abril 2010

artículo, opinión

El Presidente de la Federación de Comunidades de España responde en El País

En un artículo publicado hoy en el diario El País, que se reproduce a continuación, Jacobo Israel Garzón responde a un artículo de Salvador Pániker publicado el miércoles pasado. Israel, una necesidad histórica JACOBO ISRAEL GARZÓN 27/04/2010 El pueblo judío fue dispersado de su tierra hace 2.000 años, tras la destrucción del Templo y la derrota de la rebelión de Bar Kojba. A partir de allí, centenares de miles de judíos fueron esclavizados y obligados a abandonar sus tierras. Los judíos pudieron haberse asimilado en las sociedades a las que los llevaron y haber seguido el curso de la historia de tantos pueblos de la antigüedad que han dejado de existir, pero no fue así por motivos internos y externos. Este Estado tiene un fundamento jurídico e histórico: recuperar la dignidad y la vida de su pueblo En primer lugar, porque el sentimiento religioso, la idea de la observancia de la ley divina, era primordial en una población cuyo fundamento espiritual era religioso y ético, a diferencia de la mayoría de las sociedades de aquel tiempo, para las que los fundamentos artísticos o filosóficos constituían el sustento de su modo de ser. En segundo lugar, porque una de las sectas judías, los seguidores de Jesús, se fue separando de un judaísmo cuya mayoría estaba esclavizada y que no disponía de fuerza política alguna para constituir una religión que nada tuviera que ver con su propio origen (esta negación ha sido demasiado evidente hasta hace bien poco). Además, esta religión de origen judío, el cristianismo, propició la exclusión político-religiosa del pueblo judío. A partir de ahí, y hasta el siglo XIX, los judíos no llegaron a ser ciudadanos en condiciones de igualdad en el mundo occidental, ni en el cristiano ni en el islámico, donde se aplicaron las condiciones del pacto de Omar, que sólo permitía su existencia en condiciones de inferioridad jurídica y civil. Tras la Ilustración del siglo XVIII, algo pudo cambiar en nuestras sociedades. En 1799, Napoleón exhortó a los judíos a conservar la tierra de Israel a pesar de todos los adversarios. Pero fue el movimiento nacionalista que surgió en toda Europa el que generaría el nacimiento del sionismo, bajo el principio de que cada pueblo había de tomar su destino entre las propias manos, que también se aplicaba a los judíos. Y su desarrollo, más que todo, tuvo que ver con el movimiento anti-judío que fue tomando impulso desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la II Guerra Mundial. Los judíos hicieron un gran esfuerzo a lo largo de todo el siglo XIX y la primera parte del siglo XX para integrarse en las sociedades, conservando, eso sí, su esencia religiosa y ética. Abandonaron sus idiomas vernáculos para utilizar los de las sociedades nacionales; a través del movimiento reformista imitaron parte de la liturgia protestante; enviaron a sus hijos a los liceos, gymnasiums y universidades, despreciando las escuelas judías, etcétera. La integración de los judíos dio muchos ilustres hombres a Europa y al mundo occidental, que recientemente recogía en un artículo en EL PAÍS Salvador Pániker, quien escribía: «Algunos amamos tanto a los judíos que preferiríamos tenerlos entre nosotros, diseminados, diluidos, enriquecedores, fértiles, en vez de tenerlos aislados en un Estado nación artificial que sólo ha generado desgracias desde su nacimiento». Afirmación que considero doblemente obscena. Obsceno es tanto amor por vernos diluidos, pero sobre todo debe ser ese algunos algo escaso, cuando tan pocos movieron un solo dedo para impedir que las familias de tantos ilustres hombres que poblaban la diáspora europea intelectual fueran conducidas al matadero. Amor que recuerda el que a los judíos tenían los nazis, que pretendían verlos diluidos en la tierra y en el aire, ceniza y humo. Pero es que una afirmación así no cabe sin obscenidad desde una Europa que apenas alberga un 20% de los judíos que vivían en el continente a comienzos del siglo XX, tras un siglo entero de emigración forzosa, exclusión y muerte. Que no se preocupe Salvador Pániker, los judíos de Israel no están aislados. Viven en una sociedad libre y democrática y aportan su saber académico y técnico a todo el mundo. Han generado una sociedad en la que ser judío no es una lacra, un demérito o un estigma que hay que salvar durante toda la vida. Han generado una sociedad vibrante, amante de la música y de la cultura, creativa en la medicina, en la investigación, en las nuevas tecnologías. Y permanecen abiertos al mundo y fieles a los principios éticos que siempre han regido al judaísmo. Efectivamente, falta la paz entre Israel y los palestinos, que no es poco. Pero la paz, como el baile de pareja, es cosa de dos. Los que amamos la paz, deseamos que se consiga y que sirva para preservar la dignidad de los pueblos israelí y palestino. Paz que ha de definirse entre ambos, probablemente fuera de los focos de los medios de comunicación y de la intervención pública. Pero la falta de paz no puede servir para considerar un error, ni un Estado artificial, al Estado de Israel. Antes al contrario, es uno de los pocos Estados que tiene un fundamento jurídico e histórico esencial: recuperar la dignidad y la vida para un pueblo encaminado por los otros a la muerte. Para un pueblo que es, junto con Grecia, piedra miliar del pensamiento occidental y de su amplitud de horizontes. Jacobo Israel Garzón es presidente de la Federación de Comunidades Judías de España.

antisemitismo, noticias

2009, el año más antisemita en dos décadas

A continuación reproducimos una noticia de EFE con fecha 11 de abril que desgraciadamente llama nuestra atención. La Federación de Comunidades Judías de España junto con el Movimiento contra la Intolerancia pusieron en marcha el año pasado el Observatorio de Antisemitismo un portal de denuncia con información actualizada sobre los actos antisemitas que puedan tener lugar en España. Animamos a todos los internautas a visitarlo y a hacer uso del mismo en caso pertinente. El Instituto para el Estudio del Antisemitismo de la Universidad de Tel Aviv aseguró hoy que 2009 fue el año más antisemita de las dos ultimas décadas, debido a la ofensiva militar israelí contra Gaza de enero de ese año. El informe anual del centro Stephen Roth para el Estudio del Antisemitismo y Racismo Contemporáneo afirma que el pasado año se vivió «una embestida desproporcionada y planificada de activistas radicales de la izquierda y de comunidades inmigrantes musulmanas contra los judíos y contra Israel como Estado judío, que utilizaron el antisemitismo y Holocausto como herramientas políticas». El centro asegura que el 2009 ha sido el peor año en cuanto al aumento de sucesos antisemitas de las últimas dos décadas, debido a «la atmósfera hostil generada en el mundo por las manifestaciones y expresiones visuales y verbales contra Israel y los judíos». En 2009, los incidentes violentos registrados por el instituto y atribuidos a causas antisemitas ascendieron a 1.129, más del doble de la cifra registrada por el centro el año anterior (559), siendo los países con más casos Reino Unido, Francia y Canadá. El informe califica de «ola de manifestaciones antisemitas» las protestas que tuvieron lugar en multitud de países contra la ofensiva militar israelí en la franja de Gaza «Plomo Fundido», que causó la muerte a más de 1.400 palestinos, en su mayoría civiles. Durante los bombardeos israelíes a Gaza fue cuando se registró el mayor número de incidentes, según el informe, que atribuye a una mayor protección el descenso a casi la mitad de los «casos contra sinagogas, escuelas y centros comunitarios judíos». También asegura que los casos más violentos, especialmente en Europa Occidental, fueron llevados a cabo «por individuos de origen musulmán o árabe». El estudio atribuye el aumento de incidentes antisemitas en 2009 por un lado a «la rampante ignorancia de los hechos históricos y políticos por parte de la juventud contemporánea, para mucha de la cual Israel, el sionismo y los judíos representan un insidioso símbolo del mal». Por otro, señala como causa «la abundancia de propaganda musulmana, bien financiada por el dinero procedente del petróleo, que explota esta atmósfera anti-judía» y afirma que «las agencias de seguridad se abstienen de controlar» estos hechos por «corrección política y respeto a la libertad de expresión». El Instituto para el Estudio del Antisemitismo de la Universidad de Tel Aviv publica su informe anual en coincidencia con la jornada del recuerdo del Holocausto, que se conmemora hoy en Israel.

efemérides, Shoá

Yom HaShoá veHaGevurá 5770

El próximo domingo 11 de abril al anochecer todas las comunidades judías en el mundo conmemoran el Dia del Recuerdo de la Shoá y el Heroismo, que corresponde al 27 de Nisán del calendario hebreo. Se trata de una fecha triste pero necesaria, recordar el horror para que no se repita. Reproducimos a continuación un artículo de Dalia Levinsohn, Secretaria General de la Federación de Comunidades de España con motivo de su participación el pasado 27 de enero en el acto de memoria en el 65 Aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz. Permítanme que divida el presente relato en dos partes. Empezaré por los hechos tal como sucedieron y fácilmente constatables. El European Jewish Congress (EJC) organizó un viaje para todas las federaciones de comunidades judías europeas a fin de participar en los actos conmemorativos del 65º Aniversario de la liberación de Auschwitz, que tuvo lugar el pasado miércoles 27 de enero en el que fuera campo de exterminio de los nazis, Birkenau, situado a unos tres kilómetros de distancia del campo de Auschwitz. Asistieron varias delegaciones de asociaciones europeas interesadas en estudiar el Holocausto, parlamentarios europeos, ministros y directores generales de educación y enseñanza, de conservación de patrimonio cultural, representantes consulares de los países aliados, altos representantes de las confesiones cristianas y judías, representantes de la comunidad romaní de Polonia y varios supervivientes de distintos países de Europa. El acto se inició con el conmovedor testimonio de tres supervivientes que fueron liberados aquel lejano día del 27 de enero de 1945 por las tropas soviéticas. Acto seguido intervinieron el ler Primer Ministro de Polonia, el Presidente del Parlamento Europeo, el Primer Ministro de Israel, Benyamin Netanyahu, el Ministro de Educación de Rusia, el Ministro de Educación de Polonia, y el director Conservador del Museo Auschwitz-Birkenau.Resumiendo los discursos, cabe decir que ante todo, se rindió tributo a los supervivientes presentes y a través de ellos a todos los supervivientes que hacen una labor impagable mediante la narración de los trágicos sucesos que tuvieron que enfrentar, por cuanto ellos son la memoria viva de la más horrible de las barbaries cometidas contra la humanidad. Y en consecuencia se hizo alusión a la obligación de recordar, jamás olvidar, enseñar y educar a las futuras generaciones que deberán recoger el testigo cuando ya no quede mas memoria viva. Destaco la intervención del Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, quién recordó con profunda emoción que el pueblo judío ha sobrevivido al horror del Holocausto y que Israel, el Estado de los judíos, se defenderá de cuantos ataques y amenazas está recibiendo de forma pública y notoria para todo el mundo. El mundo que calló entonces y que calla ahora, cuando Israel recibe amenazas de destruirlo totalmente. Tras los parlamentos se procedió a condecorar a tres de los mayores museos e instituciones que han contribuido con especial mérito a recordar y conmemorar a las victimas del Holocausto y los campos de concentración. Recibió la Cruz de la Orden de Polonia el director del Museo Auschwitz-Birkenau, Sr. Piotr Cywinski y la Cruz de la orden del Mérito de la Republica de Polonia, los representantes de Yad Vashem, el Sr. Avner Shalev y la Sra. Sara Bloomfeld. A continuación los participantes, que estábamos sentados dentro de una inmensa carpa con cabida para mas de dos mil personas fuimos invitados a dirigirnos al lugar donde se halla el Monumento a las Victimas, donde se procedió al encendido de velas recordatorias, al solemne recitado de Kaddish y el Maleh Rajamim, el Eterno Responso y la lectura de salmo cuarenta y dos. El frío era intenso dentro de la carpa. Allí estuvimos sentados unas dos horas. Fuera –19º. Frío. Mucho frío. Tengo clavado el frío desde que llegamos el día anterior al Aeropuerto de Cracovia. Me costó hacerme a la idea de que iba a pisar tierra polaca. La tierra que los bisabuelos de mis nietos y mi familia tuvieron que dejar a mediados y finales de los años 20 del pasado siglo como consecuencia de los progroms contra los judíos. Frío, mucho frío. El autobús nos lleva de Cracovia a Oswiecim, nombre polaco de Auschwitz. Sesenta kilómetros de pueblecitos nevados, campos nevados, todo blanco. Todo impoluto. Las calles limpias. Seguro que no son las mismas que las de 1945. Pero los campos sí. No puedo evitarlo: ¿Como se hace para escapar de aquí cuando los árboles en invierno están sin hojas. ¿Donde se puede uno esconder de la persecución?. ¿Como? ¿Habrá alguien que ayude? Estamos llegando. Nos lo va diciendo la guía del autobús. El corazón se va encogiendo cada vez más. Los organizadores del viaje nos dan una manta de las llamadas polares para protegernos durante la visita al campo. La mayoría o casi todos la rechazan. No la necesitamos: llevamos camisetas térmicas, como mínimo dos jerseys de lana por persona, dos pares de calcetines, botas impermeables, abrigos de lana, forros polares, pieles, guantes, gorros, chales y bufandas. ¿Quién necesita más? Nadie. Hemos llegado y salimos del autobús. Pasamos por el gran portón de entrada. Resbalamos con la nieve pero el barullo de la entrada con los agentes de seguridad que nos chequean, verifican nuestras tarjetas de acceso que llevamos debidamente colgadas del cuello no nos permite todavía entender bien donde estamos. Situarnos. Finalmente accedemos al inmenso recinto vallado con alambrada. Sí, es igual que en las películas que hemos visto mil y una veces. Pero ahora estamos allí. Esto existe de verdad. Iniciamos una marcha de unos mil metros por un camino bastante ancho y nos dirigimos a la carpa donde tendrá lugar el acto conmemorativo. El frío empieza a calarnos a todos. Nadie habla. ¿Como es posible que tengamos frío? ¿Cómo nos atrevemos a tener, nosotros tan bien pertrechados como vamos? Israel Alberto de 83 años, superviviente de Corfú me dijo al llegar al aeropuerto: Ya veréis, todos tendréis frío al llegar al campo. Imagínate el frío que teníamos nosotros. Con un traje a rayas destrozado, zuecos de madera destrozados y

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