Acto solemne con motivo de la Ley 12/2015 en el Palacio Real
Palabras de Isaac Querub, Presidente de la Federación de Comunidades Judías de España en el Acto solemne en el Palacio Real con la presencia de SM el Rey Felipe VI
Madrid, 30 de Noviembre de 2015
Majestad,Cuántos acontecimientos felices, cuántas empresas memorables, jalonan la historia de las comunidades judías en el bálsamo de la España democrática. Una nueva era de libertades apuntalada por la Carta Magna de 1978, por la Ley Orgánica de Libertad Religiosa de 1980, por el Acuerdo de Cooperación con el Estado de 1992. Y qué satisfacción, Señor, que la Monarquía Parlamentaria haya sido impulso y motor de un tiempo de encuentro y conciliación.Nosotros, los judíos sefardíes que un día fuimos expulsados por el furor de un Edicto, los que regresamos y los que no lo hicieron, nos sentimos honrados de pronunciar la palabra “España” y de referirnos a ella ahora como a nuestro hogar.Esta mañana de otoño la comunidad judía acude de nuevo gozosa a la llamada de un Rey de España. En marzo de 1992 recibimos la histórica visita de su Padre Su Majestad Don Juan Carlos I en la Sinagoga Beth Yaacov de Madrid, acompañado por el Presidente del Estado de Israel.Aquélla fue la imagen del reencuentro, de la concordia con una nueva España representada por su más simbólica autoridad. La tarea que vuestro padre inició ha sido continuada por Vuestra Majestad como valedor de la identidad judía en los confines del mundo.Cuánto apreciamos, Señor, los encuentros que habéis mantenido en vuestros viajes con nuestros hermanos de la Diáspora y de la tierra de Israel.En esta ocasión nos reúne la aprobación de la “Ley en materia de concesión de la nacionalidad española a los sefardíes originarios de España”, cuya entrada en vigor se remonta a hace escasas semanas tras una unánime aprobación por todas las formaciones del arco parlamentario español.La Ley ha sido recibida con inmensa expectación en España y también en las comunidades sefardíes de todo el mundo. En la parte que nos corresponde, la Federación de Comunidades Judías de España, trabaja con ahínco en poder dar una respuesta adecuada a las consultas de tantos sefardíes animados por la buena nueva.Aspectos como la no renuncia a la nacionalidad de origen o la amplitud de los medios de prueba animan a miles de sefardíes que, a veces por razones prácticas y en ocasiones por motivos emocionales, anhelan alcanzar una ciudadanía largamente esperada. Nuestro deseo sería que los elementos más exigentes de dicha Ley pudieran compensarse con una interpretación equilibrada y sensible por parte de los agentes responsables de su aplicación.La esperanza de que los efectos de tan esperada Ley sean benévolos para los sefardíes nos congrega hoy merced a la feliz iniciativa de la Casa Real.Comparecen esta mañana en el Palacio Real los Presidentes de las Comunidades y Asociaciones encuadradas dentro de la Federación de Comunidades Judías de España así como su Comisión Ejecutiva, en representación del Judaísmo español, cuyos objetivos principales son la educación de los niños, el bienestar de nuestros mayores y el cumplimiento de nuestros preceptos religiosos.Por consiguiente deseo agradecer de corazón la hospitalidad de Su Majestad el Rey, así como la asistencia de los Ministros de Justicia y de Asuntos Exteriores y de Cooperación y de los representantes del Congreso y del Senado.Me complace asimismo la concurrencia de relevantes Embajadores acreditados en Madrid representando a países en los que existen comunidades sefardíes. También participan en este histórico acto los responsables del Centro Sefarad-Israel, del Centro de Estudios Judeo-Cristianos, y tantos otros amigos que manifiestan su respeto y simpatía a Israel y a nuestra tradición desde los pliegues de la sociedad civil.Hermanos nuestros han llegado de Turquía, de Francia, de América Latina, y de otros focos de la Diáspora sefardí vinculados con España a través de la Plataforma Erensya, ese instrumento maravilloso fundado por el estandarte de la diplomacia pública española denominado Centro Sefarad-Israel.Sin duda de buen grado se hubiera sumado a nosotros el recientemente fallecido Presidente Isaac Navón -que en buen olam esté- quien a su pericia y honestidad política, añadió un tesón inagotable por la custodia del legado sefardí.Majestad, es justo recordar que muchas generaciones de sefardíes, que en su día siguieron a Isaac Abrabanel, se forjaron en el sufrimiento del exilio o en el oprobio de la persecución perversa de la Inquisición.Sin embargo, hoy respiramos el aroma de un día histórico que marcará a esta generación y a las venideras. El Gobierno, las Cortes Generales y el Jefe del Estado han participado en la elaboración, aprobación y sanción de una Ley que deroga definitivamente el infame Edicto de Expulsión, cerrando un ciclo histórico de mas de 500 años. Con esta Ley, España rinde homenaje a la memoria de sus hijos injustamente expulsados hace cinco siglos y abraza a sus descendientes integrándoles de nuevo en su seno materno.Mi sincera gratitud a los distintos equipos del Ministerio de Justicia con los que hemos trabajado en el proceso de elaboración de esta Ley. Los agrupo a todos en las personas de los dos Ministros: Alberto Ruiz Gallardón y Rafael Catalá. Gracias también al Gobierno, a todos los ponentes parlamentarios, y de manera muy especial a Gabriel Elorriaga, a los Diplomáticos Alvaro Albacete y Miguel de Lucas así como a los Directores Generales del Registro Civil y del Notariado Joaquin Rodriguez y Javier Gomez-Galligo. Todos son dignos herederos del espíritu forjado por hombres de entraña como el senador Ángel Pulido.Asistimos a tiempos convulsos en los que la humanidad se estremece ante la osada crueldad de aquellos que persiguen destruir los cimientos de la civilización occidental. Desgraciadamente hemos visto como Israel y las comunidades judías son, además, foco prioritario de la barbarie.Ante Vuestra Majestad y ante las autoridades del Gobierno de España afirmo y reitero que la forma más elevada de respuesta que el fanatismo criminal merece es la de defender, por todos los medios que nos otorga la ley y la inteligencia, los valores que nos unen y que, en buena parte, beben de la tradición judeo-cristiana.Ante la trascendencia histórica de este día, algunos podrían esgrimir largas listas de agravios que generaran sentimiento de rencor hacia su patria de origen. Los Sefardíes no lo hicieron en quinientos años ni lo harán ahora.Señor, se nos ha llamado “españoles sin Patria” pero, como bien sabéis, el corazón no sabe de razones y, por el ejemplo bendito de nuestros padres, hemos sido y seguiremos siendo Embajadores de las bondades de un país al que fuimos incapaces de dejar de amar.Muchas gracias. Discurso del Rey RTVE: Resumen del actoRadio Sefarad: Sefarad Real, un día histórico junto a Felipe VI