Croquetas de camello, por Jorge Rozemblum

Croquetas de camello, por Jorge Rozemblum

Esta semana, una web satírica en inglés, The Israeli Daily, de inspiración similar a la española El Mundo Today pero centrada en Israel y el Oriente Próximo, publicaba un artículo titulado: “Naciones Unidas condena a Israel por la ocupación de Nepal”. La entrada venía ilustrada con la foto de un desdentado y simpático nepalí que parece dar la bienvenida a tal medida. Por supuesto, no hay que ser muy listo ni saber idiomas para caer en la cuenta de que se trata de una broma, incluso si en una parte se apunta que Penélope Cruz y Javier Bardem han escrito una carta acusando a Israel de genocidio contra el pueblo nepalí. O si se miran los titulares de las otras noticias relacionadas, como aquella que habla de que Israel interceptó una tonelada de condones iraníes radioactivos enviados a Gaza. El impacto de la ironía es directamente proporcional a su credibilidad: si fuera algo burdo e inviable, no tendría la misma gracia.Sin embargo, la proverbial inteligencia de los judíos se demostró esta semana como otro mito antisemita (aunque aparentemente positivo). Mucha gente (que me consta que saben idiomas) reaccionó vehementemente en los comentarios de las redes sociales. Alguno incluso llegó a aprovechar la oportunidad para escribir una larga respuesta. Espero (por mi propia autoestima colectiva como pueblo) que haya sido fruto de no haber leído el artículo. Lo más preocupante es que, incluso después de advertirles de lo que realmente se trataba, algunos siguieron ignorando la realidad porque la que se habían construido les resultaba más cómoda que reconocer haberse dejado engañar (y más por fuentes consideradas fiables y cercanas).Pocas horas después, las mismas redes se hacían eco de una noticia, esta vez auténtica y bastante similar: la venezolana TeleSur citaba a HispanTV (la televisión exterior iraní) según la cual organizaciones no gubernamentales denunciaron al “régimen sionista” (les pasa algo en la lengua si pronuncian “Israel”) por el tráfico de recién nacidos bajo el pretexto de brindar ayuda humanitaria. Es una buena explicación al por qué los países musulmanes (que no andan necesitados de robar bebés extranjeros), mucho más cercanos a la zona del desastre como el propio Irán, no han ofrecido ayuda alguna. Espero que esta última frase se haya entendido como ironía.Recuerdo que cuando llegué a este país hace muchos años había en Barcelona un bar de pinchos en cuya vidriera tenía como reclamo unos dibujos y carteles tipo: hay croquetas de camello y albóndigas de elefante. Lo mejor de todo es que debajo de las frases y las caricaturas habían escrito: es broma. Personalmente me resultó más cómica la aclaración que el propio chiste. Hoy pienso que tenían razón y es muy probable que se vieran obligados a agregar la leyenda después de que más de uno les exigiese servir alguno de los prometidos y exóticos manjares. Quizás incluso The Israeli Daily tenga que tomar una medida similar, ya que parece que la ironía, la inteligencia y el criterio para discernir lo real de lo imaginario no son atributos que lleguen bien repartidos a todos los miembros de una comunidad, ni siquiera a la nuestra, esto dicho sin iranías (perdón, ironías).Jorge Rozemblum es director de Radio Sefarad

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