todavía por vivir, vemos cómo los “objetivos” se han ido cumpliendo y somos los únicos supervivientes de aquellos tiempos (¿dónde están los babilonios, persas, antiguos egipcios, griegos y romanos?) que han logrado conservar su identidad. Es lo bueno de tener clara cuál es la “misión” en este mundo.De modo que ahorraros tanta tinta vana, el odio caprichoso y las envidias injustificadas, y empezad a ver la confabulación real que se evidencia ante vuestros ojos, no las fantasías de la arrogancia y el desprecio. Como se suele decir en España: si esto no es una conspiración, que baje Dios y lo vea. Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad.Pulse aquí para acceder a la programación semanal completa y a los enlaces de Radio Sefarad 

actividades culturales

Más de 50 sefardíes de todo el mundo participaron en la II Cumbre Erensya

Centro Sefarad-Israel impulsó entre 3 y 7 de junio la II Cumbre Erensya, que se desarrolló en Estambul y Esmirna. Ambas ciudades albergan sendas comunidades sefardíes que durante generaciones han guardado las señas de identidad que les vinculan con su raíz hispana. Durante cinco días de desarrolló un nutrido programa de actividades culturales e institucionales, así como diversas sesiones de trabajo con el objeto de fortalecer el vínculo entre España y las comunidades sefardíes y de éstas entre sí. Comunicación y Nuevas Tecnologías, Memoria e identidad, Tradición y Cultura, Educación y Juventud, fueron los campos sobre los que se debatieron diversas iniciativas a desarrollar. El encuentro con las comunidades locales, la convivencia entre sefardíes de diversas ramas diaspóricas, y la visita a lugares –museos, sinagogas-  histórica y culturalmente ligados a la huella sefardí fueron constantes de una experiencia memorable. Buenos Aires, Caracas, México, Río de Janeiro, Sarajevo, Belgrado, Sofía, Salónica, fueron algunas de las comunidades que estuvieron representadas. Asimismo la Red de Juderías acudió a la cita en Turquía con una representación de alcaldes y concejales de diversos ayuntamientos españoles cuya historia y patrimonio arquitectónico se liga a la tradición judía. Radio Sefarad: e-sefarad: Erensya (IV) y Gran Bretaña Radio Sefarad: Desde la Primavera Turca, con Carolina Aisen Radio Sefarad: e-sefarad: Cobertura en vivo de Erenysa Cultura Ávila: García Nieto a la cabeza de la delegación de la Red de Juderías en la Misión Erensya 2013

actualidad, opinión

Mis mejores amigos son antisemitas, por Jorge Rozemblum

La realidad es muy cruel y se empeña en destrozarnos las ficciones en las que nos gusta instalarnos. Por ejemplo, cuando uno descubre que un amigo de toda la vida o casi, que se tiene por un combatiente del antisemitismo, te suelta no una crítica a las acciones de Israel (siempre válidas), sino el clásico discurso de la artificialidad del estado de Israel, su ilegalidad y su perversa naturaleza como estado de los judíos. Y ahí te quedas, con cara de tonto, viendo cómo aquél que proclama a los cuatro vientos las bondades y maravillas de la cultura hebrea, tu compañero de músicas klezmer y sefardíes, de la belleza del judeoespañol y crítico implacable de la expulsión de los judíos de España en 1492, en realidad está convencido de que todo el mundo tiene derecho a su propio país menos tú (nosotros, los judíos). O que aceptaría que existiese un país llamado Israel, pero no que sea judío, ni que los judíos del mundo tengan derecho a ser ciudadanos del mismo ya que no han nacido allí. Y que eso es lo que propicia el antisemitismo. Como quien dice, un odio que empezó hace 65 años.Y da igual que le cuentes la historia, que le recuerdes que fueron las propias Naciones Unidas (mucho antes que aceptaran a España en su seno) las que determinaron la creación de un “estado judío” junto a un “estado árabe” (por entonces nadie usaba la palabra “palestino”, que se refería únicamente a la ocupación extranjera por el Reino Unido), ni que le rebatas una por una las falacias y mentiras de los que huyeron instigados por los ejércitos árabes que querían arrasar a los judíos en 1948 y los compares con los que se quedaron y conforman casi un quinto de la población del país (1,4 millones de árabes israelíes) con todos sus derechos democráticos y algún que otro deber a los que no están obligados (como servir en el ejército). Nada vale ante la cita de cualquier difamador (mejor si es israelí), ante la propaganda de los otros. Y eso que a quien conoce personalmente es a ti y no al otro. Tu palabra no vale como la de los demás, pero no te atrevas a insinuarle que su postura es discriminatoria y que tiene un nombre. Eso se consideraría un insulto.Y de repente te encuentras en el mismo punto que hace 68 años, cuando se acaba la guerra y los pocos supervivientes judíos del mayor de los horrores vuelven a sus propios hogares europeos y no sólo encuentran que ya no existen o son otros quienes los ocupan, sino que sus compatriotas (de las naciones que perdieron o ganaron la contienda, de las que fueron sometidas, de las que quedaron a uno u otro lado del Telón de Acero del comunismo: da igual) los miran con desconfianza porque son los incómodos testigos de su propia bajeza e inacción ante la injusticia con el vecino, como aquel luchador contra el antisemitismo al que se le cae de la mano su baraja de prejuicios y estigmas y su careta de empatía. La víctima es el culpable, el que provoca la violencia por pretender no serlo. Entre los judíos hay una frase que nos eriza la piel y nos pone en estado de máxima alerta: “mis mejores amigos son judíos”. Desconozco por qué los mayores judeófobos en todas las latitudes se ven impulsados a pronunciar esa declaración. Seguramente tranquiliza sus conciencias decir en voz alta esta frase, que es como afirmar: mi odio no es gratuito, sé de lo que hablo, los propios judíos se han sincerado y me han confesado todos esos pecados de los que venimos acusándoles a lo largo de la historia: deicidios, crímenes rituales, conspiraciones y un larguísimo etcétera (dos mil años dan para mucho). Por eso, en esta ocasión, y con toda la ironía y el sarcasmo de las paradojas, pido sus disculpas por titular así esta columna: “mis mejores amigos son antisemitas”. Y es que a algunos acabo de descubrirlos (mejor, acaban de mostrarse). Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad; en el siguienteenlace la programación semanal del 1 al 7 de junio

actividades culturales, curso

«The Early Modern Period in Jewish History» curso de postgrado en el CSIC

El curso «The Early Modern Period in Jewish History» que ha tenido lugar durante abril y mayo intentaba definir y describir una era distintiva en la historia cultural y social de los judíos que abarca, aproximadamente, desde 1500 a 1800. El período moderno temprano representa para los judíos más que una etapa de transición desde la Edad Media a la Modernidad, por lo que debe ser estudiada como un estadio crítico en la formación de la civilización judía moderna. El curso se centró en el análisis de cinco aspectos relevantes que caracterizan el período: incremento de la movilidad de las comunidades y de los individuos judíos; cohesión comunitaria y procesos de «laicización»; explosión del conocimiento impulsado por la expansión de la imprenta y el desarrollo de las universidades; crisis de autoridad precipitada por un mesianismo radical; y finalmente, el desdibujamiento de los límites religiosos, sociales y culturales, en especial, entre judíos y cristianos. Este curso ha sido impartido por David B. Ruderman que es Joseph Meyerhoff Professor of Modern Jewish History en la Universidad de Pennsylvania, y director del Herbert D. Katz Center for Advanced Judaic Studies de Filadelfia. Entre sus obras destacan: Early Modern Jewry: A New Cultural History (Princeton, 2010), y Jewish Thought and Scientific Discovery in Early Modern Europe (New Haven and London, 1995). Ver entrevista al profesor David R. Ruderman para Jewish News One

actividades culturales, actualidad

“Sí, eso existe”. Los sefardíes en el corazón de Europa, por Pilar Romeu

Tras la reciente aparición del último título de la colección  M. Studemund-Halévy, C. Liebl, I. Vučina (eds.). Sefarad an der Donau. Lengua y literatura de los sefardíes en tierras de los Habsburgo (Barcelona: Tirocinio, 2013), he debido responder frecuentemente a la pregunta de rigor: “¡Anda! ¿Pero eso existe? ¿Había sefardíes en el corazón de Europa?”.Negar o dudar de la existencia de aquello que se desconoce (y que tampoco se ha tratado de averiguar) resulta banal, pero alarmante. No menos alarmante que la infinidad de tópicos que siguen poblando las mentes de muchos ciudadanos españoles (desinformados en la época de la información) respecto a los judíos y, especialmente, a los judíos de origen hispano. Pero no sólo. La desinformación afecta también a muchos sefardíes, que desconocen la existencia de la peculiar rama vienesa y centroeuropea del judaísmo sefardí que la barbarie nazi se llevó por delante.El origen de esa comunidad podría esbozarse como sigue. A partir del siglo XVIII fueron llegando a la capital del Imperio austro-húngaro, hombres de negocios turcos de origen portugués y español a los que el tratado de Karlowitz (1669) entre Austria y el Imperio otomano había garantizado ciertos derechos de estancia y residencia. De inmediato surgió la necesidad de organizarse para rezar. Moshe Lopes Pereira (alias Diego de Aguilar) prestó su propia casa a tal efecto; por ello es considerado el fundador de la comunidad sefardí vienesa. Después llegaron los Camondo, Nissan, Echkenazy, Arouetti, Mayo… Aunque podían optar por la nacionalidad austríaca, muchos de ellos siguieron siendo turcos. El primer gran templo llegó en 1881 de la mano de Marcus R. Russo, inaugurando la época más gloriosa del sefardísmo vienés, que no se limitó a existir sino que dejó trazas indelebles.En palabras de Studemund-Halévy (pág. 437): “Viena como lugar de preferencia para la impresión de ediciones sefardíes, se remonta a la tendencia josefínica de promocionar la imprenta de producción local propia, tanto como a la prohibición de importación de obras de imprenta hebraicas a las tierras de los Habsburgo promulgada en el año 1802. Dicho decreto de prohibición de ‘libros judíos y hebraicos para religión y enseñanza impresos en el extranjero’, encumbraría a Viena a una posición de monopolio. Las imprentas vienesas, particularmente la de Anton (von) Schmid, a quien pronto le seguirían otros, abastecerían en corto tiempo esas tierras y sus aledañas en el extranjero, particularmente en el Este, con libros hebreos y judíos” y, por supuesto, también en judeoespañol.Cerca de 250 impresos se han conservado hasta nuestros días, clasificados en diez grupos: (1) biblias; (2) libros de oraciones [arba ta’aniyot, mahzorim, sidurim, selihot]); (3) hagadot; (4) musar; (5) libros históricos; (6) gramáticas y manuales; (7) antologías literarias e históricas; (8) novelas; (9) teatro y (10) poesías (komplas). El análisis de este repertorio puede arrojar mucha luz sobre las preferencias de lectura entonces vigentes en las tierras de los Habsburgo.Al mismo tiempo, funcionaban asociaciones culturales de diversa orientación que acogían en su seno jóvenes sefardíes que se habían desplazado hasta Viena para graduarse en la Universidad, preferentemente como médicos y abogados, y que una vez regresados a su lugar de origen inculcaban a sus correligionarios las nuevas ideas. Una de ellas fue La Esperanza, de tendencia sionista. Según Vučina (pág. 358): “Los esperancistas, como nueva élite intelectual de sus comunidades de origen, influyeron fuertemente en la difusión de las ideas de la Esperanza de Viena y en la creación de una nueva y compleja identidad, tanto étnica como lingüística, de los sefardíes de Sarajevo de la primera mitad del siglo XX”.Para intentar ahondar en esta fascinante historia, en junio de 2011 se reunió en Viena un grupo de especialistas en Lengua y Literatura sefardíes para discutir el lugar y la importancia de Viena en las redes sociales e intelectuales entre los sefardíes de Oriente y de Occidente.En este primer encuentro se trataron asuntos como: la lengua sefardí y su evolución en Viena, las actitudes de los sefardíes ante su propia lengua, las influencias del alemán y de las lenguas balcánicas sobre el judeoespañol, la lengua sefardí en la prensa judeoespañola aljamiada y en letras latinas, la occidentalización de la vida y la modernización de la lengua y cultura de los sefardíes vieneses en los siglos XIX y XX, la modernización de la lengua sefardí y la aportación de la filología románica para los estudios sefardíes, la producción literaria (novela, teatro, poesía) en lengua sefardí en Viena, o el lugar de Viena como punto de referencia para la modernización de las comunidades sefardíes en los países balcánicos.Así se formó un equipo internacional de lingüistas y filólogos cuyas aportaciones en español, judeoespañol, inglés, francés y alemán se reúnen en este volumen, un volumen que retrata fiel y puntualmente la sociedad sefardí en el corazón de la Europa de los últimos siglos y que abre un enorme abanico de posibilidades para adentrarse en su estudio. Su distribución en cinco secciones refleja su carácter multi e interdisciplinar: I. La evolución histórica de la prensa sefardí en tierras de los Habsburgo (A. Ayala, S. von Schmädel, D. M. Bunis, M. Cimeli, P. Días-Mas, C. Martínez Gálvez, M. Studemund-Halévy); II. Los sefardíes en la literatura (A. García Moreno, m. C. Varol, M. Studemund-Halévy, G. Collin); III. Los sefardíes balcánicos en el umbral del Occidente (E. Papo, P. Romeu, K. Vidaković, I. Vučina, T. Alexander); IV. La documentación y la digitalización del corpus judeoespañol (C. Liebl, P. Mavrogiannis, M. Studemund-Halévy, S. Fischer, S. Rouissi, A. Stulić-Etchevers); y V. Esbozo de los impresos sefardíes de Viena (M. Studemund-Halévy).A mi modo de ver, este libro constituye el inicio de un camino –corto o largo, quién sabe, pero que habrá que recorrer–, que deberá llevarnos a la larga a un mejor conocimiento de este mundo sefardí centroeuropeo que a orillas del Danubio hablaba judeoespañol enorgullecido de sus orígenes.Como guinda añadiré que gracias a este libro, por lo menos una persona sefardí ha podido explicar su origen y eso mismo me manifestó por correo electrónico hace unos días: “Ahora entiendo cómo por parte de mi

Scroll al inicio